El líder de la bancada republicana en la Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos, Kevin McCarthy, un hombre que hace meses viene saboreando lo que creía era una victoria segura y arrasadora, pronosticó anoche que esta mañana los estadounidenses amanecerían "con una mayoría" clara. Sin embargo, la jornada después de las elecciones de medio mandato estuvo marcada por la misma falta de definición con la que se habían ido a dormir: aún quedan por definir 4 bancas en el Senado -aunque una, la de Georgia, tendrá balotaje el 6 de diciembre- y decenas en la cámara baja.
En el Senado, el escrutinio parcial no permite descartar que se pueda mantener el empate 50-50 que beneficia al oficialismo; en la Cámara de Representantes, la oposición aún cree que puede dar vuelta el pleno y quedarse con el control, aunque por un margen menor al esperado, pese a que la preocupación número uno declarada por los votantes fue la inflación y los problemas económicos.
Senado
Desde la elección de 2020, cuando Joe Biden le ganó a Donald Trump y evitó su reelección, la Cámara Alta estaba dominada por un empate 50-50, que habilitaba a la vicepresidenta demócrata, Kamala Harris, a emitir su voto cada vez que la bancada oficialista votaba sin fisuras, algo que no siempre pasó en estos últimos dos años, pese a los constantes esfuerzos de la Casa Blanca por garantizar la disciplina partidaria. Dado este empate, la oposición estaba convencida que podía dar vuelta al menos una banca y recuperar el control de la cámara.
Todo indica que el republicano Adam Laxalt, un ex fiscal general del estado, dará vuelta la banca de Nevada que estaba defendiendo la demócrata Catherine Cortez Masto. Laxalt es uno de los ejemplos más claros de un miembro de la política tradicional que abrazó sin miramientos el discurso violento de Trump, lo que le ganó el apoyo del ex mandatario durante la campaña. "La izquierda debe ser derrotada. Debemos destruir su ideología radical", sentenció en un acto quien parece será senador federal para los próximos seis años. Además adelantó cuál será su posición cuando llegue a Washington: los republicanos "no pueden negociar con" los demócratas, según recordó el canal de noticias ABC.
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Pero aunque la oposición parece que dará vuelta la banca de Nevada, perdió el escaño de Pensilvania, donde su senador se jubiló y el ex vicegobernador demócrata John Fetterman logró imponerse por sobre otro fuerte aliado de Trump, Mehmet Oz. Esta fue la victoria que el oficialismo festejó con más fuerza anoche y la que le permitió respirar un poco más tranquila. Aunque todavía faltan definirse Alaska y Arizona, sí se confirman las tendencias, la mayoría o el empate en la Cámara Alta no quedará claro hasta diciembre, cuando los ciudadanos de Georgia, donde la elección quedó 49% a 49%, voten en el balotaje.
Cámara de Representantes
El futuro de la cámara baja, en cambio, no está aún tan claro. Faltan definir aún más de 30 bancas, por lo que ninguno de los dos partidos sabe realmente quién alcanzará la mayoría de 218 escaños, necesarios para controlar el pleno. Anoche, cuando el líder republicano se esforzaba por mantener su optimismo, la presidenta de cámara, la demócrata Nancy Pelosi, pedía calma y destacaba que el oficialismo había hecho mejor elección de lo que se esperaba: "Mientras muchas elecciones aún no se han definido, está claro que los miembros y candidatos demócratas de la cámara están superando a lo largo y ancho del país las expectativas que se tenían."
El oficialismo demócrata mantiene desde 2020 una ajustada mayoría de 220 congresistas frente a los 212 de los republicanos. Tradicionalmente, los oficialismo pierden varias bancas en las elecciones de medio mandato y nadie duda que eso suceda esta vez. La expectativa era que la oposición iba a recuperar el control del pleno sin problemas, pero ahora parece que la "ola roja" republicana no será tan grande como se esperaba. Habrá que esperar para saber que pasará en distritos diseminados en todo el país, desde Washington hasta Maine e, incluso, en estados como Nueva York, California y Nevada.
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En parte porque entre las principales preocupaciones que motivaron el voto de los estadounidenses, según la histórica encuesta de boca de urna que se publica los días de elecciones en Estados Unidos, fue la anulación del derecho al aborto que emitió la ultraconservadora Corte Suprema hace solo unos meses. Tanto Biden como muchos demócratas hicieron campaña pidiendo evitar una nueva mayoría conservadora en el Congreso que frene cualquier posibilidad de impulsar una ley que finalmente lo legalice. De todas maneras, el reclamo no tiene consenso en todo el Partido Demócrata, por lo que en los hechos parece difícil que el oficialismo lo pueda aprobar, aún en el hipotético caso que conservara el control de ambas cámaras.
Gobernadores
En estas elecciones, se eligieron 36 de los 50 gobernadores de todo el país y aún quedan cuatro estados por definirse: Nevada, Oregon, Alaska y Arizona, todos de la zona oeste. Como suele pasar, los oficialismos se impusieron en la gran mayoría de los casos, excepto dos. Los demócratas dieron vuelta los estados de Maryland y Massachusetts, ambos tradicionalmente demócratas para las elecciones presidenciales.
En Maryland, Wes Moore se convirtió en el primer gobernador negro del distrito y el tercero electo en la historia del país, luego que Maryland estuviera gobernada durante ocho años por el republicano Harry Hogan. En Massachusetts, la ex fiscal general Maura Healey se impuso y se convirtió en la primera gobernadora lesbiana del estado, también después de dos mandatos de un gobernador republicano, Charlie Baker.
Entre las victorias republicanas, vale destacar también dos, las de dos posibles presidenciables: el gobernador de Florida, Ron De Santis, y el de Texas, Greg Abbott.
Aún falta para tener una imagen clara de cómo quedará el mapa político para los próximos dos años, pero una cosa está clara: la ola roja republicana que se pronosticaba no llegó y con ella la legitimación que el trumpismo deseaba para una posible vuelta del ex presidente en las próximas elecciones de 2024. Un día antes de los comicios de medio mandato, Trump informó que el 15 de noviembre hará un "gran anuncio". Habrá que esperar para ver si estos resultados cambiarán en algo lo que muchos pronostican ya podría ser el lanzamiento de una candidatura presidencial muy temprana.