La Unión Europea (UE) prometió hoy en la conferencia del clima COP27 de Egipto actualizar su objetivo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, luego de que el encuentro superara su ecuador en medio de persistentes diferencias entre países ricos y menos desarrollados sobre cómo pagar la factura de la acción climática.
"La UE está dispuesta a actualizar su CDN (contribución determinada a nivel nacional)", dijo el jefe de la oficina de clima de la UE, Frans Timmermans, en la conferencia, "así que no dejen que nadie les diga, ni aquí ni fuera, que la UE está dando marcha atrás", dijo, citado por la agencia de noticias AFP.
La COP27 de Sharm el Sheij, Egipto, que comenzó la semana pasada, sirve para evaluar la marcha de los compromisos asumidos en la COP21 de Francia de 2015, cuando los países firmaron el denominado Acuerdo de París para comprometerse a mantener el calentamiento global en 1,5° C para fines de siglo, respecto de la era preindustrial.
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El Acuerdo de París, además, solicitaba a los países actualizar sus CDN cada cinco años, pero en la COP26 de 2021 en el Reino Unido se acordó hacerlo todos los años, dada la gran brecha entre los recortes de emisiones necesarios para limitar el calentamiento global a 1,5 °C y las reducciones en emisiones actualmente planeadas.
La COP27 culmina oficialmente sus trabajos este viernes, y el objetivo de ecologistas y países en vías de desarrollo es conseguir que los países ricos asuman la creación de algún tipo de fondo o mecanismo para asumir las pérdidas y daños causados por el calentamiento del planeta, una crisis de la que los científicos llevan décadas alertando y que ahora empieza a mostrar su peor cara.
La UE tiene una de las normativas sobre cambio climático más ambiciosas de los principales emisores, habiéndose comprometido a reducir sus emisiones netas de gases de efecto invernadero en un 55% para 2030, respecto a los niveles de 1990, y a eliminarlas para 2050.
Para facilitar la consecución de los objetivos del Acuerdo de París, hay un bloque de países, entre ellos India y Colombia, que abogan por el abandono progresivo de los combustibles fósiles.
En plena crisis energética desatada por la guerra en Ucrania, con los países utilizando de nuevo de forma masiva el gas y el petróleo, las emisiones de CO2 de origen fósil baten récords históricos este año (+1% respecto a 2021), según un informe publicado durante la COP27.
En cuanto a las pérdidas y daños -el eterno asunto aplazado desde el inicio de las negociaciones climáticas-, por primera vez se incluyó oficialmente un punto en la agenda de negociación, que propone básicamente escoger entre crear un fondo específico o utilizar mecanismos financieros ya existentes dentro de la ONU.
También está en pleno debate cómo actualizar, a partir de 2025, la cifra de 100.000 millones de dólares anuales de financiamiento de las medidas de mitigación y adaptación al cambio climático de los países pobres.
Ese monto, que debía haberse alcanzado en 2020, no ha sido cumplido hasta ahora por los países desarrollados.
"La promesa de los 100.000 millones de dólares anuales para la acción climática no puede soslayarse más, porque esa cantidad es ya insuficiente ante los desafíos que tenemos", abundó Fiame Naomi, la primera ministra de Samoa, un país insular amenazado por la subida del nivel de los océanos.
Aunque Estados Unidos es el principal responsable histórico de las emisiones de efecto invernadero, a medida que China aumenta su peso económico global se convirtió en el país del mundo que más gases de este tipo expulsa ahora a la atmósfera, por lo que en el debate sobre pérdidas y daños también se insinúa la posibilidad de que esta nación pueda afrontar parte de la factura.
Con información de Télam