Aún no hay un fallo, pero la sola filtración del borrador de la opinión del voto de mayoría de un juez de la Corte Suprema para anular el derecho al aborto vigente hace casi 50 años desató una tormenta política en Estados Unidos. No solo por la anulación de un derecho que es considerado central por el movimiento feminista y progresista, sino por el tono ultraconservador que eligió Samuel Alito, un magistrado nominado por el ex presidente George W. Bush en 2006, para argumentar la decisión. Demostró el avance y empoderamiento del movimiento conservador y desnudó su mayor logro: una corte con una holgada mayoría afín que durará por muchos años.
Si el fallo finalmente se publica, el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo no desaparecerá en el país, pero quedará en manos de cada una de las 50 legislaturas estaduales y de los tribunales de cada uno de esos distritos definirlo. El mapa actual de este derecho no augura un buen escenario y el movimiento conservador hace décadas que se está preparando para dar las batallas a nivel local. Por eso, aunque estas peleas serán la única alternativa en el corto plazo, las esperanzas para cambiar la nueva realidad que se cree establecerá la Corte Suprema están puestas en las elecciones de medio mandato de noviembre próximo, cuando no solo se renovará toda la Cámara Baja del Congreso federal y un tercio de su Senado, sino además, 36 de las 50 gobernaciones y todas las legislaturas estaduales del país.
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La opinión de la mayoría conservadora en la mano de Alito
En el borrador filtrado por Politico y luego confirmado por la propia Corte Suprema, el juez Alito hace una crítica feroz al fallo de 1973 Roe vs Wade que garantizó el derecho al aborto en todo el país y también al de 1992 Planned Parenthood vs Casey que ratificó ese derecho. "Es tiempo de prestar atención a la Constitución y devolver la cuestión del aborto a los representantes electos del pueblo", escribió y continuó: "Roe (vs Wade) cometió un error atroz desde el principio. Su razonamiento era excepcionalmente débil y esa decisión tuvo consecuencias dañinas. Y lejos de generar un acuerdo nacional sobre el tema del aborto, Roe (vs Wade) y (Parenthood vs) Casey inflamó el debate y profundizó la división."
Pero la frase que seguramente más rechazo generará entre la minoría liberal de la corte y los sectores progresistas y feministas del país es la que hace sostiene una decisión en una cuestión cultural y de valores por encima del principio de derecho civil que primó en 1973, cuando la corte falló que ningún estado puede prohibir el aborto durante el tiempo de gestación en que el embrión no puede sobrevivir fuera del útero. "La conclusión obligada es que un derecho al aborto no está profundamente enraizado en la historia y las tradiciones de la nación", escribió Alito.
El fuerte tono del borrador demuestra que los conservadores no solo están convencidos de que tienen una mayoría suficiente en la corte para revertir un derecho al que rechazan hace cinco décadas, sino que tienen una mayoría muy cómoda para poder destruir a Roe vs Wade, un fallo que había sido aprobado por 7 a 2.
La Corte Suprema de Estados Unidos tiene nueve miembros y, solo en los cuatro años de Donald Trump, éste nominó y logró que se aprobaran tres, justamente los más jóvenes del tribunal: Neil Gorsuch de 54 años, Brett Kavanaugh de 57 años y acusado de violación en su juventud, y Amy Coney Barrett de 50 años. Actualmente, la corte está dividida entre seis jueces nominados por presidentes republicanos y tres, por mandatarios demócratas. Con la única excepción del titular del tribunal, John Roberts, el resto del bloque conservadores no ha mostrado fisuras hasta ahora y vota unido.
La esperanza, las urnas en noviembre
Por eso, cuando Trump no respetó el pedido de los demócratas y nominó a Coney Barrett y logró que la mayoría oficialista en el Senado la ratificara en sus últimos meses de gobierno, muchos votantes del actual mandatario Joe Biden le reclamaron que incluya entre sus promesas de campaña la ampliación de la corte. Era -y es- la única manera de evitar tener un corte suprema ultraconservadora durante mucho tiempo.
Biden no levantó el guante de la ampliación del máximo tribunal del país y se limitó a prometer que si la nueva corte anulaba Roe, él enviaría un proyecto de ley y usaría todo su poder para legalizar el aborto de tal manera que ya no dependa del Poder Judicial. Se trató de una promesa que todos, incluidos sus votantes, sabían que sería muy difícil de cumplir porque la cuestión del aborto sigue dividiendo a los demócratas y nada aseguraba que sea aprobada, aún si los demócratas conseguían mayorías en el Congreso, como finalmente lo hicieron.
Este martes, ni bien se conoció el borrador de Alito, Biden reflotó su promesa de campaña y rápidamente vio una oportunidad para reconectar con los sectores progresistas que se sienten frustrados con su gestión de cara a las elecciones de medio mandato de noviembre próximo. "Si la corte anula Roe (vs Wade), será responsabilidad de nuestros funcionarios electos en todos los niveles del Estado proteger el derecho de las mujeres a elegir. Será responsabilidad de los votantes elegir a funcionarios que estén a favor de este derecho en noviembre. A nivel federal, necesitaremos más senadores a favor del derecho a elegir y una mayoría a favor del derecho a elegir en la Cámara Baja para adoptar una legislación que codifique Roe, por la que trabajaré para aprobar y promulgar", sostuvo en un comunicado.
Hasta ahora, los pronósticos para el oficialismo de Biden no son buenos para noviembre. La inflación, que según el último registro de marzo fue la más alta desde 1981, y la frustración por la parálisis en el Congreso pese a que los demócratas poseen una mayoría ajustada en la Cámara Baja y, gracias a un empate, la vicepresidenta Kamala Harris puede ejercer su voto y desempatar a favor del gobierno en el Senado. Los sectores progresistas son de los más desencantados con el gobierno ya que todas las leyes que logró aprobar debieron ser moderadas en sus presupuestos, especialmente para objetivos de seguridad social, para que toda la bancada oficialista las apoyara.
Pero si la Corte Suprema confirma su decisión sobre el aborto y el próximo Congreso se convierte en el responsable de aprobar o rechazar la legalización de este derecho, esto podría representar el incentivo que necesitaban para salir en masa a votar por legisladores federales y locales y hasta gobernadores que hagan campaña con esta promesa.
Actual mapa del aborto en EEUU
Pese a que Roe vs Wade fue ratificada en 1992 por la Corte Suprema y nunca hubo un fallo de este tribunal hasta ahora que lo anulara, hace años que los estados gobernados por dirigentes conservadores han buscado diferentes formas de limitar y minar el derecho al aborto. Según el Instituto Guttmacher, una reconocida organización que investiga el tema desde finales de los años 60 en Estados Unidos, para finales de 2020, 29 de los 50 estados habían aprobado algún tipo de reglamentación para restringir el acceso a la interrupción legal del embarazo.
El mismo instituto estimó este martes que si la Corte Suprema anula el derecho al aborto, al menos 26 de esos estados lo abolirán completamente "con certeza o posiblemente". En otras palabras, más de la mitad del país.
Y la situación podría empeorar aún más, nuevamente gracias a la Corte Suprema. Las elecciones legislativas de noviembre próximo deben realizarse con los nuevos mapas electorales que están creando en base a los cambios demográficos registrados en el censo nacional de 2020. Muchos de estos mapas nuevos fueron judiciales porque tanto los oficialismos republicanos y demócratas locales han aprovechado la ocasión para rediseñar los distritos en su beneficio. Aunque este es un problema en el que no hay grieta, la corte falló en contra de los demócratas en un reclamo por Alabama. El juez Kavanaugh dijo que pedir un rediseño del nuevo mapa podría confundir a los votantes, mientras que su colega liberal Elena Kagan sostuvo que "Alabama no puede violar el derecho al voto de los negros solo porque el reclamo llegó a la corte el primer mes de un año electoral".
Pese a que fue un fallo dividido, ya fue utilizado como jurisprudencia por jueces y tribunales en Georgia, Pensilvania y Carolina del Norte para desestimar cuestionamientos a los nuevos diseños distritales y se espera que sea utilizado en otros estados, como por ejemplo Florida, en donde el oficialismo republicano impuso un mapa muy cuestionado por la oposición demócrata.
Los mapas de los distritos de cada estado son claves para la composición del Congreso federal y las legislaturas locales. En Estados Unidos no existe la lista sábana, los estados se dividen en distritos y cada congresista se presenta como candidato de un distrito en particular, no de todo el estado. Por eso, cuando un censo determina que la población de un estado ha crecido lo suficientemente para requerir una mayor representación en el Congreso, la Legislatura local debe redibujar el mapa de distritos para crear un nuevo, si es que sumó solo un legislador más. De la misma manera, si con el censo perdió algún congresista, debe rediseñar su mapa para quitar un distrito.