A menos de un mes de las elecciones en Colombia, el candidato presidencial de la izquierda y favorito según todos los sondeos, Gustavo Petro, anunció este lunes que suspendía su visita al Eje Cafetero, en el centro-oeste del país, de mañana martes, luego que su campaña descubriera lo que calificó como un plan para matarlo.
"De acuerdo con la labor realizada por el equipo de seguridad, que recibió información de primera mano de fuentes de la zona, el grupo criminal 'La Cordillera' estaría planeando atentar contra la vida del candidato presidencial Gustavo Petro Urrego. 'La Cordillera' es una organización paramilitar dedicada al narcotráfico y al sicariato que ha logrado un amplio control sobre las autoridades civiles regionales y políticos del Eje Cafetero, además de algunas instancias de la policía y del ejército toda vez que algunos de sus miembros participan de dicha organización criminal", denunció la campaña de Petro en un comunicado enviado a la prensa local.
"La anterior información fue verificada por el equipo de análisis e investigaciones de la Campaña Petro Presidente, que tuvo acceso a fuentes de alta credibilidad y a algunos miembros de la institución policial, los cuales manifestaron que un integrante de la SIJIN que habría participado en el asesinato del líder juvenil Lucas Villa también sería parte del plan criminal", agregó y explicó que suspendió por completo su visita a esa región, que iba a ocupar toda su agenda del martes y miércoles de esta semana.
Hace solo unos días, los últimos sondeos publicados confirmaron a Petro, un ex guerrillero desmovilizado hace 33 años y ex alcalde de Bogotá, como el favorito para las presidenciales del próximo 29 de mayo. Es muy probable que el candidato de izquierda no alcance a ganar en primera vuelta y deba ir a un ballotage. En ese caso, el rival más probable sería Federico Gutiérrez, el embanderado de la derecha.
De confirmarse este escenario, sería histórico para Colombia. Después de más de medio siglo de guerra interna y tras décadas de ser el principal referente de la derecha alineada con Estados Unidos en la región, el país podría elegir su primer presidente de izquierda, una posibilidad que emociona no solo a las fuerzas progresistas, sino especialmente a las organizaciones defensoras de derechos humanos y el movimiento de campesinos e indígenas, objetivos constantes de ataques de las guerrillas aún existentes, grupos paramilitares y otras agrupaciones criminales vinculadas al narcotráfico.