El actual presidente del Gobierno España, Pedro Sánchez, recibió este martes el encargo del rey Felipe VI para formar gobierno y renovar su mandato por los próximos cuatro años. El pedido llegó, como era previsible, luego que el líder de la oposición encarnado en el derechista Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijoo, fallara en su intento por conseguir una mayoría parlamentaria la semana pasada.
De ahora en adelante, Sánchez cuenta con un plazo de dos meses para recabar los 176 votos necesarios para ser investido nuevamente mandatario de España. Quienes pueden consagrar ese número son, sobre todo, los dos partidos independentistas catalanes con quienes -ya avisó- comenzará las negociaciones este miércoles por la mañana. No obstante, ya aseguró hoy que, si constata que no tendrá acuerdo, lo manifestará para que se convoque automáticamente a nuevas elecciones y no se pierda tiempo.
Según la diputada Francina Armengol, el rey propuso a Sánchez como candidato a la investidura al término de una ronda de consultas con partidos que obtuvieron bancas en las elecciones generales de julio. En tanto, el mandatario considera que el resultado de esas elecciones adelantadas refleja que no se puede aspirar a gobernar el país si no se reconoce la "pluralidad política del Parlamento ni la diversidad territorial", una condición que, a su juicio, la derecha y la ultraderecha nunca han aceptado. Para pasar en limpio: el resultado dio como ganador al PP, pero quedó lejos de formar una mayoría propia. El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) -al que pertenece Sánchez-, en cambio, tiene más posibilidades.
Al recibir el encargo, Sánchez se manifestó ilusionado y dijo que a partir de mañana iniciará contactos con los líderes de otras fuerzas políticas en busca del apoyo necesario para lograr su investidura en una votación en el Congreso de los Diputados: "Quiero decirles que lo hago con ilusión. Con la ilusión de saber todo lo que España puede avanzar en estos cuatro años con un Gobierno progresista", dijo el líder del partido PSOE en declaraciones en el Palacio de la Moncloa, la sede del Gobierno español, en Madrid.
La posición de Feijóo
El rey recibió en el Palacio de la Zarzuela a Sánchez y a Núñez Feijóo y cerró la segunda ronda de consultas para proponer un nuevo candidato a la Presidencia del Gobierno. Tras ello, Feijoó dijo a periodistas que Sánchez contaba ahora "con menos apoyos de los que contaba hace un mes", informó la agencia de noticias española Europa Press. "Nos esperan semanas de muchas mentiras", agregó, en referencia a las negociaciones que emprenderá de Sánchez, que está en el poder desde 2018 y necesita el respaldo de partidos regionales independentistas para ser investido nuevamente.
Los pasos a seguir para la investidura de Sánchez
Al igual que el líder del PP, Sánchez podrá hacer dos intentos: en una primera votación, deberá alcanzar la mayoría absoluta de 176 bancas del Congreso de los Diputados para poder volver a ser investido presidente del Gobierno. Si no lo consiguiera, 48 horas después podrá ser investido con una mayoría simple, es decir con más votos positivos que negativos. Hasta ahora, tiene asegurado el respaldo de los 121 diputados del PSOE.
Por ahora, busca agregar el de la coalición de izquierda Sumar, los partidos catalanes ERC y JxC, los vascos EH Bildu, PNV, el gallego BNG y el canario Coalición Canaria.
Con esos apoyos, llegaría a 179 bancas, tres más que la mayoría absoluta.
Las negociaciones independentistas
Para alcanzar el mínimo de votos necesario para mantenerse en el cargo, Sánchez tendrá que cortejar a los partidos catalanes y vascos, algunos de los cuales buscan la independencia de su región de Madrid: "Me dispongo a trabajar para formar lo antes posible un Gobierno de coalición progresista con suficientes apoyos para garantizar la estabilidad que necesita el país", dijo ante la prensa.
Una de las exigencias hechas públicas por el partido Junts per Catalunya es una amnistía general para los independentistas catalanes que se enfrentan a problemas judiciales por el fallido intento de independencia de la región en 2017. En esa línea, Sánchez le hizo un guiño a los partidos catalanes al sostener que "hacer política implica generosidad, implica compromiso con tu país y, lógicamente, liderazgo", sin pronunciar la palabra amnistía.
En esa línea, calificó a la situación en Cataluña como "un conflicto" que se tiene que resolver en el terreno de la política y no "en otros ámbitos", en la misma línea de sus anteriores críticas a la vía judicial del proceso.
Respecto a la exigencia de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Junts de que también se incluya un referéndum de autodeterminación en el marco del pacto para respaldar la investidura del líder socialista, Sánchez manifestó su rechazo "no sólo por compromiso y exigencia constitucional sino por una convicción política". "Es contrario a mi palabra y a mi acción", dijo y marcó que no se va a mover de esa posición. A su juicio, los catalanes quieren "pasar página de esta situación" y generar un reencuentro entre instituciones y ciudadanos de Cataluña y del conjunto de España. Además considera que los ciudadanos quieren vivir en un país "cohesionado" y no "fragmentado".
Con información de Télam, Reuters y Europa Press