(Por Hernán Reyes Alcaide, enviado especial) El papa Francisco reforzó hoy su pedido de perdón a indígenas de Canadá y reclamó un "nunca más" de abusos, al tiempo que convocó a la Iglesia local a no considerarse "una cultura superior" a los nativos, en un nuevo gesto a los pueblos First Nations, Inuit y Métis, que sufrieron el sistema de internados que funcionó durante casi todo el siglo XX y del que participaron algunos cristianos.
"La Iglesia en Canadá, después de haber sido herida y desolada por el mal que perpetraron algunos de sus hijos, ha comenzado un nuevo camino", reconoció el pontífice al encontrar a miembros del clero local en la Catedral de Nuestra Señora de Quebec.
Según cifras oficiales, instituciones católicas y cristianas gestionaron cerca de 40 de los 139 internados instituidos y financiados por el Estado canadiense desde 1883 hasta 1996 por los que pasaron 150.000 niños nativos sin consentimiento de sus padres en un intento por occidentalizar sus costumbres que incluyó miles de denuncias por muertes y abusos de todo tipo.
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"Pienso en particular en los abusos sexuales cometidos contra menores y personas vulnerables, crímenes que requieren acciones fuertes y una lucha irreversible", enfatizó Jorge Bergoglio en esa dirección, en la primera referencia concreta a ese tipo de delitos durante la gira que inició el domingo y por la que visita el país norteamericano hasta mañana.
"Yo quisiera, junto con ustedes, pedir nuevamente perdón a todas las víctimas; el dolor y la vergüenza que experimentamos debe ser ocasión de conversión, ¡nunca más!", agregó el Papa, que el lunes había hecho un primer pedido de perdón a los pueblos indígenas por el "mal" cometido por cristianos en el régimen de internados.
Así, "pensando en el camino de sanación y reconciliación con los hermanos y las hermanas indígenas, que la comunidad cristiana no se deje contaminar nunca más por la idea de que existe una cultura superior a otras y que es legítimo usar medios de coacción contra los demás", expresó Francisco.
En un encuentro con sacerdotes, obispos y seminaristas, Bergoglio llamó a los religiosos a recuperar "el ardor de su primer obispo, san François de Laval, que se enfrentó contra todos los que degradaban a los indígenas induciéndolos a consumir bebidas para engañarlos".
"No permitamos que ninguna ideología enajene y confunda los estilos y las formas de vida de nuestros pueblos para intentar doblegarlos y dominarlos", enfatizó.
Antes del encuentro con los miembros del clero, el Papa había afirmado que los abusos a indígenas fueron una herida al Cuerpo de Cristo.
"¿Qué ha pasado?, ¿por qué ha sucedido?, ¿cómo ha podido ocurrir? Hermanos y hermanas, son preguntas que cada uno de nosotros se hace a sí mismo; y son también cuestiones candentes que resuenan en el corazón de la Iglesia que peregrina en Canadá, en este arduo camino de sanación y reconciliación que está realizando", se preguntó el pontífice en el Santuario de Santa Ana de Beaupré, en Quebec.
Frente a 1.400 personas dentro del templo, en su mayoría indígenas a los que los organizadores reservaron el 70% de las entradas, y otras 15.000 en los alrededores, el Papa mostró una vez más su cercanía a los indígenas en un lugar de fuerte representación para el catolicismo de toda América del Norte al que peregrinan cerca de un millón de fieles al año.
La reflexión de Francisco se dio en continuidad con el pedido de perdón hacia los indígenas del país por el rol de los cristianos en el sistema de escuelas residenciales que estuvieron activas de 1883 a 1996 en las que se reportaron casos de abusos físicos, psicológicos y sexuales a niños nativos y que marca la visita papal a Canadá.
"También nosotros, ante el escándalo del mal y ante el Cuerpo de Cristo herido en la carne de nuestros hermanos indígenas, nos hemos sumergido en la amargura y sentimos el peso de la caída", profundizó Francisco en esa dirección.
El pedido de perdón por lo que el Papa consideró la "nefasta" experiencia de los internados, que según Bergoglio provocó una "destrucción cultural" de las costumbres nativas, es el hilo conductor de la visita de seis días a Canadá que Francisco inició el domingo.
Algunos de los internados dispuestos en todo el país, ideados y financiados por el Estado canadiense, fueron gestionados por instituciones católicas y cristianas, por lo que los sobrevivientes reclamaron en 2015 la necesidad de una disculpa papal en Canadá que el Papa finalmente cumplió esta semana.
En medio de la gira, el Papa recibió el reclamo del Gobierno canadiense para que el Vaticano restituya una serie de objetos indígenas que la Santa Sede tiene en sus museos hace más de un siglo.
El primer ministro de Canadá Justin Trudeau, Francisco y el secretario de Estado vaticano Pietro Parolin discutieron ayer durante una reunión en Quebec, en medio de la gira papal, "la necesidad de que la Iglesia tome medidas concretas para repatriar los artefactos indígenas", según expresó hoy un comunicado del Gobierno canadiense.
El pedido de Trudeau se refiere a una serie de objetos no expuestos al público que fueron enviados a inicios de la década de 1920 y que, según supo Télam de fuentes oficiales, el Vaticano alega que fueron un regalo de los misionarios al entonces Papa Pío XI.
Los objetos fueron expuestos de manera excepcional a las delegaciones de pueblos First Nations, Inuit y Métis que visitaron el Vaticano a fines de marzo e inicios de abril para mantener reuniones con el pontífice.
Mañana el Papa tendrá su última actividad en Quebec y luego partirá hacia la norteña Iqaluit, en donde tendrá un encuentro con ancianos y jóvenes locales antes de despegar hacia Roma a las 18.45 locales (19.45 de Argentina) para cerrar la gira de seis días en la que estuvo acompañado por un enviado de Télam, entre otros medios, a bordo del avión papal.
Con información de Télam