Millones de personas salieron a las calles en Francia para expresar su rechazo a la reforma jubilatoria impulsada por el Gobierno del presidente, Emmanuel Macron. Aunque las protestas se centran en París, el repudio se sintió en unos 200 puntos del país con la paralización casi completa del servicio de trenes, con las escuelas cerradas y con más del 70 por ciento de las refinerías en huelga. La propuesta busca retrasar la edad de retiro de 62 a 64 años y adelantar a 2027 la exigencia de cotizar 43 años (en Argentina son 30) para cobrar una jubilación completa, dos medidas que son rechazadas ampliamente por la opinión pública. Para el mandatario es una iniciativa "justa y responsable".
El conteo de la Policía y el Ministerio del Interior apuntó que son más de un millones de personas, pero la Confederación General del Trabajo (CGT), aseguró que salieron a las calles de la capital y de las principales ciudades en dos millones, según reportó la agencia de noticias AFP.
"La intersindical, unida y decidida, convoca a una nueva jornada de movilización el 31 de enero para exigir el retiro del proyecto de reforma", comunicaron desde la Confederación Francesa de Gestión (CFG) - Confederación General de Ejecutivos, una de las cinco principales confederaciones francesas de sindicatos, que únicamente organiza sindicatos de empleados profesionales, con estudios superiores o en cargos directivos o ejecutivos.
En este contexto, la primera ministra, Élisabeth Borne, destacó el "buen" desarrollo de las protestas, pero no dio muestras de dar marcha atrás: "Sigamos debatiendo y convenciendo", dijo en Twitter. Sin embargo, y pese a que las protestas fueron mayoritariamente pacíficas, en París se registraron choques entre manifestantes y efectivos de las fuerzas de seguridad, que derivaron en la detención de 30 personas, según la Prefectura de Policía.
La reforma del sistema previsional es una promesa de la campaña electoral para la reeleción, en 2017, del mandatario francés, de 45 años, tras un primer proyecto en 2020 que tuvo que abandonar por la llegada de la pandemia de coronavirus. Según el diario Le Parisien, la aprobación es una "prueba decisiva" para el mandato de Macron y "la huella que dejará en la historia". Ahora, el Gobierno debe aprobar el lunes su proyecto final, antes de su debate parlamentario, que podría prolongarse hasta finales de marzo. El rechazo unió a la extrema derecha y a la izquierda en la misma posición que ya adelantaron su voto en contra.
El presidente intentó ayer debilitar el frente sindical, considerando que hay sindicatos que "llaman a manifestar en un marco tradicional" y otros que quieren "bloquear el país". Este jueves -en Barcelona, donde asistió a una cumbre hispanofrancesa-, sostuvo que "es una reforma sobre todo justa y responsable", que fue "democráticamente presentada y validada".
El rechazo social y sindical a la medida es amplio: si bien un 81% de los ciudadanos considera necesaria la reforma, el 61% rechaza este proyecto y el 58% está de acuerdo con la huelga. "Nos espera un duro conflicto; hay que suprimir el tótem de la edad de jubilación y la prolongación del período de cotización", pronosticó el secretario general de Fuerza Obrera (FO), Frédéric Souillot.
Los organizadores de la protesta, que en 2010 ya intentaron frenar en vano el retraso de la edad jubilatoria de 60 a 62 años durante el Gobierno del conservador Nicolas Sarkozy, esperaban convocar al menos a un millón de manifestantes a la calle, mientras que las autoridades estimaron entre 550.000 y 750.000 manifestantes, entre ellas de 50.000 a 80.000 en la capital.
El ministro de Transporte, Clément Beaune, ya había advertido que la jornada de sería "un infierno" en el transporte y llamó a los ciudadanos a trabajar desde casa, donde muchos. además, deberían cuidar a sus hijos. Según los sindicatos, 70% de docentes de primaria participaron del paro y 65% de profesores de secundaria acataron la medida, cifras que el ministerio de Educación rebajó a 42,35% y 34,66%, respectivamente.
"Trabajaré desde casa, ya que con las huelgas no puedo arriesgarme", dijo Abdou Syll, un consultor que debe cruzar la región de París para ir a su oficina. "Si se repite, me quedaré en teletrabajo el mayor tiempo posible". La circulación de subtes y trenes en París amaneció "muy perturbada", de hecho, una línea de metro estuvo completamente cerrada y otras 12 solo funcionaron parcialmente, informó la empresa RATP.
Lo mismo para la compañía de ferrocarriles SNCF, que previó un tren de alta velocidad de cada tres o de cada cinco, según las líneas, y un tren regional de cada 10 de promedio. En tanto, el operador de la red eléctrica francesa RTE constató una fuerte reducción de la producción, equivalente a dos veces el consumo de París, por lo que advirtió a los huelguistas que no la redujeran más.
La CGT anunció que la mayoría de las refinerías registraban entre 70% y 100% de personal en huelga, que, junto a futuros paros, reavivaron el temor de una escasez de combustible como la vivida en octubre y que obligó al Gobierno a intervenir.
"El Gobierno ya perdió una batalla, la de convencer a la gente", dijo el líder de ultraizquierda Jean-Luc Mélenchon y agregó en su cuenta de Twitter que los sindicatos unidos hicieron una "demostración impresionante de su seguimiento popular" y vaticinó que "Macron perdió esta primera ronda". El líder izquierdista, que le hizo frente a Macrón en la contienda electoral pasada, afirmó que "la lucha continua" y llamó a encontrarse nuevamente dentro de dos días en París.
Con información de Télam