El primer ministro británico, Boris Johnson, salió a defender hoy el valor de sus medidas contra el coronavirus, tras sentirse acorralado políticamente por un buen número de parlamentarios oficialistas que no las respaldan y por legisladores de la oposición que lo acusan de ser "demasiado débil".
Un total de 96 diputados conservadores se opusieron a exigir de forma obligatoria el certificado Covid para ingresar a clubes nocturnos o eventos masivos en Inglaterra, aunque la iniciativa recibió el visto bueno de la Cámara de los Comunes por 396 frente a 126 votos.
La rebelión interna también se notó a la hora de decidir los otros proyectos que también fueron aprobados y que incluyen la obligatoriedad del uso de tapabocas en la mayoría de los espacios públicos cerrados, con excepción de pubs, restaurantes y gimnasios.
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La oposición dentro de los legisladores conservadores, planteó serias dudas sobre su autoridad, golpeada por múltiples reclamos sobre la violación de las reglas del coronavirus en el período previo a la Navidad del año pasado.
En ese sentido, el líder laborista Keir Starmer, atacó hoy al primer ministro al afirmar en el Parlamento que Johnson es "demasiado débil" para liderar al Reino Unido en medio de la emergencia sanitaria.
Según el dirigente opositor, el Gobierno ganó anoche gracias a los votos laboristas e hizo referencia a la pérdida de autoridad ante la rebelión entre los diputados conservadores que se pronunciaron en contra de las medidas.
"El primer ministro es tan débil que, sin los votos laboristas, las medidas no se hubieran llevado a cabo. Los británicos están buscando un primer ministro con la confianza y la autoridad para guiar al Reino Unido a través de la crisis", dijo.
Sostuvo que Johnson perdió su autoridad y, con ella, su capacidad de liderazgo.
"Estamos atrapados con el peor primer ministro en el peor momento posible", asestó.
Según Starmer, tanto sus propios parlamentarios como los ciudadanos descreen que Johnson no sabía nada sobre las supuestas reuniones presenciales que se hicieron en diciembre pasado en la residencia oficial, cuando estaba prohibido por las reglas de la pandemia.
El premier británico, por su parte, se defendió al afirmar que "se está investigando" lo ocurrido y que la evidencia de su liderazgo se refleja en la provisión de vacunas "que fue la más rápida en Europa" y por la que el 45% de los mayores de 18 años ya se inmunizó.
El premier también afirmó que su Gobierno "creó 500.000 puestos de trabajo más" que cuando comenzó la pandemia.
Con información de Télam