El Gobierno de Etiopía anunció hoy que participará de conversaciones de paz organizadas por la Unión Africana (UA) en Sudáfrica para intentar poner fin al conflicto que se extiende desde hace casi dos años en el Tigré, en el norte del país, y que ha dejado miles de muertos y millones de desplazados.
El anuncio llega luego de reiterados llamados internacionales a frenar la escalada de violencia en el Tigré, tras un intento fallido de la UA de sentar a una mesa de negociación a representantes del Gobierno y de los rebeldes del Frente Popular de Liberación del Tigré (TPLF).
La Comisión de la UA "nos informó que las conversaciones de paz fueron fijadas para el 24 de octubre en Sudáfrica. Nosotros volvimos a confirmar nuestro compromiso de participar", dijo Redwan Hussein, consejero de Seguridad Nacional del primer ministro, Abiy Ahmed.
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"Sin embargo, estamos consternados por el hecho de que algunos estén empeñados en adelantarse a las conversaciones de paz y en difundir falsas acusaciones contra las medidas defensivas", agregó el funcionario, informó la agencia de noticias AFP.
Las partes en conflicto aceptaron a comienzos de octubre participar en el diálogo propuesto por la UA, pero la reunión nunca tuvo lugar.
La guerra iniciada en el Tigré en noviembre de 2020 sufrió un recrudecimiento durante las últimas semanas tras el estallido de nuevos combates en agosto, después de cinco meses de tregua humanitaria pactada entre las partes.
La milicia rebelde denunció además una ofensiva a gran escala del Ejército de la vecina Eritrea en apoyo a las fuerzas etíopes.
El conflicto en Etiopía estalló tras un ataque del TPLF contra la principal base del Ejército, en el Tigré, situada en la ciudad de Mekelle, la capital de la norteña región.
Tras el ataque, Abiy ordenó una ofensiva contra el grupo tras meses de tensiones a nivel político y administrativo.
El TPLF acusa a Abiy de azuzar las tensiones desde su llegada al poder en abril de 2018, cuando se convirtió en el primer oromo, un grupo étnico del centro-sur del país, en acceder al cargo.
Hasta entonces, el TPLF había sido la fuerza dominante dentro de la coalición que gobernó Etiopía desde 1991, el Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (EPRDF), sustentada en las etnias.
El grupo se opuso a las reformas de Abiy, que consideró como un intento de socavar su influencia.
El conflicto en el Tigré ha dejado miles de muertos, entre soldados etíopes y eritreos, milicianos del TPLF y civiles. No hay estimaciones oficiales sobre una cifra más concreta.
La ONU dice que 2,1 millones de personas tuvieron que abandonar sus casas por la violencia y establecerse en otras partes del país como desplazados internos.
Unas 60.000 personas más huyeron al extranjero, donde son refugiados.
En marzo pasado, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) estimaba que 4,6 millones de personas, es decir 83% de los cerca de 6 millones de habitantes de la región, se encontraban en situación de "inseguridad alimentaria".
Otros 2 millones de residentes sufrían "escasez extrema de alimentos".
La ONU ha denunciado durante mucho tiempo un "bloqueo humanitario" del Tigré, del cual el Gobierno y los rebeldes se responsabilizan mutuamente.
Con información de Télam