El canciller saliente de Israel, Eli Cohen, admitió que el Gobierno "tiene responsabilidad" por no haber previsto el ataque del movimiento islamista Hamas del 7 de octubre y afirmó que "al final de la guerra" debería crearse una "comisión de investigación independiente" para investigar lo ocurrido. Cohen pasará a estar al frente del ministerio de Energía, mientras que el actual titular de esa cartera, Israel Katz, asumirá como líder de la diplomacia, según una rotación aprobada hoy que forma parte de un acuerdo firmado por el Likud, el partido del primer ministro, Benjamin Netanyahu, y a la cabeza de una coalición de fuerzas de derecha y ultraderecha.
"El Gobierno tiene responsabilidad. Además, en mi opinión, al final de la guerra debería crearse una comisión estatal independiente de investigación para examinar todos los diferentes factores", dijo Cohen a una radio local. Para el funcionario todavía está por ver "quién es responsable, quién falló, quién debe rendir cuentas" por lo ocurrido aquel día.
"Pero lo más importante es que den recomendaciones para garantizar que un evento tan difícil como lo que ocurrió el 7 de octubre no vuelva a suceder", manifestó, en declaraciones que reproduce la agencia de noticias Europa Press.
Esta comisión, según manifestó, "tiene que actuar lo más rápido posible" y "contar con las personas más serias e independientes". Cohen se desempeñó anteriormente como ministro de Inteligencia y jugó un papel importante en la normalización de las relaciones entre Israel y los países árabes, informó la agencia de noticias AFP.
El cambio de ministros se produce en medio de la guerra entre Israel y el movimiento islamista Hamas en la Franja de Gaza, desencadenada por el ataque en suelo israelí el 7 de octubre. En esa incursión, Hamas mató a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, además de tomar 240 rehenes -entre ellos una veintena de argentinos-, de los que alrededor de la mitad continúan en cautiverio.
En respuesta, el Ejército israelí lanzó una campaña de ataques aéreos y terrestres contra el enclave palestino, causando la muerte de al menos 21.800 palestinos, la mayoría de ellos mujeres y niños, y más de 56.400 heridos, según el balance difundido hoy por el Ministerio de Salud del territorio, controlado por Hamas.