Japón redoblará sus esfuerzos para hacer frente a un posible aumento de los casos de la variante ómicron del coronavirus y tratará de suministrar tratamiento oral con fármacos de Pfizer Inc. en todo el país el próximo mes, declaró el martes el primer ministro Fumio Kishida.
Asimismo, indicó que el gobierno decidirá la semana que viene si amplía los controles fronterizos, que según él han evitado un repunte en las cifras de infección.
"Nos prepararemos para cambiar el enfoque de la respuesta de Japón a ómicron a las medidas domésticas para protegerse contra el peor escenario de un posible pico de transmisiones comunitarias", dijo Kishida en una conferencia de prensa.
Aparte de las píldoras antivirales desarrolladas por Merck & Co Inc que ya se distribuyen en todo el país, el gobierno tratará de poner en marcha "lo antes posible en febrero" los medicamentos de tratamiento oral de Pfizer en Japón, señaló.
A medida que se disponga de más fármacos orales, Japón permitirá que más pacientes reciban el tratamiento en casa para evitar que el resurgimiento de las infecciones provoque una escasez de camas en los hospitales, afirmó.
Japón está apostando con fuerza por los tratamientos orales para mantener a raya las infecciones graves y las muertes en caso de que surja la temida sexta ola de la pandemia. El gobierno acordó en noviembre pagar a Merck y a su socio Ridgeback Biotherapeutics unos 1.200 millones de dólares por 1,6 millones de tratamientos de su medicamento molnupiravir.
"Si un repunte de las infecciones conduce a una escasez de camas en los hospitales, debemos considerar de forma flexible la posibilidad de aumentar el control de la actividad", dijo Kishida.
El primer ministro también dijo que renunciará a las visitas al extranjero antes de que comience la próxima sesión del parlamento el 17 de enero, para centrarse en el establecimiento de medidas antipandémicas. Los medios habían informado que Kishida tenía previsto visitar Australia y Estados Unidos antes de que se reúna el parlamento.