En crecimiento, estables o estancas, las ultraderechas europeas y latinoamericanas insisten en tender lazos y crear mecanismos de integración como una suerte de contracara del mítico Foro de São Paulo (fundado por el Partido de los Trabajadores en los años '90), de la Internacional Socialista y del más reciente Grupo de Puebla. En los últimos años quien se puso al frente de esa tarea fue el partido español VOX, que logró su primera representación parlamentaria en 2018 y que el triunfo de Giorgia Meloni en Italia y la novedad de Javier Milei en Argentina le sirvieron para relanzar su apuesta.
Prueba de ello es el encuentro que armaron esta semana en Madrid y que incluyó primero el festival Viva 22, que mezcló discursos, bandas musicales y videos sorpresa, como el que envió el ex presidente estadounidense, Donald Trump, además de la participación de Meloni, del primer ministro húngaro, Viktor Orban, y su par polaco, Mateusz Morawiecki, y que cerró con dos jornadas este martes y miércoles que reunieron a parlamentarios europeos y latinoamericanos.
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"La propuesta más cultura (Viva 22) fue por demás un pinchazo", opinó en diálogo con El Destape el politólogo y autor de Salvini & Meloni. Hijos de la misma rabia, Jaime Bordel y agregó: "Fueron muchos menos asistentes de los que ellos pensaban que iban a ir y además no tuvo buena acogida en la opinión pública, porque durante el festival se vieron imágenes grotescas, con algunos disfrazados de personajes históricos y músicos un poco patéticos como los que cantaron 'Vamos a volver al 36'", en referencia al golpe de Franco que inició la Guerra Civil española.
De hecho -opinó- Milei dio un discurso bastante largo en el que no logró conectar con la sociedad española. Lo aplaudieron muy poco y Bordel señaló que es algo que se viene repitiendo con varios líderes cuando son invitados por Vox. Un ejemplo es el de Meloni, la jefa de Hermanos de Italia que fue invitada a Andalucía en el marco de las elecciones locales y tuvo un discurso bastante agresivo. "Empezó a decir cosas en contra de las élites de Bruselas y a utilizar un lenguaje muy beligerante que terminó por asustar a la sociedad española. Incluso la propia Meloni durante meses en Italia tuvo que estar pidiendo perdón por el discurso que había dado y argumentó que 'estaba cansada' y que eso la hizo ponerse más agresiva", explicó el politólogo español.
Europeos, conservadores y reformistas
Por segundo año consecutivo, el Grupo de Acción Política Europeos Conservadores y Reformistas (ECR) de la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana realizó un encuentro transatlántico con el nombre "La Cumbre de la Iberoesfera" bajo las consignas "defensa de la democracia y la libertad". Se hizo en Madrid, contó con la participación de diputados como Victoria Villaruel (La Libertad Avanza), el abogado y político boliviano y ex ministro de la Presidencia, Carlos Sánchez Berzaín, la parlamentaria de Perú de la fuerza Avanza País, Adriana Tudela, y miembros del oficialista polaco, Ley y Justicia; además de los líderes españoles Abascal e Iván Espinosa de los Monteros.
El ECR se creó en 2009 y mantuvo un perfil bajo hasta que en esta última legislatura, cuando entraron pesos pesados en representación de Polonia, del Grupo de Visegrado y el propio Hermanos de Italia, tomó más volumen. Es el contrapeso de otro grupo de extrema derecha dentro del Parlamento que se llama Identidad y Democracia (2019). Las diferencias fundamentales entre ambos radican en que ECR tiene una posición atlantista, a favor de Estados Unidos, que no ve con buenos ojos el acercamiento a Rusia y que está a favor de quedarse dentro de la Unión Europea. "ECR aboga por una Europa de las naciones, por devolver las competencias a los Estados, por la soberanía nacional y buscan frenar la integración y las políticas en materias de derechos civiles y sociales como lo que ellos llaman 'lobby LGBTI'", explicó el politólogo.
Ante ese escenario de fracturas al interior de las extremas derechas en Europa, a Vox le resulta más beneficioso armar un entramado con sus pares latinoamericanos y así esquivar las grietas en su propio continente. "A Vox le genera muchas menos contradicciones las derechas latinoamericanas con las que comparte, por ejemplo, el neoliberalismo, cuestiones religiosas y también un fuerte anticomunismo. Por ejemplo en su discurso de hoy de Abascal habló de que ellos tenían que unirse y reforzar la unión porque lo enemigos y malos ya estaban unidos", explicó el autor de Salvini & Meloni. Hijos de la misma rabia. Y agregó: "Porque el enemigo de las derechas en América es la izquierda, los zurdos, el foro de Sao Paulo y el narco estado terrorista de Venezuela".
En España -explicó Bordel- entrar a la comunidad europea significó modernizarse y esa es una marca histórica muy profunda: "Por eso si en España querés hacer algo a nivel electoral, no te podés presentar diciendo que vas a salir de la Unión Europea (UE)". Ejemplo de eso son las ultraderechas en Francia, Alemania o la misma Italia, donde las mismas fracciones que se abrazaban a la idea de dejar el bloque y mantienen fuertes lazos con Rusia, ahora moderaron su posición y hablan de reformar la UE, como es el caso de Mateo Salvini o la francesa Marine Le Pen.
Esas grietas quedaron bien claras si se compara el vínculo entre VOX y las elecciones generales en Italia y las que tuvieron lugar en Francia a principio de este año. Vox tuvo un apoyo mucho más efusivo a Meloni (de hecho fue invitada al cierre de las elecciones andaluzas) que a Le Pen; a quien la propia Meloni no acompañó en el balotaje.
Vox, a capa caída
"A lo mejor la cumbre de la Iberosfera ha tapado un poco que Vox en este momento está enfrentando disputas internas y está más bien estancado", opinó Bordel y marcó como un punto crítico la discusión que mantienen en este momento con quien fue la candidata en Andalucía, Macarena Olona, quien dio un mensaje ambiguo en el que sugirió que podría abrirse del partido y formar uno propio.
La fuerza de extrema derecha hizo un buen desempeño en las elecciones de 2019, pero en estas últimas de Andalucía el resultado fue peor que el esperado, sobre todo si se tiene en cuenta que fue la región que los vio nacer. "Cuatro años después mejoraron muy poco los resultados. Los sondeos previos les daban bien pero el resultado fue bastante malo", explicó el politólogo. Además opinó que el cambio de liderazgo en el Partido Popular, donde Alberto Núñez Feijóo desplazó a Pablo Casado revitalizó al histórico partido, un movimiento que activó electoralmente en detrimento de Vox.
"Yo creo que más bien lo que hubo en los últimos años no es tanto una vuelta al bipartidismo clásico, pero si un reforzamiento de las dos grandes fuerzas: el Partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Sobre todo porque el espacio a la izquierda del PSOE está muy desorganizado y tampoco se sabe bajo qué fórmula se van a presentar", opinó el politólogo y destacó que si bien los partidos tradicionales de España perdieron poder en el último tiempo todavía siguen funcionando como un "cortafuego a las opciones que están más a su izquierda y más a su derecha". Con ese escenario destacó que, de cara a las próximas elecciones generales, el temor estará no tanto en un posible gobierno liderado por Vox, posibilidad que ve muy lejos, sino en un eventual gobierno con alguna de las fuerzas tradicionales.