Fiscales del estado de Misuri, en el centro de Estados Unidos, anunciaron cargos por delitos graves contra un hombre blanco que disparó e hirió gravemente a un adolescente negro que tocó el timbre de su casa por error.
"Pretender que la raza no es parte de toda esta situación sería esconder la cabeza en la arena", sostuvo hoy el alcalde de la ciudad de Kansas, Quinton Lucas. "A este chico le dispararon porque era negro", agregó en declaraciones a la cadena televisiva estadounidense CNN.
La Casa Blanca anunció anoche que el presidente Joe Biden había hablado por teléfono con la víctima "y compartido su esperanza de una rápida recuperación".
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La jefa de policía de Kansas, Stacey Graves, reconoció que hubo "componentes raciales" en el caso.
Ralph Yarl, de 16 años, recibió dos disparos, uno de ellos en la cabeza, el jueves por la noche, cuando tocó el timbre de la casa equivocada mientras iba a buscar a sus hermanos mellizos a lo de un amigo.
El adolescente, que tras el tiroteo pidió ayuda a los vecinos de las casas cercanas, fue dado de alta del hospital el domingo, según relataron los familiares, en medio de unas protestas que estallaron a raíz del caso en los últimos días en la ciudad de Kansas.
La indignación por el caso aumentó el fin de semana, tras conocerse que el hombre, que fiscales y medios dicen que tiene 84 u 85 años, había sido liberado sin cargos luego de permanecer 24 horas detenido.
Sin embargo, el fiscal del condado de Clay, Zachary Thompson, anunció anoche que el anciano, identificado como Andrew Lester, había sido acusado de agresión en primer grado y acción criminal armada. Su fianza se fijó en 200.000 dólares.
Según las pesquisas policiales, Lester no habló con Yarl antes de dispararle con un revólver en la cabeza y en el brazo al pensar que estaba tratando de forzar la puerta de su domicilio.
La tía de Yarl, Faith Spoonmoore, dijo en una campaña de GoFundMe que su sobrino era un estudiante talentoso que soñaba con estudiar ingeniería química.
Hasta esta mañana se habían recaudado más 2,8 millones de dólares para su recuperación, consignaron las agencias de noticias AFP y Europa Press.
En Estados Unidos, un país de unos 330 millones de habitantes en el que se calcula que hay unos 400 millones de armas, suelen registrarse tiroteos, pero el caso de Yarl generó especial indignación por su componente racial.
Ayer también se presentaron cargos en un caso similar en el estado de Nueva York, aunque la víctima del tiroteo del sábado por la noche, Kaylin Gillis, no sobrevivió.
La policía del estado de Nueva York dijo que Gillis recibió un disparo cuando se presentó con otras tres personas en la dirección equivocada cuando intentaba encontrar la casa de un amigo.
El dueño de la casa, Kevin Monahan, de 65 años, identificado como la persona que disparó, fue arrestado anoche y acusado de asesinato en segundo grado, según la oficina del sheriff.
Con información de Télam