Khader Adnan, de 45 años, murió en una cárcel israelí bajo custodia al cabo de 87 días de huelga de hambre contra las masivas detenciones de palestinos y palestinas por parte de Israel. Es la primera víctima mortal de este tipo en más de tres décadas, por lo que esta situación desencadenó una nueva ola de violencia en la región con disparos de cohetes desde Gaza hacia Israel y convocatorias a protestas.
Adnan estaba a la espera del juicio y fue hallado inconsciente en su celda y trasladado a un hospital, donde fue declarado muerto tras los esfuerzos por reanimarlo, informó el Servicio de Prisiones de Israel. También declaró que el detenido también se negó a someterse a cualquier evaluación o tratamiento médico. Sin embargo, el abogado de Adnan, Jamil Al-Khatib, salió al cruce y denunció que las autoridades israelíes, en realidad, le negaron la atención debida, una acusación a la que se unió un médico de un grupo de defensa de los derechos humanos que se reunió recientemente con el fallecido.
"Exigimos que se lo trasladara a un hospital civil donde se le pudiera hacer un seguimiento adecuado. Lamentablemente, tal exigencia fue respondida con intransigencia y rechazo", declaró Al-Jatib a Reuters.
Lina Qasem-Hassan, de Médicos por los Derechos Humanos Israel, dijo que vio a Adnan el 23 de abril, momento en el que había perdido 40 kilogramos y tenía problemas para respirar, pero estaba consciente. "Su muerte podría haberse evitado", declaró Qasem Hassan a Reuters y contó que varios hospitales israelíes se negaron a admitir a Adnan tras sus breves visitas a sus salas de urgencias.
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Adnan, de 45 años, era natural de Yenín, en el territorio bajo ocupación israelí de Cisjordania. Fuentes de la Yihad Islámica dijeron que era uno de sus dirigentes políticos. La facción tiene una presencia limitada en Cisjordania, pero es el segundo grupo armado más poderoso en Gaza, gobernada por Hamas, donde las fuerzas israelíes libraron una breve guerra en su contra el pasado agosto. Desde 2011, había llevado a cabo al menos tres huelgas de hambre en protesta por las detenciones sin cargos de Israel, práctica de la que él también era víctima. De hecho, estuvo preso al menos en 12 ocasiones bajo la denominada “detención administrativa”, que es sin cargos, aunque en esta ocasión el Servicio de Prisiones de Israel informó que estaba procesado por un tribunal militar israelí por cargos que incluían vínculos con un grupo proscripto e incitación a la violencia.
En tanto, el método de protesta utilizado por el activista también es implementado por otros presos palestinos, a veces en masa, pero ninguno había muerto desde 1992.
Las repercusiones locales e internacionales
El primer ministro palestino, Mohammad Shtayyeh, describió la muerte como "un asesinato deliberado" de Israel por "rechazar su petición de liberación, ignorarlo médicamente y mantenerlo en la celda a pesar de la gravedad de su salud". La Liga Árabe también atribuyó la muerte a la "política de negligencia médica deliberada practicada sistemáticamente por las autoridades de ocupación israelíes".
La Unión Europea (UE), por su parte, pidió a Israel que investigue todas las circunstancias relacionadas con la muerte de Adnan. La esposa de Adnan, Randa Moussa, por su parte, dio una rueda de prensa en su domicilio en Arraba, en el norte de Cisjordania, declaró que su muerte era un "orgullo": "No queremos que se vierta ni una sola gota de sangre, no queremos que nadie responda al martirio (de Adnan), no queremos ningún disparo de cohetes y que después ataquen Gaza", dijo la viuda.
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Días atrás, Moussa había dicho que sus condiciones de detención eran "muy difíciles" y denunció que Israel rechazó trasladarlo a un hospital civil o permitir la visita de su abogado.
La Yihad Islámica, considerada una entidad terrorista por Israel, Estados Unidos y la UE, advirtió que el Estado hebreo "pagará el precio de este crimen". "Si el pueblo palestino no tuviera personas como Khader, nuestra causa no tendría repercusión", dijo su líder, Ziad al Nakhalah, que saludó una muerte "poderosa y honorable".
Protestas y violencia
Tras la muerte de Adnan, cientos de personas salieron a las calles de Gaza para manifestarse y para lamentar su muerte, en ese contexto, el Ejército de Israel dijo que milicianos palestinos de la Franja de Gaza lanzaron 22 cohetes hacia territorio israelí en horas de la tarde, y que un hombre de 25 años resultó seriamente herido en uno de los ataques. Cuatro de los cohetes fueron interceptados por el sistema anticohetes israelí, informaron.
El Ejército, además, dijo que respondió a los ataques con disparos de tanques hacia la Franja de Gaza, el territorio costero palestino gobernado por el movimiento islamista palestino Hamas que ha sido blanco de varias ofensivas israelíes desde 2008. Los palestinos llamaron a una huelga general y convocaron protestas para la tarde en los territorios de Cisjordania y la Franja de Gaza. La Yihad Islámica dijo en un comunicado que "nuestra lucha continúa y no se detendrá".
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La muerte de Adnan llega en momentos en que Israel está dirigido por el gobierno más derechista de su historia, liderado por el primer ministro Benjamin Netanyahu. Las prisiones y los presos palestinos son supervisados por el ministro de Seguridad, Ben-Gvir, un político ultranacionalista que anteriormente endureció las restricciones a los presos palestinos, incluida la reducción del tiempo de ducha y el cierre de las panaderías de la prisión.
Ben-Gvir dijo este martes que los funcionarios penitenciarios debían mostrar "tolerancia cero hacia las huelgas de hambre y los disturbios en las prisiones de seguridad" y ordenó que los prisioneros sean confinados a sus celdas. La Sociedad de Prisioneros Palestinos acusó a Israel de haber "asesinado" a Adnan, informó la agencia de noticias AFP y dijo que numerosos palestinos detenidos en la prisión de Ofer en Israel iniciaron una huelga de hambre general para protestar por la muerte del activista.
Más de 100 palestinos murieron ya en lo que va del año en operativos militares israelíes o al cometer ataques en Cisjordania y Jerusalén este. Un total de 19 israelíes murieron en el mismo lapso en ataques palestinos en Cisjordania o Israel.