A solo unos días del inicio de una distención, el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, volvió a foja cero. Primero rompió el diálogo con el movimiento indígena y luego, este miércoles, reinstaló el estado de excepción en cuatro provincias en las que el paro nacional que mantiene hace dos semanas y media la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) sigue fuerte: Azuay (sur), Imbabura (norte), Sucumbíos (este) y Orellana (este).
Además, los campos hidrocarburíferos de explotación, bloques y sus áreas de influencia fueron declarados como Zonas de Seguridad en las provincias de Sucumbíos y Orellana, según informó el diario local Expreso. En Azuay, la libre circulación estará restringida desde las 21:00 a las 05:00. En el caso de Sucumbíos y Orellana la restricción empieza a las 19:00 hasta las 05:00 y en Imbabura no habrá restricciones de este tipo.
Nuevamente, el mandatario usó como argumento una "grave conmoción interna" provocada por el paro, los bloques de ruta y las protestas, todos encabezados por el movimiento indígena, el principal movimiento social del país, que ha mantenido una constante oposición a la política económica liberal de Lasso, pese a que un sector importante de su base lo votó en el balotaje del año pasado para evitar una vuelta del correismo al poder.
Sin embargo, mientras el mandatario acusa a los indígenas de "secuestrar la paz", estos piden ser reconocidos como una voz legítima y reabrir un diálogo en el que se puedan negociar sus reclamos sociales, principalmente una reducción significativa del precio de los combustibles, uno de los productos básicos que más creció en la actual ola inflacionaria, algo poco usual en un país que lleva dos décadas de dolarización. Sin embargo, el aumento de precios internacionales y el derrumbe de las exportaciones por la guerra en Ucrania han profundizado una crisis económica que no es nueva.
Durante el anterior estado de excepción, cinco manifestantes murieron en medio de la represión y las confrontaciones. Esta semana, un militar que hacia parte de un convoy que protegía camiones cisterna falleció durante un ataque del que el Gobierno acusa a los indígenas, pero ellos lo niegan. La mesa de diálogo, convocada por los cinco poderes del Estado y a la que Lasso nunca fue, buscaba terminar con esa ola de violencia. Sin embargo, las decisiones del mandatario de las últimas 48 horas podrían hacer recrudecer el conflicto social en las calles y la crisis política.