La pandemia del COVID-19 no cesa en todo el mundo pero en Brasil la situación es alarmante y las muertes y contagios durante los últimos meses colocó al país que gobierna Jair Bolsonaro en el epicentro mundial. Brasil supera las 3 mil fallecimientos diarios y los hospitales ya están colapsado, lo que representa un combo mortal.
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A esto se suma que en se registró un aumento significativo de muertes en niños menores de 9 años. Según cifras del Ministerio de Salud de Brasil entre febrero y mediados de marzo de 2021, el COVID-19 provocó la muerte de al menos 852 niños de hasta nueve años, entre ellos 518 bebés menores de un año. Sin embargo, ONG's aseguran que este número es mayor ya que por la falta de pruebas de la enfermedad el registro no es totalmente acertado.
Según un estudio sobre 5.857 pacientes menores de 20 años con COVID-19 realizado por pediatras brasileños dirigido por Braian Sousa de la Facultad de Medicina de São Paulo, identificó que las comorbilidades como las vulnerabilidades socioeconómicas son el mayor factor de riesgo principalmente en niños.
Es que la mayoría de los menores afectados por COVID-19 padecían enfermedades o trastornos preexistentes (afecciones existentes como diabetes o problemas cardiovasculares) o sobrepeso, según detalló Lohanna Tavares, infectóloga pediátrica del Hospital Infantil Albert Sabin en Fortaleza, la capital del estado de Ceará.
Por qué mueren más niños con COVID-19 en Brasil
Los expertos aseguran que la gran cantidad de casos de COVID-19 en el país, que el segundo número más alto del mundo, aumentó la probabilidad de que los bebés y niños de Brasil se contagien de COVID-19. Renato Kfouri, presidente del Departamento Científico de Inmunizaciones de la Sociedad Brasileña de Pediatría remarcó que esto se debe a que "cuantos más casos hayan y por ende más hospitalizaciones, mayor será el número de muertes en todos los grupos de edad, incluidos los niños".
Los especialistas admiten que existe un grave problema en la detección de los casos ya que el país no cuenta con suficientes testeos en la población en general y menos en niños. “Debido a que hay un retraso en el diagnóstico, hay un retraso en la atención del menor”, admitió la reconocida epidemióloga de la Universidad de São Paulo, Fatima.
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"Un niño tiene mucha más diarrea, mucho más dolor abdominal y dolor en el pecho que la imagen clásica de COVID-19. Debido a que hay un retraso en el diagnóstico, cuando el niño llega al hospital está en una condición grave y puede terminar complicarse y morir ", agregó Marinho.
La epidemióloga agregó que otro factor importante es la pobreza y el acceso a la salud: "Los más vulnerables son los niños negros y los de familias muy pobres, ya que tienen más dificultades para acceder a la ayuda. Estos son los niños con mayor riesgo de muerte".
"Pasamos de 7 millones a 21 millones de personas por debajo de la línea de pobreza en un año. Así que la gente también está pasando hambre. Todo esto tiene un impacto en la mortalidad", agregó Marinho.
En Brasil, actualmente, no hay vacunas disponibles para niños menores de 16 años.
Si bien, los científicos aseguran que el riesgo de muerte en este grupo etario es "muy bajo", las cifras actuales sugieren que el 0,58% de las 345.287 muertes por COVID-19 en Brasil hasta la fecha han sido de niños de 0 a 9 años, lo que realmente es alarmante ya que representa 2.000 niños muertos por la enfermedad.
Síntomas de alerta de COVID-19 grave en niños
Si bien el COVID-19 no suele ser grave en niños, es fundamental estar alerta a ciertos síntomas. El Royal College of Paediatrics and Child Health aconseja a los padres que busquen ayuda si su hijo presenta:
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Palidez y sensación anormalmente frío al tacto.
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Pausas en la respiración (apneas)
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Dificultad para respirar, se agita o no responde
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Labio azulados
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Ataques o convulsiones
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Angustia y confusión
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Erupciones
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Dolor testicular, principalmente