"Los verdaderos amigos siempre se sienten cerca el uno del otro sin importar la distancia que los separe". El presidente chino, Xi Jinping, ha citado este conocido verso de un antiguo poema chino para caracterizar las relaciones entre China y los países de América Latina y el Caribe.
Desde que se convirtió en jefe de Estado chino, ha cruzado en seis ocasiones medio planeta para llegar a América Latina, incluido el viaje que realiza este mes. Allí, se ha reunido con líderes nacionales, presenciado la firma de acuerdos de cooperación, visitado granjas locales, tomado café costarricense y recibido como regalo una camiseta de fútbol argentina con su nombre.
"Existe un sentimiento natural de afinidad entre nuestros pueblos", dijo Xi en una ocasión. Ahora que el líder chino ha cruzado de nuevo los vastos océanos para llevar a cabo otro viaje a esta colorida tierra llena de esperanza, su visita a Perú y Brasil impulsará aún más los intercambios y la cooperación entre ambas partes e inyectará un nuevo ímpetu a la construcción de una comunidad de futuro compartido China-América Latina.
UN MEGAPUERTO BAJO LA FRANJA Y LA RUTA
Xi llama a Perú el vecino de China al otro lado del Pacífico. Aunque ambos países están separados por miles de kilómetros, el recién inaugurado megapuerto afianzará aún más su "vecindad".
Chancay, situado a unos 78 kilómetros al norte de Lima, la capital peruana, es un puerto natural de aguas profundas. Sirve como una importante puerta de entrada a los océanos y es un punto crucial en el Pacífico Sur, pues con su funcionamiento ayudará a redistribuir la carga de países como Chile, Ecuador, Colombia, Brasil y Paraguay. Además, como un proyecto emblemático de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, mejorará la eficiencia comercial entre Perú y Asia, reduciendo el tiempo de envío a China a 23 días y los costos logísticos en al menos un 20 por ciento.
Se trata de un importante proyecto de colaboración entre China y Perú, en el que Xi ha desempeñado un papel decisivo. "El puerto de Chancay consolidará fuertemente la posición de Perú como una puerta que conecta tierra y mar, Asia y América Latina", afirmó el mandatario el jueves al asistir por videoconferencia a la ceremonia de inauguración de la megaobra, junto con su homóloga peruana, Dina Boluarte.
A su vez, en su reunión de ese mismo día con Boluarte, subrayó que China está dispuesta a trabajar con Perú para construir un nuevo corredor tierra-mar entre China y América Latina, con el puerto de Chancay como punto de partida.
En la última década, China y América Latina se han convertido en socios en el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, propuesta por Xi. Hasta ahora, 22 países de la región han firmado documentos de cooperación sobre la iniciativa con China. Los proyectos construidos conjuntamente en este marco ya han dado sus frutos, como la red de transmisión de electricidad de ultra alta tensión desde la central hidroeléctrica de Belo Monte, en Brasil; el ferrocarril Belgrano Cargas, en Argentina; y la autopista Norte-Sur de Jamaica.
"China y América Latina disfrutan de una fuerte complementariedad económica. Sus estrategias de desarrollo están mutuamente alineadas y tienen ventajas naturales para fortalecer la cooperación", destacó Xi.
Desde 2012, China ha sido el segundo socio comercial de América Latina. En 2022, el comercio entre ambas partes creció un 7,7 por ciento interanual hasta alcanzar los 485.700 millones de dólares. Según un informe publicado recientemente por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de la ONU, China será este año el mercado de exportación de más rápido crecimiento de la región.
INTERACCIÓN DE DOS GRANDES CIVILIZACIONES
Xi citó un proverbio, "condición de buenos amigos, condición de vino añejo", para describir la larga amistad entre los pueblos chino y latinoamericano, al dirigirse al Congreso Nacional de Brasil durante una visita a este país en 2014, la primera realizada a dicho destino tras asumir la presidencia china.
En su discurso, relató historias de intercambios interpersonales entre ambos países. También mencionó al letrista y novelista brasileño Paulo Coelho y a la serie de televisión Esclava Isaura, que fue muy popular en China en la década de 1980.
"Escuché el discurso del presidente Xi en el Congreso en 2014", recordó Fausto Pinato, presidente del Frente Parlamentario Brasil-China del Congreso Nacional del país sudamericano.
"Además de la cooperación entre los dos países en la diplomacia y el comercio, también mencionó muchos detalles sobre la cultura brasileña, como la arquitectura de Brasilia, las palabras del presidente Kubitschek, las series de televisión brasileñas y un periodista brasileño", detalló Pinato y añadió: "su conocimiento de Brasil nos llenó de orgullo".
Los intercambios culturales son un pilar crucial de la interacción entre China y América Latina, dos grandes civilizaciones. Xi ha enfatizado en repetidas ocasiones que la amistad entre los pueblos es vital para unas relaciones sólidas entre Estados. China ha establecido aproximadamente 180 hermanamientos entre ciudades con 17 países de América Latina y el Caribe, lo que ilustra esos intercambios, siempre florecientes.
En los últimos años, las plataformas para llevarlos a cabo se han diversificado cada vez más y han abarcado, desde el Año de Intercambio Cultural China-América Latina y la Temporada de Arte Latinoamericano y Caribeño, hasta el Campus de Formación de Jóvenes Líderes China-América Latina "Puente del Futuro".
UNA VISIÓN COMPARTIDA PARA UN DESARROLLO COMÚN
En su intervención en la Reunión de Líderes China-Países Latinoamericanos y Caribeños, celebrada en Brasil en 2014, Xi propuso que ambas partes construyeran una comunidad de futuro compartido.
China y los países latinoamericanos son todos países en desarrollo, se encuentran en etapas similares de desarrollo y asumen las mismas tareas de este proceso. Pueden ser socios en sus respectivas búsquedas de modernización.
Durante su visita del año pasado a China, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, fue testigo, junto con Xi, de la firma de una serie de acuerdos de cooperación, muchos de ellos relacionados con nuevas áreas, como la reducción de la pobreza, la economía digital y las telecomunicaciones.
Esto sirvió no solo como indicación de que los dos países seguirán creando nuevos motores de crecimiento y promoviendo conjuntamente una cooperación de alta calidad para un mayor beneficio de sus pueblos, sino también como reflejo de la nueva tendencia en la cooperación de beneficio mutuo entre China y América Latina.
"Hoy tenemos una presencia muy grande de empresas chinas en Brasil", resaltó la expresidenta brasileña, Dilma Rousseff, en una reciente entrevista con Xinhua y agregó que "esto ha contribuido a la reindustrialización de Brasil". Rousseff dirige actualmente el Nuevo Banco de Desarrollo, un banco multilateral creado por el grupo BRICS.
En Bijing, a finales de septiembre, en vísperas del 75º aniversario de la fundación de la República Popular China, Xi entregó a Rousseff la Medalla de la Amistad, el máximo galardón chino para ciudadanos extranjeros, en honor a su contribución a la amistad chino-brasileña.
Rousseff se mostró sorprendida por el notable desarrollo chino en las últimas décadas y elogió la filosofía de Xi de un desarrollo centrado en las personas. "Comparto profundamente" esa visión, manifestó.
China, liderado por Xi, se esfuerza por hacer realidad su sueño de rejuvenecimiento nacional, mientras que la unidad, la cooperación, el desarrollo y la revitalización son los sueños del pueblo latinoamericano. Para Xi, China y los países latinoamericanos son buenos amigos y socios afines que caminan de la mano.
"El 'Sueño Chino' y el 'Sueño Latinoamericano' están estrechamente vinculados. Ambas partes deben animarse a perseguir esos sueños y hacerlos realidad conjuntamente", sostuvo el presidente chino.