Sin discursos épicos, pero con cruces fuertes, así se mostraron la vicepresidenta demócrata de Estados Unidos, Kamala Harris y el líder republicano, Donald Trump, en el primer y quizás último debate presidencial de cara las elecciones del 5 de noviembre. En un pequeño estudio de TV, casi en soledad, y sin posibilidad de interrumpirse, por momento hacía olvidar que el país está inmerso en una división antagónica. Sin embargo, las posturas de ambos se mostraron irreconciliables. Aun cuando Trump aseguró que el gobierno de Joe Biden imitó su política proteccionista y Harris dijo que buscaba unir al país. El republicano volvió a insistir en que le “robaron” los comicios de 2020, culpabilizó de gran parte de los problemas del país a la inmigración, incluso de comer mascotas y le escapó a los números precisos. Harris dijo que el país necesita un “líder” que no busque beneficios personales, defendió el aborto, las políticas de vivienda y salud, además de la OTAN, y un cese al fuego en Gaza.
Si durante décadas estos debates permitían a un candidato se diferenciara de su rival, pero no eran transcendentes en la campaña, ahora, en medio de un empate técnico, resulta clave para el 8% de votantes indecisos y teniendo en cuenta que 3 de cada 10 electores dijeron que definirían su elección después de esta noche. La primera convencida de la noche fue la cantante Taylor Swift quien expresó su apoyo a Harris en sus redes y ya había mostrado su apoyo a Biden en la elección anterior. En tanto, los conductores de la cadena ABC tuvieron un rol activo, verificando y repreguntando en el momento.
¿Es la economía o es la inmigración, estúpido?
“Me educaron como una niña de clase media y soy la única persona que tiene un plan para levantar a la clase media de Estados Unidos (...) Tengo un plan para construir una economía de oportunidades”, esas fueron las primeras palabras de Harris, después de extenderle la mano a Trump, y repitiendo las principales que esbozó durante la convención demócrata en la que fue designada como candidata, en reemplazo de Biden. De esta forma, volvió a rivalizar con la figura de un multimillonario que vende sus principios “por beneficios personales” y llegó a tratarlo de mentiroso y delincuente.
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Mientras la demócrata propuso políticas de vivienda y recortes impositivos para pequeños créditos para familias y empresas, y se jactó de contar con apoyo de “200 líderes republicanos”, dijo que su rival quiere bajar impuestos a los ricos, lo que provocaría desfinanciar la economía y aumento de costos para las familias. “Va a hacer que el déficit explote”, dijo. En cuanto a la guerra comercial con China, consideró que Trump vendió microchips que ayudaron a ese país a fortalecer “su industria militar”. “Prácticamente, nos vendió”, estimó. Trump respondió que planea impuestos a las importaciones de otros países, principalmente de China, y habló de un 21% de inflación, pero también del 80%, y lo tildó de desastre para la clase media. Pero enseguida, después de eso, fue directo a la cuestión migratoria. “Tenemos millones de personas que viene de cárceles, manicomios, hospitales mentales, y están ocupando trabajos (...) tomando edificios y actuando con violencia. Es la gente que ella y Biden dejaron entrar al país”, dijo el empresario y político, mientras Harris sonreía irónica y movía la cabeza haciendo un “no”. Los periodistas remarcaron que luego hablarían de inmigración, pero Trump, a lo largo del debate, volvió una y otra vez al tema, más allá del tópico en cuestión.
Harris culpó a su rival de dejar un país peor que durante la Gran Depresión de los años '30 y de impulsar un ataque contra la democracia “peor que desde la Guerra Civil” del siglo XVIII. “Lo que hicimos fue limpiar lo que nos dejó”, espetó y agregó que el magnate solo repite el “mismo casette que viene sonando desde hace mucho, que pone sobrenombres, que insulta” y advirtió a los televidentes que lo que escucharían de él eran mentiras. La abogada remarcó que Trump impulsará la agenda conservadora conocida como Proyecto 2025, que redactada por aliados de Trump y que, según Harris, de ser aplicado, sería tirar el país “de vuelta al pasado”, pero el millonario se desmarcó de ese texto: “Ni lo leí”, dijo. También acusó a la exfiscal de “marxista” como su padre y de que el gobierno “absorbió ideas” de su gestión. Y volvió a la inmigración: “Son más que la población de Nueva York”, dijo.
Un momento de risas fue cuando los conductores le preguntaron a Trump si sabía cómo reemplazaría el emblemático programa de salud de Barack Obama llamado Medicare y que insiste en criticar desde su primera campaña presidencial, pero que una vez que llegó a la presidencia no lo modificó. “Tengo conceptos de un plan, no soy presidente en este momento. Solo lo cambiaría si tenemos algo que sea mejor y menos oneroso”, dijo descolocado. Después de acomodarse unos minutos, sí fue más asertivo al hablar de los aranceles a los autos eléctricos chinos para evitar que destruyan “a los trabajadores automotores de Estados Unidos”. Para él, lo que le hicieron los demócratas al sector manufacturero “es algo horrible”.
Políticas de género vs “asesinato de bebés”
Los dos candidatos repitieron el libreto de la campaña en términos de sus políticas de género. Harris defendió el derecho al aborto y apuntó contra el “trumpismo” presente en la Corte Suprema del país -de los 9 jueces, 6 son conservadores y 3 designados por Trump- quienes echaron por tierra la histórica sentencia del caso Roe vs. Wade de 1973, que en los hechos significó una jurisprudencia que protegía la libertad de las embarazadas en caso de que eligieran abortar. A su vez, se centró en una perspectiva de “libertad” a decidir de las mujeres y afirmó que impulsará una ley nacional para reinstaurar las protecciones que garantizaba el histórico fallo de la Corte. Sin embargo, esta promesa -que también hizo Biden- es considerado improbable debido a la distribución de fuerzas en el Congreso. La criminalización del personal de la salud en casos de aborto, también fue cuestionado por la candidata.
Trump, en cambio, alentó teorías conspirativas de que los demócratas impulsan no solo el acceso al aborto en embarazos avanzados, sino también asesinar bebes una vez que nacen. “El exgobernador de Virginia dijo, después de que naciera un bebe, que ahí iban a decir qué hacer con él. En otras palabras, iban a ejecutar al bebé. Los demócratas son extremistas en ese sentido”, dijo, y mientras Harris se mostraba horrorizada, culpó al candidato a vice de los demócratas, Tim Walz, de haber hablado de ejecución de recién nacidos: “Él dice que es aceptable”, sentenció. Pero luego se centró en que son los Estados subnacionales los que deben definir qué hacer respecto al aborto y agregó que está a favor en algunas causales.
La verificación de los discursos falsos
“Votaré por Kamala Harris y Tim Walz en las elecciones presidenciales de 2024”, dijo la reconocida cantante Taylor Swift al final del debate, en un mensaje publicado en sus redes. Dijo que como fue víctima de una noticia falsa -difundieron una imagen suya creada por IA con su supuesto apoyo al republicano-, era consciente “los peligros de difundir información errónea” y por ende, era necesario ser “transparente” con sus planes como votante. Así, explicitó su preferencia por los demócratas; situación que se repitió años anteriores cuando mostró su apoyo al mismo partido -específicamente a Biden- y explicó que siempre votó y votará "teniendo en cuenta qué candidato protegerá y luchará por los Derechos Humanos", de la comunidad LGBT y las políticas de género.
En esta ocasión, el mensaje estuvo acompañado de una imagen suya con su gato Benjamin Button, una indirecta a las recientes teorías conspirativas contra la inmigración.
Y es que los candidatos llegaron al debate en medio de una polémica difundida por las principales filas republicanas en torno a unas teorías conspirativas de que migrantes haitianos estaban comiendo mascotas en el estado de Ohio y que se debía a una avalancha migratoria ilegal de ese país, motivada para que incidir en las elecciones a partir del voto de esos extranjeros. Desde el candidato que acompaña a Trump en la fórmula presidencial republicana, J.D. Vance, hasta referentes del partido multiplicaron el rumor contra la población inmigrante haitiana, a quienes acusan de comer patos y gatitos.
Trump dijo que Estados Unidos es una “nación en declive” y, sin una argumentación clara, dijo que por eso podrían caer en la tercera guerra mundial. “Vean lo que está ocurriendo en Springfield, hay comunidades que no quieren hablar porque es vergonzoso. En Springfield alguna de estas personas que están llegando, se están comiendo a los perros y a los gatos, a las mascotas de la gente que vive en esas comunidades”, dijo Trump mientras Harris volvía a sonreír y negar con la cabeza. En ese momento, los conductores David Muir y Lindsey Davis dijeron que el canal ABC News se comunicó con la ciudad y habían descartado que existieran denuncias de mascotas que hayan sufrido alguna agresión. “Hay gente que lo ha dicho en televisión”, respondió Trump. “No estoy tomando de la televisión, estoy tomando del administrador”, replicó Muir, pero el republicano insistió en sus dichos.
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Harris fue señalada por los conductores por ser parte de un gobierno que tiene elevadas cifras de inmigración ilegal. Ella culpabilizó al Congreso por no aprobar un proyecto bipartidista que “hubiera adjudicado más recursos para luchar contra tráfico de personas, droga y armas”, pero apuntó contra Trump: “Él llamó a sus congresistas para que no la apoyaran y así beneficiarse”. Ante la consulta de cómo deportaría a los 11 millones de indocumentados de los que habló en su campaña, Trump dijo que “la cifra es más alta por culpa de ellos (los demócratas) que han permitido que millones de criminales y asesinato entren al país”, dijo sin responder y agregó que la criminalidad está bajando en Venezuela porque los expulsan a países como Estados Unidos: “Los están mandando a ella para que los reciba”, dijo señalando a la candidata.
Otro momento de fact checking en vivo fue cuando Trump intentó ligar un supuesto aumento de la criminalidad con la inmigración. “El FBI dice que en general el crimen violento está en descenso en el país”, replicó el periodista y el republicano solo agregó que era información “engañosa”. Harris aprovechó para recordarle las diversas causas en las que está “procesado por delitos de seguridad nacional, económicos, e interferencia en las elecciones”, además de delitos sexuales, y lo acusó de no respetar “el derecho y a la policía”, dijo y pidió: “Cambiemos la página de la retórica de siempre y tratemos las necesidades de los estadounidenses”. La respuesta que recibió fue la victimización: “Esos casos fueron iniciados por ellos. Estoy ganado la mayoría de los casos (...) Están usando el gobierno como arma”. Harris recortó que “el presidente sería inmune de cualquier falta de conducta si volviera a la Casa Blanca”, en referencia al reciente fallo de la Corte Suprema que definió que los presidentes estadounidenses son inmune por sus actos oficiales, aunque no en los no oficiales.
Le preguntaron a Trump por qué había dicho que “Harris se convirtió en negra” y esquivó la pregunta. “Le están dando demasiada importancia a algo que no me impronta. Primero decía que no era negra y después dijo que era negra. Está bien, me da lo mismo”, comentó. “Es una tragedia que tengamos a alguien que quiere ser presidente y que ha usado en su carrera el racismo para dividir a los estadounidenses”, le respondió ella. Finalmente, la toma del Capitolio -el 6 de enero de 2021- fue momento de repreguntas. “Insistí en que fuera de una manera pacífica y patriótica”, dijo ante la consulta de por qué demoró dos horas entre que se inició el ataque contra el edificio oficial por parte de sus seguidores si él lo estaba viendo todo por televisión. “Es una pregunta sencilla, ¿hay algo de lo que se arrepiente?”, consultó el conductor. “Yo no tuve nada que ver con eso”, dijo Trump, una vez más, fue hacia los bordes: “Por qué permitimos que millones de personas permitimos que entren por la frontera sur”. “Ya hablamos de eso”, le respondieron los periodistas.
Política exterior: Ucrania y Gaza en el centro
“Esto nunca habría ocurrido si yo hubiese estado como presidente”, dijo Trump sobre la guerra en Ucrania y repitió que de ser reelecto solucionará el conflicto “en 24 horas”. Pero lo significativo fue que al ser consultado en dos ocasiones si defendería a Ucrania, evitó responder y volvió decir que se trata de una preocupación más de la Unión Europea antes que de su país, a la vez que insistió en que esas naciones deben hacer mayores aportes a la OTAN. Además, acusó a la demócrata de ser una pésima negociadora, después de que ella dijera que fue a hablar con el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, antes de la guerra.
En tanto, Harris defendió la Alianza Atlántica y el derecho de Israel a defenderse, pero aclaró: “De la manera en que lo haga sí importa, porque también es verdad que demasiados palestinos han sido asesinados, madres, niños…”, comentó y llamó a un “cese al fuego en Gaza”. Ese derecho sonó más irrestricto respecto a Irán y sus aliados en las palabras de la vice de Biden, quien además acusó al expresidente de ser amigo de “dictadores y autócratas” y dijo que estos ansían que vuelva a la Casa Blanca porque lo ven blando e influenciable. Trump citó palabras del primer ministro húngaro, Viktor Orban, -a quien definió como uno de los hombres más respetados- para defenderse: “Dijo que ‘el mundo se está desmoronando y necesitamos a Trump, porque China le tenia miedo, Corea del Norte le tenia miedo’”. Pero Harris lo acusó de “intercambiar cartas de amor” con el líder norcoreano Kim Jong Un.