El domingo 27 de octubre Uruguay decidirá a su futuro presidente por los próximos cinco años. Algunas encuestas avizoran un posible triunfo en primera vuelta -si pasa el 50%+1 de los votos- del Frente Amplio, de la mano del binomio Yamandú Orsi – Carolina Cosse. El partido y sus dirigentes pueden ubicarse en el espectro del progresismo de la izquierda latinoamericana, que se encuentra en las antípodas de proyectos como el de Javier Milei en la Argentina. Pero, ¿qué significa que llegue esta dupla al poder en el país vecino? ¿Cómo puede impactar en las relaciones bilaterales con Argentina? La mirada de Camilo López Burian, profesor de Ciencia Política y Relaciones Internacionales; y de Damián Rodríguez, docente e investigador del Programa de Estudios Internacionales, ambos de la Universidad de la República (Udelar).
"Hay algunos elementos planteados en la campaña que muestran que la sintonía con el Gobierno de Milei puede no ser tan fina, pero no por ello difícil, sino por el propio estilo diplomático de Uruguay", apuntó López ante El Destape. Los puntos clave para López y Rodríguez estarán en: Mercosur, la mirada sobre la región, la Agenda 2030 y la relación con China.
Si algo caracterizó al Uruguay a lo largo de los años es una "tradición en su estilo diplomático y de cuidado del relacionamiento bilateral", como planteó López. Más allá de eso, existieron cambios de objetivos y prioridades que cada gobierno imprimió a su gestión. En el caso de Orsi, los lineamientos respecto de la política exterior uruguaya se pueden encontrar en las bases programáticas del partido. En ese documento, sostienen que entienden a la política exterior y la defensa como “dos caras de la misma moneda” y a la acción diplomática como “principal instrumento para la solución de conflictos”.
La base está en un “pensamiento latinoamericanista e internacionalista” basado en el compromiso con los derechos humanos y la democracia, de respeto irrestricto a la no injerencia en los asuntos internos de otras naciones y a la autodeterminación de los pueblos, el apego al derecho internacional, al multilateralismo, al regionalismo y la integración dinámica y real con la región en donde la defensa y la promoción de la paz “debe seguir siendo un principio y compromiso fundamental”.
Por su parte, el candidato a lo largo de la campaña se encargó de dar algunas definiciones sobre esta temática, que en verdad estuvo más bien "ausente" -indicó Rodríguez ante este medio- excepto por dos de los temas que marcaron la agenda internacional en este año: Venezuela y la guerra de Israel en la Franja de Gaza y Medio Oriente. Más allá de eso, Orsi se definió como “un progresista pragmático que defiende la libertad” e hizo énfasis en los principios de la diplomacia de su país y en la posición “a favor del multilateralismo y de la participación activa del país en organismos internacionales”.
Relación bilateral con Argentina y articulación con Brasil
En el conversatorio Ideas en Movimiento, que se realizó en junio pasado, Orsi manifestó la idea de que el país oficie como “articulador entre Argentina y Brasil”, los dos mayores socios comerciales de la región, que mantienen una relación más bien distante y tensa por las diferencias político ideológicas de sus respectivos presidentes.
En esa línea, Rodríguez explicó que la propuesta apunta a "generar un contrapeso entre ambos países y permitir/facilitar el diálogo". A su entender, se trata de una mirada "centrada en el rol de los presidentes en el Mercosur, que generalmente impera a la hora de hablar de la relación con los vecinos", una posición que consideró "reduccionista" ya que a pesar de los avatares entre presidentes, diversos organismos, como cancillerías y ministerios siguieron funcionando.
En tanto, la visión del presidenciable va más allá de sudamérica: “La potencialidad de ser el gran componedor, el gran articulador con los gobiernos de América Latina”, manifestó ante empresarios de la región.
Mercosur y China
La posición sobre el Mercosur sea tal vez el principal punto de encuentro entre Orsi y Milei: ambos coinciden en la necesidad de flexibilización del bloque sudamericano, por ejemplo, para la firma de tratados de manera autónoma, algo imposible según el Tratado de Asunción.
La idea del otro lado del río es "generar reformas que permitan al Uruguay tener mayor autonomía en la agenda de relacionamiento externa", precisó Rodríguez. Para el caso, el actual presidente Luis Lacalle Pou dio los primeros pasos en ese sentido con China con quien logró una alianza estratégica. La diferencia son las reticencias que hasta el momento había mostrado Milei para relacionarse, hasta que hace pocas semanas comenzó a cambiar esa perspectiva.
El Tratado de Libre Comercio (TLC) con China -alianza que incomodó a Brasil por haber sido en soledad- es un punto de encuentro entre los dos principales candidatos uruguayos -Orsi y Álvaro Delgado, del Partido Nacional-, pero con el "matiz" de que Orsi ha señalado que "debiera negociarse con todos los socios del Mercosur". Otro punto de coincidencia entre ambos está la necesidad de concretar el aletargado acuerdo comercial Mercosur- Unión Europea.
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Integración, multilateralismo, Agenda 2030 y ciencia
Entre los puntos que distancian a uno y otro presidente de cada lado del charco está en la posición del Frente Amplio ante el orden mundial, según señaló López: la vocación integradora y la vuelta al fortalecimiento de la acción multilateral, marcan el pulso de las políticas que buscan diseñar. De hecho, en las Bases Programáticas del FA no sólo se habla del Mercosur, sino del revitalizar la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) -que reúne 33 países, sin Estados Unidos ni Canadá- y de dinamizar la Unasur. Dos de las tres organizaciones están totalmente por fuera del radar del Gobierno de Milei.
El analista internacional trajo también a colación el posicionamiento de cada país respecto a las agendas de desarrollo planteadas por las Naciones Unidas, así como la Agenda 2030, que el presidente argentino catalogó como parte de un "programa socialista" que denosta. Esa postura "va a contrapelo con lo que uno puede esperar una política exterior puesta en clave de desarrollo, desarrollo para la inclusión y desarrollo del bienestar para Uruguay desde un gobierno frenteamplista", dijo López.
Para más, precisó que el partido del expresidente José "Pepe" Mujica "piensa a la región como un espacio de plataforma de construcción, de proyección global, pero en acuerdo con los vecinos con intenciones de fortalecer elementos de cooperación". El ejemplo que surgió en la campaña, dijo, fue de cooperación sur-sur en clave científico-tecnológica, en donde son fundamentales los sistemas de investigación y universitarios, que en la actualidad argentina se encuentran en conflicto por el recorte de presupuesto determinado por el Gobierno.
López, por su parte, también precisó que habrá que esperar a ver quiénes ocuparán la Cancillería como el Ministerio de Defensa para conocer las características de las y los funcionarios y sus perspectivas.
Estados Unidos y Venezuela
"Vivimos en un mundo en donde el imperialismo norteamericano y sus aliados de la OTAN ponen en riesgo la supervivencia del planeta", dice el Frente Amplio en las Bases Programáticas del partido en el apartado "un país sobreano en una nueva situación mundial", en una visión que se sienta en las antípodas de Milei.
Por otro lado, el posicionamiento ante Venezuela es más bien compartido: para Orsi "quedó claro" que el proceso electoral en el país sudamericano "no fue limpio. Por lo tanto, no es una democracia, es un régimen autoritario y, si se quiere, una dictadura”, dijo en el America Business Forum, que se realizó en Buenos Aires.