Un ex comandante de la desaparecida guerrilla colombiana de las FARC que firmó los acuerdos de paz de 2016 y tuvo un destacado rol en el proceso de reinserción social de ex combatientes fue asesinado a tiros en su finca del norte de Colombia, informó este martes la Policía en lo que se considera un nuevo golpe a los esfuerzos por terminar con el conflicto armado.
Ronald Rojas, alias Ramiro Durán, recibió un disparo en el tórax al parecer hecho por un francotirador desde una zona boscosa ubicada fuera de la finca en el departamento de Huila y murió horas después en un hospital, dijo el jefe de policía de la capital de la región.
El coronel de policía Diego Fernando Vásquez dijo en la ciudad capital de Neiva que sus escoltas de la Unidad Nacional de Protección (UNP) del Ministerio del Interior no estaban con Rojas porque estaba dentro de su propiedad. “Estaba en la casa, tenía cinco hombres de protección de la UNP y dos carros blindados, pero como estaba en la casa no estaban ahí los escoltas. Parece que le dispararon desde afuera, sin ingresar a la finca”, dijo el coronel a periodistas, informó la agencia de noticias Europa Press.
El ex comandante guerrillero tenía un peso político en el proceso de paz. El jefe de la Misión de Naciones Unidas en Colombia, Carlos Ruiz Massieu, no solo lamentó el asesinato, sino que describió a Rojas como "un líder comprometido con el territorio, con el diálogo y con el proceso de reincorporación" a la vida civil de antiguos combatientes. Además, destacó que su asesinato es un síntoma del precario contexto político e insistió en "la necesidad de reforzar la seguridad de excombatientes y líderes de paz".
Rojas, de 36 años, participó de la firma en Cuba de los históricos acuerdos de paz de 2016 y era uno de los rostros más visibles de la Mesa Autónoma de Reincorporación, un organismo creado por militantes descontentos con el partido Comunes, formación que abandonó en abril de 2021. En la actualidad, venía denunciando en los medios de comunicación que recibía amenazas de muerte tanto él como también el resto de combatientes que se habían acogido a los acuerdos de paz.
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Los ataques, había alertado, solían ir también hacia familiares, e incluso campesinos que en su día habrían colaborado con las FARC: "Los ataques no están exclusivamente dirigidos hacia la comunidad de reincorporados, sino también al universo de personas que gravitaban en torno a nosotros como colaboradores, como civiles, campesinos de la región que nos hacían uno u otro favor", había denunciado Rojas en una entrevista con el diario colombiano El Espectador en julio de 2020, tras una masacre registrada en el municipio de Algeciras.
Con información de Télam