El candidato de la coalición Apruebo Dignidad, Gabriel Boric, ganó las elecciones presidenciales en Chile, y se transformó en el presidente más joven en la historia de su país. Su historia está marcada por las luchas estudiantiles y la organización política para construir una nueva alternativa de izquierda que represente las demandas sociales expresadas en las protestas de los últimos años.
Boric tiene 35 años, la edad mínima para postularse a la presidencia de Chile. En septiembre de 2020 había exhibido sus temores por la falta de experiencia para asumir semejante responsabilidad. Pero fue elegido por un comité central del partido Convergencia Social luego de un largo período de deliberación. La noticia fue anunciada en Punta Arenas ante las radio locales de la región donde nació Gabriel.
Esa ciudad se ubica en el estrecho de Magallanes, que conecta los océanos Atlántico y Pacífico. Boric se autodefine en su cuenta de Twitter como "magallánico y cruzado", en referencia a la Universidad Católica, club del que es hincha. En dicha red social tiene en su perfil una frase del escritor argelino-francés Alberto Camus que dice: "La duda debe seguir a la convicción como una sombra".
"Yo diría que su honestidad y transparencia, su apertura al diálogo, son de las mayores virtudes de Gabriel, y eso en un próximo presidente para Chile es crucial”, resaltó su hermano periodista Simón Boric, en declaraciones a la AFP. Ese rol dialogante también es utilizado como crítica para recordarle las banderas que defendía en sus años como referente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile cuando lideró las protestas estudiantiles de 2011 que exigían “educación pública, gratuita y de calidad”.
Si bien trasladó esos reclamos a la política nacional cuando asumió su primer mandato como diputado en 2014, solo pudo conseguir una beca de gratuidad universitaria. Esta permitió el ingreso de miles de estudiantes a la universidad. Fue el primer paso para avanzar en materia de educación pública en un país que estaba muy retrasado en este aspecto.
En la campaña del ballotage pidió que "la esperanza le gane al miedo". “Nuestra generación irrumpe en política el 2011 despercudiéndose un poco de los miedos que había generado la dictadura y los pactos de la transición”, dijo en una entrevista con AFP.
Boric nació en 1986 y es descendiente de una familia de clase media de bisabuelos croatas y catalanes. Su padre fue ingeniero gerente de la Empresa Nacional del Petróleo y pudo costear los estudios universitarios de su hijo mayor.
Gabriel llegó a Santiago desde Punta Arenas para estudiar derecho en la Universidad de Chile. Fue ayudante de las cátedras de Historia Institucional de Chile, Teoría de la Justicia y Derecho Internacional de los Derechos Humanos. También ingresó al colectivo político Izquierda Autónoma. Ya como diputado integró las Comisiones Permanentes de Derechos Humanos y Pueblos Originarios; Zonas Extremas y Antártica Chilena; y Trabajo y Seguridad Social.
El estallido social de 2019 lo encontró siendo dirigente político. El aumento del transporte en Santiago y la posterior represión del gobierno de Sebastián Piñera lo llevó a las calles, como en sus épocas de militante estudiantil, a discutir con las fuerzas armadas. Recién se sumó a la mesa dialogo que convocó el presidente chileno cuando levantaron el Estado de Excepción y la salida de los militares de la calle.
La alternativa política por izquierda que surgió del Octubre Rojo fue la de Apruebo Dignidad, conformada por el Frente Amplio y el Partido Comunista. La propuesta política de Boric nace de la lucha social. Propone desde el discurso un gobierno que garantice los derechos sociales universales de todos sus ciudadanos.
La historia personal de Boric arrastra cuestiones que no quiere dejar de lado a la hora de gobernar. En 2018 presentó una licencia médica a su labor parlamentaria y se internó dos semanas en el Hospital Psiquiátrico de la Universidad de Chile, debido a una crisis por el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) que le diagnosticaron de chico. En campaña afirmó: "Pondremos foco en la salud mental de tod@s, principalmente de niñas, niños y adolescentes. Por esto debemos trabajar de la mano con la Defensoría de la Niñez para Chile tenga mejor calidad de vida, respetando la opinión de las nuevas generaciones."
El magallánico llegó a presidente apoyado en la segunda vuelta por los ex mandatarios socialistas de Chile, como Ricardo Lagos y Michelle Bachelet, y ya aseguró que quiere nutrirse de la "experiencia de esos gobiernos". Siempre marca a Salvador Allende como su referente. “Queremos avanzar hacia un Estado de bienestar. El título que le pongan no me preocupa. Si es socialdemócrata, en buena hora”, afirmó el martes en su último debate frente a su rival de derecha, José Antonio Kast.
La nueva izquierda chilena joven y estudiantil llegó al poder y tendrá un mandato para demostrar si puede llevar a cabo una ambiciosa proclamación expresada en campaña: “Si Chile fue la cuna del neoliberalismo en Latinoamérica, también será su tumba”.