El campo de Brasil apuesta por la reelección de Bolsonaro en la segunda vuelta

Los empresarios del campo del país vecino contribuyeron un 80% de la campaña de la reelección, mientras que la de Lula dependió casi exclusivamente de los fondos públicos que habilita la ley.

26 de octubre, 2022 | 17.27

Los empresarios de los negocios agrícolas contribuyeron con la mayor parte de la financiación de la campaña para la reelección del presidente, Jair Bolsonaro (Partido Liberal): según los datos recabados por el Tribunal Superior Electoral (TSE) donantes individuales vinculados a este sector aportaron con el 80 por ciento de la campaña. Mientras, su contrincante, el ex mandatario Luiz Inácio Lula da Silva, candidato por el Partido de los Trabajadores (PT), dependió casi exclusivamente de la financiación pública del partido. En el país, desde el 2016, están prohibidas las donaciones corporativas.

Treinta y tres de los 50 mayores aportantes tienen vínculos con la agroindustria, según un análisis de la agencia Reuters de los datos de la autoridad electoral Tribunal Superior Electoral. Ninguno de los principales donantes individuales de la campaña de Lula tiene vínculos claros con la agroindustria, lo que subraya sus dificultades para reconectar con el sector agrícola, pese a los estrechos vínculos durante su presidencia de 2003 a 2010 y los nuevos intentos de este año.

Pese a estos números, Lula mantiene una ajustada ventaja antes de la segunda vuelta del domingo, según las últimas encuestas. En tanto, en los comicios generales del pasado 2 de octubre la bancada agraria de Brasil -representada por la letra "b" por "buey"- aumentó su representación en el Congreso. La preferencia de los agricultores y ganaderos por Bolsonaro proviene de varios factores: desde las opiniones sociales conservadoras que conectan con el Brasil rural hasta su defensa de los derechos de las armas de los propietarios de tierras y el inédito avance de la deforestación en el Amazonas. 

En cambio, Lula y su Partido de los Trabajadores (PT) tienen vínculos con el Movimiento de los Sin Tierra (MST), que ha desafiado los derechos de propiedad tradicionales, avivando las tensiones con los terratenientes. 

Bolsonaro es un duro crítico del MST y se ha puesto del lado de los agricultores en conflictos de tierras que implican reclamos indígenas. Como presidente frenó el proceso de demarcación del territorio indígena y relajó la aplicación de las leyes medioambientales, lo que también ha reforzado su popularidad entre algunos intereses rurales. "El sector agrícola ama a Bolsonaro sin ninguna duda", dijo Nilson Leitao, un ex legislador que dirige el Instituto Pensar Agro (IPA), que asesora al grupo agrícola en el Congreso.

A la cabeza del ranking de donantes de la agroindustria está Hugo de Carvalho Ribeiro, que donó 1,2 millones de reales (225.000 dólares) a la campaña de Bolsonaro. Su cuñado es el ex ministro de Agricultura, Blairo Maggi, conocido como el "rey de la soja" por su papel en un conglomerado agrícola familiar. Todos los otros 32 donantes del sector agrícola de Bolsonaro contribuyeron con al menos 200.000 reales cada uno, según los datos. Esas y otras donaciones individuales constituyeron cerca de cuatro quintas partes del fondo de campaña, con un total de 96,5 millones de reales, según los últimos datos del TSE.

En comparación, alrededor del 97% de los 126,8 millones de reales en fondos de campaña de Lula procedían de la financiación pública de su partido en función de su número de representantes en la Cámara Baja del Congreso. En tanto, el PL, de derecha, por el que se presenta Bolsonaro es más pequeño y centró más su limitada financiación pública en otras cuestiones. "La candidatura de Bolsonaro depende menos de la política partidaria, está menos institucionalizada", explicó Rafael Cortez, socio de la consultora de riesgo político Tendencias.

A pesar de haber sido despreciado por los principales intereses agrícolas en la campaña, un Gobierno de Lula podría ser pragmático y estar abierto a la negociación, como lo fue en sus dos mandatos anteriores, según Cortez. Sin embargo, las limitaciones presupuestarias podrían dificultar la obtención de una fuerte coalición en el Congreso.

Con información de Reuters