El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quiere triplicar los derechos de aduana del acero y el aluminio chinos importados por la potencia norteamericana, al considerar que existe una "competencia injusta" que penaliza a los trabajadores de su país, anunció la Casa Blanca este miércoles, en plena campaña electoral, de cara a las presidenciales de noviembre.
"Las políticas y subsidios de China en favor de sus industriales locales de acero y aluminio implican que los productos estadounidenses de gran calidad se ven perjudicados", enfatizó la Casa Blanca en un comunicado. Biden pedirá a la directora de Comercio Exterior, durante una visita a la sede del gremio siderúrgico en Pittsburgh (Pensilvania), que considere aumentar los actuales aranceles del 7,5 por ciento al 25 por ciento.
Este gravamen más alto se sumaría a un arancel separado del 25 por ciento sobre el acero y del 10 por ciento sobre el aluminio impuesto por el antecesor de Biden y ahora virtual candidato presidencial republicano Donald Trump. El presidente demócrata quiere convencer al electorado de que es el mejor aliado de los obreros y los sindicatos.
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"Más agresivas e intervencionistas”
Durante una visita la semana pasada en China, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, expresó las preocupaciones de EE.UU. porque los subsidios del gobierno de China estén creando una oferta que supere la demanda de productos de "energía limpia", como los paneles solares y los vehículos eléctricos, empujando los precios más a la baja y desplazando a la competencia.
Washington anunció en paralelo el lanzamiento de una investigación sobre las "prácticas desleales de China en los sectores de los astilleros, el transporte marítimo y la logística". Esa investigación será llevada a cabo por la Oficina del Representante Comercial y responde a un pedido de varias organizaciones sindicales de esos sectores, que denuncian las políticas chinas, "más agresivas e intervencionistas que las de cualquier otro país".
Con informción de Deustche Welle