Ante el temor que la crisis social y política se profundice en Ecuador, la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE) intenta este jueves mediar entre el Gobierno y el movimiento indígena para reanudar el diálogo que el presidente Guillermo Lasso rompió hace dos días y encontrar una salida al paro nacional que ya lleva 18 días y provoca desabastecimiento de alimentos y combustibles en varias partes del país, entre ellas Quito, la capital.
El ministro de Gobierno, Francisco Jiménez, adelantó que el Gobierno de Lasso reanudará el diálogo con el movimiento indígena. Para "devolver la tranquilidad al pueblo ecuatoriano hemos decidido aceptar el proceso de mediación que ahora va a impulsar la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE)", aseguró, pero aún se espera el anuncio formal de la conducción católica del país, que debería explicar cuándo y bajo qué condiciones se instalará la mesa de negociaciones.
El líder de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), Leónidas Iza, confirmó de inmediato que va a participar, aunque destacó que hace un año que vienen dialogando con las autoridades sin que haya resultados. "Si venimos acá, después de un año de dialogar, venimos diciendo: no más diálogo sino resultados", pidió Iza en un video publicado en Twitter.
"Participaremos para concluir con este diálogo (...) invitamos a las autoridades del estado (a no poner) más pretextos, no más condiciones, nosotros jamas hemos puesto condiciones, siempre hemos dicho (que hacen falta) garantías, de un lado y del otro, para que lo que se habla se cumpla. Sea en este tiempo o en el tiempo que sea necesario: garantías, no condiciones", agregó el líder de la Conaie quien aparece en el video rodeado de cuatro compañeros. Además, reclamó al presidente Guillermo Lasso por sus "palabras cambiantes" y reafirmó la necesidad de "concluir con este diálogo para poder concretar lo que en la mesa (de negociaciones) está avanzando".
El Gobierno rompió hace dos días las negociaciones con la poderosa Conaie luego de acusar a manifestantes de un ataque a un convoy de policías y militares en la amazónica provincia de Sucumbíos. En ese choque un militar murió y otros 12 resultaron heridos. En el contexto de las protestas también han muerto cinco civiles, según organizaciones de derechos humanos.
Los diálogos habían empezado el lunes luego de más de dos semanas de protestas, que tuvieron su punto más violento entre jueves y viernes de la semana pasada en Quito. "Reiteramos que la voluntad del Gobierno nacional es primero garantizar la paz de los ecuatorianos y en función de ese criterio no dejaremos de tomar las acciones que permitan llegar por la vía del derecho y del respeto de las constitución a esa paz tan anhelada", apuntó Jiménez, informó la agencia de noticias AFP.
Aunque el Gobierno había dicho la víspera que no estaba dispuesto a dialogar con Iza, ahora señaló que no pretende "poner condicionamientos" a este nuevo acercamiento. Poco antes, el presidente Lasso decretó el estado de excepción en cuatro de las 24 provincias del país donde, según el gobierno, se "concentran la mayoría de actos violentos" de las protestas.
La medida, sin embargo, no incluye Pichincha, cuya capital es Quito, donde la mayoría de unos 14.000 manifestantes están congregados y este jueves volvieron a marchar.
Los indígenas piden una reducción del precio de combustibles, el control de precios de productos agrícolas y la suspensión de actividades mineras y petroleras en territorios nativos. El Gobierno, atendiendo a los reclamos, bajó en 10 centavos el valor del diésel (1,80 dólares) y la nafta corriente (2,45), pero la Conaie lo considera insuficiente.
Con información de Télam