Elecciones en Colombia: las razones por las que la izquierda fue la más votada en primera vuelta

Las claves para entender por qué el progresismo se presenta como la opción preferida, entre los candidatos, en las elecciones por primera vez en la historia.

29 de mayo, 2022 | 22.13

El escenario político electoral en Colombia es inédito. Por primera vez en la historia, una fórmula caracterizada como progresista y de izquierda tiene la posibilidad de llegar al Ejecutivo nacional. Gustavo Petro y Francia Márquez, por la coalición del Pacto Histórico, son quienes encarnan la promesa y la esperanza de “cambio” que se ha escuchado en las voces de quienes salieron a movilizarse ante la posibilidad de reformas tributarias, laborales y de pensiones. Sin embargo, en cada llamado a paro nacional convergieron muchas otras demandas, entre ellas: el cumplimiento de los Acuerdos de Paz, de 2016; más presupuesto para las universidades nacionales y cambios en las políticas de seguridad. Ahora, habrá que ver si este paso se consolida en la segunda vuelta, el próximo 19 de junio.

El desafío estará en la narrativa y en las alianzas que se pongan en marcha ante el "outsider" Rodolfo Hernández, de la Liga de Gobernantes Anticorrupción, a quien superaron por más de dos millones de electores, con más del 40 por ciento de los votos. ¿Cómo llegaron hasta aquí?

Si se mira en la historia reciente de Colombia, desde 1990 a esta parte, las distintas administraciones se han ocupado centralmente de garantizar la puesta en marcha de proyectos neoliberales acompañados por políticas en consonancia con el Consenso de Washington. Con ellas, estuvieron a la orden del día la persecución militar y policial a las guerrillas activas y al narcotráfico, que acabó por incluir ejecuciones extrajudiciales y el asesinato de jóvenes que no estaban en las guerrillas conocidos como “falsos positivos” por parte del Ejército.

 

Nuevos tiempos

Ahora bien, ¿qué cambió en este tiempo? ¿qué fibras se trastocaron en la sociedad que lleva más de 60 años de conflicto armado interno y es uno de los más desiguales de la región? “El país que vio posesionarse como presidente a Iván Duque, en 2018, es un país muy diferente al de ahora”, aseguró a El Destape la periodista del medio local La Silla Vacía, Tatiana Duque. El actual mandatario llegó de la mano del expresidente Álvaro Uribe, representante de las políticas más duras de la lucha contra el “terrorismo” y de la guerra contra las drogas que, entre otros puntos, llevó al país a ser el país “con mayor cantidad de desplazados internos (forzados) -un delito de lesa humanidad-”, explicó en un informe el Instituto Democracia de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV).

En el corto y mediano plazo, se pueden ver, al menos, cuatro puntos que se interconectan y configuran el escenario actual: la firma de los Acuerdos de Paz, en 2016; el paro nacional; y el accionar del presidente Duque para llevar adelante un país que “le quedó grande”, según definió a este medio el investigador colombiano de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), Paulo Tovar.

Más allá del conflicto armado

Duque y Tovar coincidieron en señalar que un paso que permitió “visibilizar otras agendas” fue la firma de los Acuerdos de Paz de 2016 con las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC) –el grupo guerrillero más antiguo del país-, bajo el mandato de Juan Manuel Santos. Aunque, se sabe, el conflicto armado dejó unas ocho millones de víctimas, para Duque “empezó a haber un sector de la sociedad con mucha más conciencia de sus privilegios y que empezó a mirar más allá de los barrios urbanos en donde estaban. Vimos que teníamos problemas de desigualdad, de corrupción y que vivimos en una sociedad terriblemente violenta”. De alguna manera, esto explica que la ciudadanía colombiana se volcara a las calles cada vez que percibiera la implementación de políticas que les afectaran y, en definitiva, marcó también el escenario electoral.

De hecho, para Tovar, los Acuerdos han “ganado terreno”, ya que en estas elecciones no se han puesto en duda los Acuerdos como sí ha sucedido en otras instancias. Para él, además, “Colombia ha logrado recorrer un camino de inclusividad y representación política desde la Constitución de 1991, en donde se delinearon garantías para que la izquierda pudiera ser un sector con participación en el juego democrático”. Hasta ahora, cada vez que en el país emergió un candidato del progresismo fue asesinado: Jorge Eliécer Gaitán (1948), Luis Carlos Galán (1989) y Carlos Pizarro León Gómez (1990).

Más allá de eso, el reclamo por la implementación de los acuerdos estuvo en las calles y la Corte Constitucional debió ordenar al gobierno realizar acciones para garantizar su implantación porque, en primera medida, quiso desentenderse de su aplicación. Para la Comisión de Seguimiento Impulso y Verificación del Acuerdo Final de Paz, la implementación "ha sido bajísima en casi todos los puntos”, informó a El Destape la encargada de comunicación de la Comisión por Comunes (partido de la exguerrilla), Julieta Penagos. Ella señaló que el punto más abandonado es el de la Reforma Rural Integral, sólo completado en un 4 por ciento, en un país en donde el principal conflicto es por la distribución de la tierra. Además, según sus datos, han sido asesinados 319 exguerrilleros y exguerrilleras desde 2016 a la fecha. A eso se suman, hasta el 25 de mayo, 44 masacres en el 2022, con 158 víctimas, según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz“Las regiones entendieron que las violencias se incrementaron por la no implementación integral”, sostuvo Tobar y explicó que “allí empezó a tener sentido un gobierno distinto”, en donde la voz de Petro interpretó las necesidades de la gente.

Del otro lado, la falta de experiencia, la desconexión y la mediocridad son los términos en los que coincidieron los distintos entrevistados para definir a Duque. Un presidente que, así y todo, se animó a intentar reformas económicas poco simpáticas.

Las medidas económicas: una olla a presión

Un repaso por las medidas económicas que propuso la gestión de Duque:

2019

  •  Incumple con el acuerdo pautado entre el gobierno y las organizaciones estudiantiles de asignar mayor presupuesto a las universidades nacionales.
  • Propone una reforma laboral que establecía salarios mínimos por regiones, eliminaba el pago de las horas extras, de los días festivos y la indemnización por despido.
  • También, suma una reforma al sistema jubilatorio. Entre otros puntos, consiste en eliminar el fondo estatal de pensiones.

2020

En plena pandemia, el gobierno anunció una reforma tributaria acordada con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para recaudar cerca del 2 por ciento del PBI. Proponía gravar con IVA un conjunto de bienes y servicios hasta entonces exentos como carnes, pollo y huevos, electricidad, agua, gas y hasta los servicios funerarios. La excusa fueron los altos gastos en medidas de ayuda que, según el mismo FMI, fueron del 4,1 por ciento del PBI.

Las protestas marcadas por la violencia policial

Las movilizaciones estudiantiles por presupuesto y educación gratuita universitaria, en octubre de 2019, no fueron de trascendencia internacional, pero marcaron el pulso de la calle en Colombia. Detrás de ellas, siguieron los paros en noviembre del mismo año, en donde las propuestas económicas de Duque fueron sólo punta de lanza. Se sumaron sindicatos de docentes, centrales obreras, organizaciones feministas, ambientalistas, indígenas y campesinos. Cada vez, la respuesta del gobierno quedó marcada con sangre. El asesinato de Dilan Cruz, por parte del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD), se convirtió en emblema de ello.

“Este ha sido uno de los gobiernos más violentos contra la ciudadanía, no sólo en el marco de la protesta”, aseguró a El Destape el codirector Ejecutivo de Temblores, Alejandro Lanz, una organización que trabaja en el registro de la violencia policial en el país. Para ese momento, ellos ya habían documentado 34 asesinatos por parte de la fuerza policial.

Las protestas no cesaron hasta marzo de 2020, con la llegada de la pandemia y la represión siguió su curso. Lanz, en esa línea, dijo que los “gobiernos locales y nacionales entregaron el poder absoluto a las policías y eso generó un aumento muy grande de persecución contra quienes no pudieron hacer las cuarentenas, contra las personas que salían a buscar para comer”. En septiembre de 2020 se viraliza un video en las redes sociales en el que se ve cómo el ESMAD le pega hasta la muerte a Javier Ordoñez, un abogado que circulaba por las calles bogotanas en medio del asilamiento. La indignación no tardó en hacerse sentir. El segundo estallido contra la brutalidad policial acabó con el asesinato de otras 13 personas más.

Con las reformas de la mano del FMI las movilizaciones se extendieron entre abril y septiembre. Las lesiones oculares por los disparos dirigidos a la cara y los asesinatos estuvieron a la orden del día. Camilo Ernesto Quintana Salazar, gestor cultural e integrante de la Fundación Intercultural Barule, señaló que con la falta de diálogo con el gobierno llegaron el “cansancio” y el “agotamiento”, ante un paro nacional que “apostó por buscar caminos de diálogo y solución de problemas como el desempleo, el hambre y acceso a derechos fundamentales”.

En los territorios, líderes y lideresas pusieron en marcha las redes de organización para llevar las demandas concretas al gobierno. “Nunca hubo un gesto democrático por parte del Ejecutivo y esto lo que hizo fue generar una mayor indignación”, dijo al El Destape Quintana Salazar. Y, en ese sentido, aseguró que es por eso que “este proceso electoral está protagonizado por las y los jóvenes de los barrios populares, por las clases populares y por un buen sector de la clase media que ha entendido que las fórmulas políticas y económicas que han implementado durante décadas han sido nefastas”.

Gustavo Petro y Francia Márquez como agentes del “cambio”

“Con un pie en la calle y otro en el Congreso”, dijo Gustavo Petro que sería su gestión al asumir su banca como senador. Según contó la periodista colombiana Tatiana Duque, si algo le reconocen al candidato sus contrincantes es su capacidad de lectura de las demandas sociales en, por ejemplo, su programa de campaña basado en el uso de energías limpias, en combatir el cambio climático, en la redistribución de tierra para que sea productiva, así como que afirma que “el cambio es con las mujeres” y apuesta a que sean ellas las que ocupen el 50 por ciento de los lugares en su gobierno. Tovar asiente en el mismo sentido: “La agenda de izquierda busca dar una solución y alternativas para enfrentar estos temas”, sostuvo.

En la tercera vez que se presenta para disputar la presidencia, evidentemente, distintos factores colaboraron para que su ascenso se cumpliera. Pero hay más: Petro y Márquez representan “la gran molestia social”, definió la periodista. “Ella es una mujer negra, que viene de una pobreza enorme, madre soltera, víctima de la violencia, desplazada y líder ambiental. Es básicamente la personificación de las personas que salen a marchar, de las personas víctimas y marginadas del sistema colombiano durante toda su historia y eso es lo más poderoso que tiene la campaña del Pacto Histórico en este momento”, agregó. 

Más allá de esto, la segunda vuelta se presenta con desafíos ante el triunfo del "outsider" de la política Rodolfo Hernández que, además, recibió el apoyo de su contrincante conservador Federico "Fico" Gutiérrez. "Así no ganen -dijo Tovar, en referencia al Pacto Histórico-, por lo menos, tenemos la certeza de decir que sí fue real que una mujer afro tuviera posibilidades reales de acceder a la vicepresidencia", una muestra de que la democracia colombiana se ha ampliado y crece.

Esta lectura viene a cuenta de que Hernández “no representa el enemigo habitual de Petro, que es la derecha, sobre la cual él ha basado su discurso: ‘no voten por el heredero del presidente Duque (por Gutiérrez)’”, explicó Tatiana Duque. En adelante, al Pacto Histórico le queda generar una estrategia discursiva para correr los márgenes de su electorado, así como también tejer nuevas alianzas en una Colombia que, definitivamente, quiere el cambio.