Un juez de la corte suprema ordenó transferir al Estado de Brasil 18,3 millones de reales (3,3 millones de dólares) de cuentas bloqueadas de la red social X y Starlink, empresas propiedad de Elon Musk, informó este viernes el tribunal. La decisión la tomó el magistrado Alexandre de Moraes, instructor de un vasto proceso penal contra la diseminación de fake news en redes sociales, en la cual figura como investigado el empresario sudafricano.
De Moraes dictó la transferencia de esos valores como “pago integral” de las multas impuestas a la red social X, suspendida en el país desde el 31 de agosto por negarse a eliminar una serie de perfiles que, según las autoridades, se dedican a desacreditar las instituciones democráticas con informaciones falsas. El fallo es del miércoles, pero la Corte lo difundió este viernes, un día después de que los bancos en los que X y Starlink tenían el dinero confiscado comunicaran que habían realizado la transferencia a las arcas del Estado de Brasil.
De Moraes levantó el embargo que pesaba sobre las “cuentas bancarias y activos” de ambas compañías de forma “inmediata”. Esos valores se habían bloqueado previamente por decisión de De Moraes para hacer frente a las multas impuestas a X “por no retirar” perfiles sospechosos, “además de haber retirado sus representantes legales en Brasil, lo que llevó a la suspensión del funcionamiento” de la plataforma.
Sigue la pelea con De Moraes
Desde abril, Musk está incluido en una investigación sobre la difusión de noticias falsas y la incitación al delito en Brasil. Moraes ordenó a X abstenerse de desobedecer cualquier orden judicial, estableciendo una multa diaria de $ 100.000 reales por cada perfil reactivado en contra de las medidas legales que obstaculizan el proceso judicial.
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La investigación liderada busca esclarecer las responsabilidades del expresidente brasileño Jair Bolsonaro en los ataques a los poderes democráticos en Brasil, e incluso el involucramiento de varios actores claves en su círculo cercano. Entre ellos destacan sus hijos, Eduardo y Carlos Bolsonaro, quienes fueron piezas fundamentales en la creación y operación del llamado "Gabinete del Odio".
Este grupo, que funcionaba como un laboratorio de desinformación y manipulación digital, tenía como objetivo atacar a opositores políticos, desacreditar instituciones democráticas y promover teorías conspirativas en redes sociales. Eduardo Bolsonaro, además, es conocido por su cercanía con movimientos de extrema derecha global, como el trumpismo, y por su papel como enlace entre su padre y figuras del conservadurismo radical.