El mismo día que aterrizó en Buenos Aires para su primera visita oficial en el extranjero, se supo que el flamante presidente de Chile, Gabriel Boric, había enviado una comunicación oficial para pedir la salida de su país del Prosur, el proyecto de integración regional que en 2019 impulsó su antecesor, Sebastián Piñera, y su par colombiano, Iván Duque, y que incluyó a Mauricio Macri, entre otros líderes de derecha sudamericanos.
Tal como había adelantado Boric en pronunciamientos públicos, el objetivo de su gobierno será potenciar otros foros regionales, como la Alianza del Pacífico y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), indicaron fuentes de La Moneda a medios chilenos. Foros como "Prosur, Unasur o el Grupo de Lima", han "demostrado que no sirven para unir ni para avanzar en la integración", había dicho Boric a mediados de marzo, en su primera conferencia en Chile ante medios extranjeros, según recordó la Agencia Regional de Noticias.
La carta oficial fue enviada el viernes, pero el gobierno chileno recién lo informó hoy y la decisión no parece ser casual. Argentina ocupa la Presidencia Pro Témpore de la Celac y Alberto Fernández ha sido un defensor desde el minuto uno de este foro como principal espacio de integración y debate regional. De hecho, el gobierno argentino nunca se retiró formalmente de Prosur, como lo hizo Boric, pero sí dejó de participar de sus reuniones y, como los líderes de derecha hicieron hace unos años con la Unasur, apostó a vaciar de contenido el espacio.
En varias entrevistas, Boric ha explicado que no apoya crear procesos de integración regional a partir de afinidad ideológica, aunque sí ha hecho hincapié en la necesidad de buscar posiciones comunes en temas que encabezan la agenda internacional, por ejemplo, en materia de cambio climático. Para ello, ha postulado la Celac -donde a diferencia de la OEA, Estados Unidos no está presente- como un posible espacio unificador.
Qué fue el Prosur
Tras vaciar de contenido y de miembros la Unasur -el proyecto regional que impulsaron gobiernos como el de Nestor Kirchner, Rafael Correa, Evo Morales y Luiz Inácio Lula da Silva, entre otros-, el grupo predominante de jefes de Estado de derecha de Sudamérica crearon un nuevo foro para reemplazarlo. Los máximos exponentes fueron Piñera por Chile, Duque por Colombia, Macri por Argentina, Jair Bolsonaro por Brasil y Mario Abdo Benítez por Paraguay.
Mantuvieron reuniones, hicieron algunos anuncios en materia de cooperación, pero ni cerca estuvieron de las iniciativas más ambiciosas de la Unasur. Tampoco llegó a convertirse en un espacio para dirimir diferencias o evitar conflictos como si lo hizo el ahora foro extincto.
Poco después de la creación del Prosur, Argentina cambió de color político, ahora Chile, es muy posible que lo mismo suceda en Brasil en octubre próximo y la izquierda es la favorita también en Colombia para el mes próximo. De confirmarse estos últimos dos giros, la región sudamericana será muy distinta a la que era en 2019 y, muy probablemente, Prosur desaparezca, como lo hizo antes la Unasur. La gran incógnita es qué tipo de proceso de integración propondrá la nueva camada de dirigentes en esta etapa que parece comenzar.