Nueva Zelanda registró el martes su mayor aumento de casos de COVID-19 desde abril de 2020, pero las autoridades afirmaron que las cifras no estaban aumentando exponencialmente y que la mayoría de los casos seguían centrados en Auckland, donde se inició el reciente brote.
La racha de ausencia del virus en el país desde febrero terminó la semana pasada después de que un brote de la variante delta del coronavirus, altamente contagiosa, surgiera en Auckland, la mayor ciudad de Nueva Zelanda, y se extendiera rápidamente a la capital, Wellington.
Las autoridades informaron el martes de 41 nuevos casos de COVID-19, lo que eleva el número total de infecciones en el país a 148, según declaró en una conferencia de prensa el director general de Sanidad, Ashley Bloomfield. Se trata del mayor número de casos nuevos desde abril de 2020, según un gráfico publicado en el sitio web del Ministerio de Sanidad.
De los nuevos casos, 38 están en Auckland y tres en Wellington.
La primera ministra, Jacinda Ardern, se ha ganado los elogios de todo el mundo por haber acabado con el COVID-19 en el país.
Sin embargo, su confianza en los estrictos controles fronterizos y en los cierres bruscos que han afectado a la economía se ha puesto en tela de juicio en medio del último brote, que se ha producido cuando pocas personas han sido vacunadas.
El lunes, Ardern amplió el estricto nivel 4 de confinamiento nacional por tres días, hasta la medianoche del 27 de agosto, mientras que en Auckland habrá restricciones al menos hasta el 31 de agosto.
Con información de Reuters