El conflicto entre Israel y la organización armadas palestina, Hamas, vive horas dramáticas después del sangriento ataque este martes al hospital Al-Ahli, en la Franja de Gaza, que provocó la muerte de más de 500 personas, según informaron autoridades gazatíes. La comunidad internacional repudió de inmediato el ataque que la milicia palestina atribuyó al Ejército de Israel y ahora el temor es que esto reconfigure el escenario en Medio Oriente. El líder de la Autoridad Nacional Palestina y rival en la interna palestina de Hamas, Mahmud Abbas, canceló el encuentro que tenía previsto para este miércoles con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en Jordania, y recrudeció su discurso contra Israel, en simultáneo a que se desatan enormes protestas en varios países árabes y se intensifican incluso en la Cisjordania ocupada. La escalada que se esperaba con el avance terrestre de Israel en Gaza parece haberse adelantado con el desastre humanitario que provocó el ataque al hospital.
Una hora después de conocerse la explosión, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y el portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), desmintieron la versión palestina que le atribuyó el ataque y por el contrario aseguraron que luego de analizar material de inteligencia estaban en condiciones de asegurar que el ataque fue producto de un proyectil del movimiento armando, Yihad Islámica, con destino a Israel pero que "se quedó corto" y cayó dentro de la Franja.
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Sin embargo, ya pasadas varias horas de la masacre, el movimiento islámico desmintió esa versión en un comunicado recogido por la agencia de noticias Sputnik. "Confirmamos que las acusaciones formuladas por el enemigo son falsas e infundadas”. La seguidilla de acusaciones y desmentidas; no obstante, parece haber quedado en segundo plano y solo el escozor por el desastre humanitario que causó la explosión funcionó como acelerador de las tensiones que hasta ahora no habían terminado de estallar. Sobre ello, el periodista especializado en Medio Oriente, Ezequiel Kopel, analizó en Twitter: "El mundo árabe no necesita saber si fue Israel o si Hamas mató salvajemente. Los que dijeron que no había ningún contexto buscaban que nada se entienda pues para los árabes justamente Israel es el culpable por el contexto (ocupar hace medio siglo a los palestinos)".
La comunidad internacional y los jugadores regionales, como Irán, habían alertado que el punto de quiebre en esta etapa del conflicto sería cuando Israel decidiera avanzar con su ofensiva terrestre en la Franja de Gaza, que anticipó días atrás. La propia ONU describió como "imposible" el pedido de Israel a los civiles de Gaza de desplazarse al Sur y así despejar el camino para un mayor ataque de las FDI a Hamas. Y la agencia de la ONU para refugiados palestinos denunció este martes que "ya no hay lugar seguro" en Gaza y que casi no quedan reservas de agua. Sin embargo, hasta hoy, el ejército de Israel insistía a la población local que se desplazara a la par que denuncia a Hamas como el responsable del bloqueo de la ayuda humanitaria.
Pero la explosión en el hospital, algo que viola las leyes internacionales, reconfiguró la escena. Al repudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Unión Europea, Irán y Turquía se sumó la cancelación del encuentro que iba a producirse este miércoles en Jordania entre Biden, Abbas y líderes árabes y que se venía gestionando hace varios días. Y hasta modificó el discurso de las últimas horas de Abbas. Hasta ahora el líder de la ANP venía repudiando las acciones de Hamas y había dicho que la organización armada "no representa al pueblo palestino", pero este martes fue duro contra Israel, le suspendió a Biden, volvió de inmediato a Ramallah (sede del gobierno palestino) y convocó una reunión de emergencia con varios líderes.
Según la agencia de noticias palestina, Wafa, en la reunión con líderes en Ramallah, Abbas dijo que el gobierno israelí "cruzó todas las líneas rojas" y sentenció: “No permitiremos que escape a la responsabilidad y al castigo”. El cambio discursivo de Abbas tiene correlato con la multiplicación de protestas en Cisjordania ocupada (principalmente en Hebrón, Nablus, Ramallah y Jenin) que ya no solo son contra el Estado de Israel y los colonos, sino también contra el propio líder la Autoridad Nacional Palestina por la postura que venía teniendo ante el conflicto. Por eso, en varios casos, la policía palestina las reprimió.
En diálogo con El Destape, el historiador especializado en Palestina e investigador en la Universidad de Haifa, Ido Zelkovitz, puso la mirada en las protestas desatadas en Cisjordania antes del desenlace de este martes. "A la par que Israel atacaba a Hamas en Gaza, palestinos protestaban en Cisjordania ocupada y solo el sábado pasado 14 de ellos fueron asesinados por el ejército israelí. Pero no muchos medios hablan de eso", analizó a este medio. El autor del libro titulado Estudiantes y resistencia en Palestina: libros, armas y política completó: "La Autoridad Nacional Palestina (ANP) tiene miedo de la escalada de protestas. Hamas tiene su disputa con la ANP y le disputa el control y la pone a aprueba y la desafía. Una vez que termine la guerra, y si Israel termina con Hamas, muchos hablan de que se abre una oportunidad para la ANP de vovler a controlar la Franja de Gaza, lugar que perdió después de los seis meses de guerra en 2007 contra Hamas".
El análisis de Zelkovitz, sin embargo, fue hecho antes del cambio de escenario producto de la masacre en el hospital y ahora esta posibilidad parece más lejos. Con las protestas parace ser Hamas quien puede sacar más provecho.
Quién también se expresó con determinación después del ataque fue Irán a través de su ministro de Relaciones Exteriores y de su embajada en Siria. "El tiempo se terminó", fue el mensaje.
En la madrugada, varios medios compartieron imágenes de las intensas protestas en distintas capitales del mundo, entre ellas Beirut y Teherán. También se sumaron otras Irak, Irán, Jordania, Kuwait, Qatar, Egipto, Bosnia y Herzegovina y Túnez.
La frontera con el Líbano y el rol de Siria
Poco tiempo después del ataque de Hamas el sábado 7 de octubre, Israel reforzó su frontera con Líbano y convocó a más de 300 mil reservistas ante la posibilidad de tener que batallar en varios frentes a la vez. En la zona norte operan tanto la Yihad Islámica como la milicia Hezbollah.
"Vemos que aumenta la acción en Hezbollah en el norte y que hay una tendencia a la escalada. Nos vimos forzados a prepararnos en el frente norte y desde nuestra perspectiva es Irán quien está interesado en la escalada. Nosotros estamos preparados para luchar en los dos frentes al mismo tiempo, tenemos la capacidad", afirmó el teniente coronel de las Fuerzas de Defensa de Israel (FD), Peter Lerner en una conferencia de prensa a periodistas en la que participó El Destape. Lerner contó que este lunes evacuaron 28 pueblos que estaban a menos de 20 kilómetros de la frontera con Líbano y afirmó que el 83% del presupuesto de Hamas proviene de Irán, mientras en el caso de Hezbollah representa el 50%.
Voceros del ejército israelí insisten en subrayar que están "en guerra" y prometen que "Hamas será derrotado". "Hamas ya no será una amenaza para Israel, no dejaremos que Hamas tenga nada. No estamos luchando solo por Israel, si no los detenemos irán a Londres y Nueva York", sostuvo el teniente Lerner.
Consultado sobre el rol de Siria, quién días pasados lanzó ataques a la frontera norte, Zelkovitz dijo que no cree que ese país se comprometa más en los ataques. "Para empezar Siria no es una organización como Hamas o Hezbollah. Si Siria interfiere en el Norte, va a estar expuesta a ataques militares directos por parte de Israel que hasta hoy no ha visto. Además, Siria funciona como la puerta de entrada de Hezbollah, es como su patio trasero. Por eso creo que Irán no va a pedir a Siria que se involucre", dijo el analista y cerró: "Pero todo está abierto, sobre todo con Hezbollah. En el futuro no queda más remedio que un enfrentamiento directo. Por eso también creo que con Hezbollah es sólo cuestión de tiempo".