Franja de Gaza desde adentro: "Díganle a la gente que no somos terroristas", el mensaje del pueblo palestino expuesto por Médicos sin Fronteras

Dos miembros argentinos de la prestigiosa ONG estuvieron en misión en la Franja de Gaza. Describen las consecuencias de los ataques de Israel en la vida, la identidad y la esperanza de los gazatíes.

28 de septiembre, 2024 | 00.05

Destrucción total. Así describen la situación de Gaza, dos miembros argentinos de Médicos Sin Fronteras (MSF), Andrés Carot, médico cirujano cordobés y Paulo Milanesio, ingeniero civil y Coordinador General de Emergencia Humanitarias santafesino, que estuvieron en misión en la Franja. Cuando hablan de destrucción no se refieren solo a la demolición de prácticamente cada edificio en territorio gazatí causado por los ataques israelíes, sino también a la destrucción de la vida, de la identidad, e incluso de sus recuerdos y esperanzas de cara al futuro.

“A la gente no le queda ni el portarretrato de cuando se graduó la hija de la Universidad”, explica Milanesio a El Destape, en una charla que este medio mantuvo con los dos miembros de MSF que estuvieron este año en distintos períodos en Gaza. Los integrantes de Médicos cuentan cómo los gazatíes reciben el anuncio de bombardeo, cómo deben agarrar algunas pocas cosas, salir y desplazarse una y otra vez. Incluso, otros casos como los de los adultos mayores con movilidad reducida que no pueden salir de sus casas y quedan a la espera del ataque. Irse de la Franja es prácticamente imposible, incluso en los casos de enfermedades más extremas, los argentinos cuentan son constantes las historias de los palestinos que en los últimos meses perdieron a un gran número de familiares por los ataques.

Desde que el pasado 7 de octubre el Hamás atacó Israel, asesinó a más de 1200 israelíes, secuestró a más de 200, más de 100 continúan secuestrados, los ataques de Israel fueron constantes. Hasta el momento, se contabilizan más de 40 mil palestinos asesinados, un alto porcentaje de ellos bebés y menores de dos años. En estos últimos días, se habla de la extensión de la guerra también a Líbano, con quien los ataque entre Hezbolá e Israel fueron constantes, pero en estos últimos días fueron asesinados casi 700 libaneses. Carot recuerda cuál es uno de los pedidos que más le hacen los palestinos: “Díganle a la gente que no somos terroristas, que somos seres humanos como cualquier otro y nos están matando a todos”.

¿Con qué se encontraron en Gaza? ¿Cómo describirían lo que vieron y vivieron?

Paulo Milanesio: Entré por Rafah, por Egipto, y justo dos días después se cerraron las fronteras con Egipto. Fue cuando las Fuerzas de Israel tomó Rafah, y comenzó el bloqueo de toda entrada y salida. Estuve ahí dos meses en mayo y junio, viviendo todo lo que fueron las operaciones en Rafah, todo el movimiento de la gente y el bloqueo de todo lo que era ayuda humanitaria y rotación de personal humanitario. Lo que vi ahí fue una situación apocalíptica. Es una destrucción total, indiscriminada, de cualquier tipo de edificio, de cualquier tipo de estructura. Por supuesto, edificios que tengan que ver con estructuras médicas y cualquier tipo de servicio para cubrir necesidades básicas, pero también destrucción masiva de todo. Creo que no hay un edificio en toda la Franja de Gaza que no esté destruido o afectado estructuralmente por ataques. Es un barrido total de cualquier tipo de estructura que hayan tenido y con ello, por supuesto, la vida de las personas. Hay muchísima gente que todavía está debajo de los escombros, hay muchísima gente que ya no tiene nada. Por ejemplo, hablaba con una colega que me decía que ya perdió a 21 personas de su familia y le quedan 15. Es gente común que ha muerto en ataques. Ni hablar de lo que son las muertes, vamos a decir, pasivas o la gente olvidada, porque hay enfermedades que no tienen tratamiento médico. Hay un montón de gente a la que se la está empujando a la muerte.

Andrés Carot y Paulo Milanesio, miembros de Médicos Sin Fronteras.

¿Qué pasa con las personas que tienen, por ejemplo, enfermedades complejas?

Andrés Carot: Gente diabética, hipertensa, gente que tiene cierto tratamiento por el cáncer, quimioterapia, radioterapia esa gente se muere, no puede ni salir. Si tenés un paciente como un chico con un cáncer, lo primero que hacés es pedirle evacuación para Egipto, pero ahora ya no se puede. Antes, como el paso de Rafah estaba abierto, era pedir evacuación, pero también las evacuaciones tardaban, desde que lo pedíamos hasta que el paciente podía salir, podía pasar uno o dos meses y a veces no salía nunca.

Milanesio: Ahora se abrió un pequeño flujo hacia Jordania, pero es muy a cuenta gotas y nosotros estamos constantemente solicitando el ingreso de insumos, el ingreso de personal y es denegado. Ingreso de insumos que no son solo medicamentos, estructuras para montar un hospital de campaña, u otro tipo de insumos para apoyo logístico. Por ejemplo, no nos dejan entrar bombas de agua, concentrado de oxígeno tampoco. Elementos necesarios para poder hacer que los hospitales, centros de salud o la vida diaria funcionen. Es una situación de caos constante porque son 1.900.000 personas que están en constante movimiento, según los anuncios de los bombarderos o los bombarderos directos.

¿Cómo son los anuncios de los bombardeos?

Gaza está toda dividida en bloques y se van anunciando los ataques según estos bloques, pero a veces se ataca zonas donde ya no se anuncia o los anuncios son en cualquier lugar. Llaman por teléfono que están en esa zona, o llegan mensajes de texto a los teléfonos, WhatsApp también y te llega un mensaje diciéndote, vamos a bombardear, no sé exactamente, pero en árabe dice, somos la fuerza de Israel, usted está en una zona que va a ser bombardeada y que es de alto peligro, le pedimos que se desplace y no seguir este mensaje es su propia decisión. A veces también tiran panfletos con un mensaje parecido. Es agarrar las cosas y salir si te da el tiempo, si tenés los medios y si podés. Entonces, lo que pasa mucho es que hay gente mayor y esto nosotros lo hemos evidenciado, una persona mayor que le dice a su familia, lo siento, yo no puedo acompañarlos porque vivo en el piso 4, tengo movilidad limitada, vayan, me quedo, cae la bomba y esa persona se queda ahí.

De lo que pudieron hablar con los gazatíes, ¿hay resignación con los ataques? ¿Qué les dicen?

Carot: Yo creo que eso viene con la historia de que ellos han sido ocupados o bloqueados desde hace muchos años, ellos estaban acostumbrados a bombardeos cada cierta cantidad de años siempre hay un bombardeo más o menos fuerte, pero esto pasó todos los límites. Al mismo tiempo me impresionaba que así como había mucha gente que se quería ir, había mucha gente que decía yo me quedo acá, de acá no me mueve nadie. Como que ves una mezcla de agotamiento, y gente que sigue con fuerza, que la verdad que parecen extraterrestres, digamos, por la fortaleza de la gente.

Milanesio: Está el altísimo nivel de resiliencia y de adaptación, de aguantar de la gente, que es increíble. Hay gente que se ha desplazado más de 10 veces y desplazarse ya no solo es moverse, sino que es ir dejando atrás cada vez más y más. La gente lo pierde todo, ya no le queda nada. Pierden sus casas, pierden sus negocios, pierden sus autos, pierden sus recuerdos. A la gente no le queda ni el portarretrato de cuando se graduó la hija de la universidad. Al principio obviamente intentas llevarte cosas, después de moverte cada vez es más pesado, cada vez es más costoso, porque vas a un lugar donde entra muy limitado, el acceso de gasolina es muy limitado, entonces el costo del movimiento también cada vez es mayor. A mí me tocó ver ese momento en que anuncian un ataque y la gente empieza a desplazarse de manera masiva, es de un momento a otro. Un día son 24, 48 horas, cientos de miles de personas en una carretera muy pequeñita. Me acuerdo un día que vi a un padre y a un hijo desarmando una carpa que tenían, que se habían montado y estaban sacando clavo por clavo, pero con una precisión y un cuidado que era impresionante. Y claro, esa gente estaba sacando esos clavos porque los tenían que volver a usar y no tienen acceso a más clavos y esa era su casa, o lo que podían considerar su casa, e iba a hacerlo la próxima vez que se desplacen y la otra y la otra. Un padre y un hijo, juntos luchando por la familia, sacando clavos y eso es lo que ves en la gente, esa fortaleza, pero eso genera mucho cansancio y hay mucha gente que está agotada.

Han estado en otros conflictos y situaciones adversas como Haití, Sudán, Ucrania ¿Hay algo distinto que vean en Gaza?

Carot: Nosotros no solamente vamos y damos atención médica, sino que también somos la voz de la gente y contamos un poco, yo le preguntaba a la gente, ¿qué te gustaría
que le digamos a la gente de afuera? Me respondían, díganle a la gente dos cosas. Una, díganle a la gente que no somos terroristas y otra que decían, por favor díganle a la gente que somos seres humanos como cualquier otro y que nos están matando todos. Hay un pedido constante de, por favor, no se olviden de nosotros.

Milanesio: A mí me tocó un día con un colega que me llevó a ver la tumba de sus familiares. Era un descampado donde habían improvisado un cementerio. Era como un
descampado que habían tirado unos muros, eran todas lápidas y me dijo, mirá, estas cuatro son de mi familia, pero sólo teníamos espacio para cuatro y como eran 20, tuvimos que ponerlos todos juntos. Hay tres que todavía nunca los encontramos. Es decir, es empujar a la gente a tener que enterrar a sus muertos amontonados en un agujero, eso ya es tratarlos
como animales y de esas historias hay todo el tiempo.

¿Qué les gustaría agregar o contar de lo que vieron en Gaza?

Milanesio: A mí lo único que me gustaría pedirte es que entendamos el mensaje de que es gente común y corriente, empujados a una miseria inhumana que no tiene ningún tipo de explicación y están sufriendo las consecuencias de algo que no tienen ningún tipo de responsabilidad.

Carot: Yo le agregaría un tema más político y diría que este conflicto lo que hizo es dejar ver claramente lo que es la hipocresía de los líderes occidentales que son los que manejan el mundo. Lo comento en cada entrevista que hago porque para mí es algo increíble. No puedo creer que esté pasando lo que está pasando, lo vemos por todos lados y todavía la ONU no se puede poner de acuerdo en decir no bombardeen más.