Venezuela: Edmundo González, quién es el candidato opositor que le hará frente a Maduro

Era casi un desconocido hasta hace solo unas semanas y se convirtió en la esperanza del antichavismo de manera inesperada. Es un veterano diplomático y cuadro técnico opositor, que llegó a ser embajador en Argentina, incluso en los primeros años de Chávez, aunque como académico siempre demostró tener una mirada crítica del chavismo. 

18 de mayo, 2024 | 00.05

La candidatura del opositor venezolano Edmundo González Urrutia se dio de casualidad. Lo admite él en cada entrevista, lo aclaran los analistas y lo ratifican en su entorno: no fue su carisma, tampoco su capital de votos o su exposición pública lo que llevó a que una parte mayoritaria de la oposición nucleada en la Plataforma de Unidad Democrática (PUD) lo eligiera para disputarle la Presidencia de Venezuela a Nicolás Maduro. La razón fue meramente técnica: era el apoderado de la coalición y, por ende, el que tenía firma habilitada ante las autoridades electorales.

Fueron semanas, días y horas de negociaciones que, según cuentan los que participaron, se dieron con “los cuchillos sobre la mesa”. De un lado, la oposición antichavista determinada a tener un candidato propio y competir en las urnas; por otro, el Gobierno de Maduro que no quería volver al aislamiento internacional total y a las sanciones que asfixian la débil economía. Por eso, al final de esta carrera contrarreloj, se logró retomar la ruta electoral acordada en una mesa de diálogo con mediación internacional y poner fin a una estrategia de desconocimiento de resultados, abstencionismo y gobierno paralelo fallida. En ese interín, el nombre de Edmundo González Urrutia quedó estampado en las planillas que más de 20 millones de venezolanos y venezolanas encontrarán en el cuarto oscuro dentro del país, entre otras 11 opciones, el próximo 28 de julio.

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El diputado chavista y uno de los hombres fuertes del oficialismo, Diosdado Cabello, le dio a González el apodo de “candidato de los gringos” y el politólogo de la Universidad Central de Venezuela William Cerafino le endilgó el apoyo “abierto, explícito, a la intromisión de gobiernos extranjeros en los asuntos internos de Venezuela”. Lo único certero es que a sus 74 años pocos conocen realmente a González. ¿Quién es el candidato que, por primera vez en una década, ilusiona a los opositores a triunfar en las urnas?

Edmundo González Urrutia junto a la militancia de Un Nuevo Tiempo - PUD.

Un diplomático y un cuadro técnico de la oposición

González nació en La Victoria, estado de Aragua, ubicada a unos 50 minutos de Caracas, la capital venezolana. Es una de las ciudades más importantes económicamente y supo ser sede industrial, con fábricas como Fiat e Iveco, que desaparecieron tras la crisis económica y social que atraviesa el país. “Los victorianos se sienten orgullosos”, aseguró ante El Destape el joven concejal en esa ciudad por Acción Democrática (fuerza miembro de la PUD) Víctor Vargas. No tiene un vínculo personal con González, pero la familia del candidato es conocida en la localidad. Contó que solía vivir en las cercanías del casco histórico y la describió como “tradicional”, “victoriana”, “respetada” y de “conducta intachable”.

Aunque, hasta ahora, González no era una figura pública, es un actor clave dentro de la oposición desde hace años y cosechó una larga trayectoria diplomática. Estudió en la Universidad Central de Venezuela y es magíster en relaciones internacionales por la American University de Washington, Estados Unidos. Comenzó su carrera en 1972 en la embajada de Bruselas y siguió en Estados Unidos -en donde tuvo responsabilidades en las relaciones bilaterales entre ambos países- y en El Salvador durante el conflicto armado interno, cuando acompañó intentos de democratización, según figura en su currículum al que tuvo acceso este medio. También cumplió funciones en el Reino Unido.

Ocupó diversos cargos en la Cancillería en Caracas y fue secretario pro témpore de la Cumbre Iberoamericana, en 1997. Con el correr de los años fue ascendiendo hasta convertirse en embajador en Argelia y Argentina. En nuestro país estuvo en dos momentos históricos importantes, en la última como representante diplomático de su país: la vuelta a la democracia y entre 1998 y 2002, cuando Hugo Chávez ganó la Presidencia. En Venezuela recuerdan esos años como "la transición" y González asumió una posición clave para la época y la posteridad: se pronunció en contra del intento de golpe de Estado contra Chávez. Durante esos años estuvo a cargo de las negociaciones para el ingreso de Venezuela al Mercosur.

El Destape sondeó entre diversos referentes y figuras políticas argentinas vinculadas a la Cancillería de esos años sobre el rol de González, pero nadie pareció recordarlo.

Según su hoja de vida, se dedicó a la academia desde 2004. Escribió papers, participó de foros como moderador y ponente en donde analizaba de manera crítica la política exterior venezolana del chavismo, el desarrollo de procesos de integración como el Prosur, la Unasur, el Mercosur; las tensiones geopolíticas entre Estados Unidos y China, y las características de los diferentes liderazgos latinoamericanos.

Sin embargo, nunca abandonó realmente la vida política. Estuvo entre los fundadores de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), en 2008, la coalición en la que confluyeron 22 partidos opositores y que hoy tiene como herramienta electoral a la PUD, con el aval de 11 partidos. Fue la primera alianza unitaria contra el chavismo.

En las entrañas de la MUD se gestó lo que se conoció como “La Salida”, en 2014, una serie de movilizaciones contra el Gobierno personificadas en Leopoldo López. No todos estaban de acuerdo, la alianza se requebrajó en 2017 por las tensiones entre moderados que negociaban con el Gobierno y radicales, que rechazaban el diálogo. Años más tarde, tampoco logró la reunificación el liderazgo también destituyente de Juan Guaidó. Tras el fracaso de esas dos estrategias, decidieron retomar la vía electoral y eligieron a un candidato sin pasado aparente.

Juan Guaidó, autodeclarado presidente encargado de Venezuela (2019) y Leopoldo López, detenido en 2014 por un intento de levantamiento contra el Gobierno. Ambos de Voluntad Popular - PUD.

En medio de este período de internas opositoras, entre 2013 y 2015, González fue el representante internacional de la MUD como miembro de la democracia cristiana en el partido Copei. Allí creció como uno de los cuadros técnicos de la oposición y, por eso, llegó en 2024 a ser el candidato de la coalición.

En el momento en que se estaban dirimiendo las candidaturas este año, justo volvía de España de visitar a sus nietas. Había estado de vacaciones y volvió a poner la firma. “Nunca me imaginé siquiera que iba a ser candidato tapa (N de R: candidato suplente), no estaba en mis planes”, contó en una entrevista en la televisión venezolana y lo repite cada vez que se lo consultan. Aceptó, dijo, con “patriotismo” y destacó que lo apoyan su esposa y sus dos hijas.

González reconoció que “está metido en el ojo del huracán” y adelantó que aspira a crear un “gobierno de reconciliación nacional”. Dice que apuesta a cambiar “el ambiente de polarización y la confrontación verbal” -que incluye tanto al oficialismo chavista como a gran parte del antichavismo- así como “recuperar la normalidad institucional para la reconstrucción y reinstitucionalización del país, donde nadie pueda ser perseguido por sus ideas, que puedan hablar con libertad”.

El derrotero de su candidatura: inhabilitaciones y sorpresas

“La candidatura de Edmundo fue azarosa. Surge de un movimiento político de última hora porque en Venezuela evidentemente no vivimos en democracia, las candidaturas son producto de procesos de negociaciones”, señaló ante El Destape la politóloga de la Universidad de los Andes de Venezuela, Marisel Betancourt. Su visión no es minoritaria en la región. Hasta liderazgos progresistas como los presidentes de Brasil y Colombia, Luiz Inácio Lula da Silva y Gustavo Petro, respectivamente, le pidieron al Gobierno de Maduro que garantice unas elecciones abiertas.

La primera vez que se escuchó el nombre de González fue el 26 de marzo pasado. Hubo confusión, tensión y denuncias locales e internacionales en esas horas porque la candidata de la PUD no había podido inscribirse. La académica veterana Corina Yoris había sido elegida para reemplazar a María Corina Machado, una férrea antichavista erigida como la opción original en las elecciones primarias internas de octubre de 2023. Pese a ganar en las internas, la Justicia electoral ratificó su inhabilitación para ejercer cargos públicos por 15 años por denuncias por corrupción, que la oposición sigue aún rechaza.

La no inscripción de Yoris desató una vez más una grieta interna en la MUD/PUD porque, a último momento y sin consultar a sus socios, se inscribió otro de sus integrantes: el gobernador de estado petrolero de Zulia, Manuel Rosales (Un Nuevo Tiempo), con 500 mil votos encima. A partir de entonces, la oposición tenía hasta el 20 de abril para elegir a un candidato de unidad. La decisión se tomó el 19 por la noche tras un cónclave de los máximos líderes opositores. El portal La Gran Aldea develó con lujo de detalles cómo fueron las votaciones aquella tarde noche: 7 para González, 3 para Rosales.

La elección y los acuerdos en la PUD

“Demócratas del mundo, sepan que tomamos una decisión histórica: hemos elegido a quien será el próximo presidente de Venezuela”, anunció ante la prensa Omar Barboza, el coordinador de la PUD, esa noche.

“Su elección fue técnica”, declaró ante El Destape una fuente cercana a la PUD, que conoce los entretelones de la negociación. Lo explicó describiendo al candidato: "No tiene atributos políticos, pero tiene méritos, idioma, formación impecable, cristiano, abuelito y no se le conoce ningún escándalo. Es difícil darle un golpe”. Eso sí, aclaró: “Es machista, medio misógino y conservador”, algo que quedó a la vista cuando se filtraron unos audios en los que defenestraba a las mujeres y a la opción de ir por una ley de paridad en el país, en 2015.

Ahora González está sentado sobre un programa de acuerdos mínimos que todavía está en construcción y cuya negociación se da “con los cuchillos sobre la mesa”, según reconoció la fuente cercana a la PUD. La puja es entre el sector “moderado” y entre quienes tienen más simpatía por Machado. González supo ser hasta ahora un cuadro técnico de este sector moderado; sin embargo, ahora califica a Machado como "la líder" y es la persona con la que más se muestra en público y redes sociales. Por eso, algunos sienten que los primeros "perdieron voz" frente a los sectores más duros. Además, el equipo de Machado -contó González en una entrevista- elabora un plan con “líneas estratégicas”.

Según González, los planes de ambos sectores “están en sintonía”.

Pese a que ambas corrientes “tienen un enemigo en común”, Betancourt señaló que en esta carrera se juega la figura de Machado, quien no participó de la mesa de diálogo con el Gobierno que definió la hoja de ruta electoral y a quien definió, pese a ganar las primarias, como un “liderazgo un poco marginal por tener posturas ajenas al consenso, como la intervención militar extranjera o por buscar alianzas internacionales bastante antidemocráticas”. La analista no aclaró mucho más, pero se sabe que la candidata inhabilitada tiene entre sus contactos internacionales al presidente ultraderechista, Javier Milei; que decidió acoger en la embajada argentina en Caracas a seis de los integrantes de Vente Venezuela acusados de conspiración.

Betancourt advirtió, además, que el derrotero de estas elecciones puede llegar a reconfigurar la dinámica opositora: con la figura de González “puede estar en riesgo” el liderazgo de Machado, porque ella “no genera confianza en ningún sector para una transición”, pero “se vio presionada a aceptar” esta candidatura "suplente" para no retornar al camino de la abstención por el que transitaron en los últimos años.

“La figura de Edmundo González es mucho más retadora para el Gobierno”, aseguró la analista venezolana. Lo catalogó como un candidato para una nueva “transición”, que habla de la importancia de la educación pública, la nacionalización de la petrolera Pdvsa, se identifica con personalidades como el ex presidente argentino Raúl Alfonsín y quiere restablecer relaciones con Estados Unidos.

“Todo el mundo con Edmundo” es el slogan que lanzó la PUD para convencer a los propios y a los desencantados con el chavismo e intentar llegar, por primera vez en 25 años, a la presidencia de Venezuela. Sin embargo, en las redes sociales y en las calles la imagen no parece ser la de una coalición unida con un único candidato: Machado, Rosales y otros dirigentes hacen campaña por su cuenta y poco se muestran juntos. El Gobierno de Maduro apuesta a ello, a que las internas del pasado sobrevivan en julio en las urnas.gm