El día después de la derrota en las urnas de la nueva Constitución que tanto defendió el oficialismo chileno estuvo marcado por el desafío del presidente Gabriel Boric para cumplir con su promesa de reabrir el proceso constituyente y relanzar su Gobierno, seguramente con un cambio de gabinete. "El plebiscito con cualquier resultado iba a marcar un segundo tiempo, nosotros tuvimos un primer tiempo de gobierno y ahora obviamente nos toca enfrentar un segundo tiempo, como país también”, aseguró la ministra de la Secretaría General de Gobierno, Camila Vallejo.
La jornada estuvo marcada por las reuniones políticas para comenzar a forjar una nueva estrategia. Primero, Boric recibió en el Palacio de la Moneda a los presidentes del Senado y de la Cámara de Diputados, a los que les encomendó una tarea nada fácil: hablar con todas las bancadas y reunir los apoyos necesarios para reabrir el proceso constituyente. Con qué formato, con qué tipo de constituyentes y cuándo es aún un misterio.
“Convocaremos a todos los partidos con representación parlamentaria para promover un diálogo que nos permita cumplir con el compromiso de avanzar hacia una Constitución que sea un factor de unidad", dijo el presidente del Senado, Álvaro Elizalde, del Partido Socialista, según Télam. En paralelo, el presidente de la Cámara de Diputados y Diputadas, Raúl Soto, agregó: "Esta búsqueda de un pacto social que permita fijar las reglas de nuestra convivencia democrática para las próximas décadas en Chile requiere de un esfuerzo colectivo de todos los chilenos y chilenas. Tenemos una segunda oportunidad, probablemente va a ser la última y no la podemos farrear (arruinar)."
"Desde hoy empieza a correr el reloj para alcanzar un gran acuerdo nacional", concluyó.
Con ese compromiso asumido, Boric encabezó su segunda reunión, un poco más tensa. Se encontró a puertas cerradas con los líderes de todas las fuerzas de su coalición de Gobierno. Según versiones periodísticas, les comunicó su compromiso con reabrir el proceso constituyente de la mano del Congreso -donde el oficialismo está en minoría en ambas cámaras: 19 de los 50 senadores y 37 de los 155 diputados- y se habló sobre el cambio de gabinete que ya anoche el mandatario había adelantado.
“Sé que esperan soluciones contundentes ante la inseguridad, la violencia en el sur, el déficit de vivienda (...) hacer frente a estos importantes y urgentes desafíos requerirá prontos ajustes en nuestros equipos de gobierno, para enfrentar este nuevo período con renovados bríos”, aseguró Vallejo tras esa reunión ante la pregunta de si habría un cambio de gabinete.
Boric aún no tomó ninguna decisión oficial y, según la prensa chilena, aún no existe un acuerdo claro dentro de la coalición sobre quiénes entrarían al gabinete y si los que dejarán sus cargos podrían quedarse en el gabinete o deberían asumir un perfil más bajo. De lo que sí nadie parecía dudar este lunes es que las dos figuras que darán un paso al costado serán la ministra del Interior, Izkia Siches, y el titular de la Secretaría General de la Presidencia, Giorgio Jackson, este último un amigo íntimo del mandatario.
El mandatario había convocado el domingo a los jefes de todos los partidos políticos para esta segunda, pero este lunes la coalición que aglutina a casi todas las fuerzas de centro-derecha y derecha, Chile Vamos, decidió no participar y postergarlo para mañana martes.
"Conversé con él (por Boric) y le dije creía que era mejor que hoy, que se iba a reunir con el Senado y con la Cámara, era mejor que él también ordenara un poco las ideas y la casa. Mañana nos vamos a reunir con el presidente Boric y eso se mantiene porque nosotros tenemos una responsabilidad con Chile, con los chilenos que ayer votaron en forma masiva y que quieren que nuestra Constitución sea un pacto de convivencia y una casa común para todos y, por tanto, nosotros vamos a concurrir”, contó al diario La Tercera el senador y presidente de la Unión Demócrata Independiente (UDI), Javier Macaya. "Las bases de la conversación tienen que estar sentadas antes del 11 de septiembre”, agregó.
La gran incógnita ahora es si Boric conseguirá suficiente apoyo transversal para reabrir a través del Congreso un nuevo proceso constituyente e intentar, otra vez, redactar una Constitución que reemplace a la de la dictadura pinochetista que, por ahora, sigue vigente. Javier Couso, abogado constitucionalista y académico de la Universidad Diego Portales de Chile, aseguró en diálogo con Télam que "la derecha razonable había prometido continuar con el proceso constituyente y en los próximos días veremos si eso se materializa o no”.
Sin embargo, frente a este escenario, Couso manifestó que la aplastante victoria de la opción Rechazo a la nueva Constitución, que obtuvo el 62% de los votos, podría poner en peligro la posibilidad de que los sectores más moderados de la derecha mantengan dicho compromiso. “Muchos de la derecha se van a ver tentados a decir 'bueno, quizás hay revisar si efectivamente hay tal mandato de una nueva Constitución'. Van a ser días críticos los que vienen, porque vamos a saber si tendrá o no Chile una nueva Constitución”, advirtió.