Desarmaron los campamentos bolsonaristas frente a los cuarteles en Río, San Pablo y Brasilia

Desde allí piden un golpe hace meses. La corte suprema ordenó anoche que se levanten esas protestas en todo el país y, durante la madrugada, creció la tensión porque un grupo de militares le negaron el paso a la policía en defensa de los bolsonaristas. 

09 de enero, 2023 | 13.32

La tensión en Brasilia se mantuvo bien entrada la madrugada este lunes. Aún después de que las fuerzas de seguridad lograran recuperar el control de las sedes de los tres poderes del Estado y detener a todos los bolsonaristas golpistas que estaban dentro de los edificios públicos, un grupo de militares en vehículos blindados no permitían que la Policía Militar de la capital acatara la orden de la corte suprema y desarmara el campamento de los seguidores del ex presidente Jair Bolsonaro frente al Cuartel General del Ejército, donde desde hace meses piden un golpe de Estado y desde donde se movilizaron el domingo. Finalmente, a lo largo de la mañana y el mediodía del lunes, las policías locales lograron avanzar y levantar esas protestas antidemocráticas de manera pacífica no solo en Brasilia, sino también en Río de Janeiro y San Pablo. "La ley será cumplida", destacó el flamante interventor en Brasilia", Ricardo Cappelli. 

En Brasilia, los bolsonaristas que abandonaron las carpas se subieron a los 40 colectivos, en los que los llevaron hasta la central de la Policía Militar para ser identificados, interrogados -les preguntan si alguien los organizó, financió, etc- y formalmente fichados y detenidos como acusados de invadir y destruir parte de los edificios de las sedes de los tres poderes del Estado brasileño: la Presidencia, el Congreso y el Supremo Tribunal Federal, como se llama la corte suprema en ese país. En total, más de 1.200 personas fueron arrestadas, según la prensa local. 

Según la cadena CNN Brasil, las Policía Militar locales de Río y San Pablo también lograron desarmar los campamentos golpistas frente a los cuarteles militares centrales de esos dos estados. En estos dos casos, tampoco se registraron enfrentamientos o conflictos. A diferencia de Brasilia, los bolsonaristas en estos campamentos no fueron detenidos ya que no había cometido ningún delito. Eso sí, estos estados, al igual que otros, empezaron el día reforzando la seguridad de las centrales que producen energía y combustible, ya que el domingo a la noche hubo algunos intentos de bolsonaristas de bloquearlas y generar una nueva situación de desabastecimiento como se vivió tras la victoria de Lula en las urnas. 

Autoridades de al menos cinco estados informaron haber evitado nuevos bloqueos que pongan en juego el abastecimiento de combustibles. La Federación Única de los Trabajadores del Petróleo (FUP) informó, en tanto, que mientras aún hay intentos de interrumpir la actividad, el número de bolsonaristas se ha reducido sustancialmente, según Télam. En paralelo, Petrobras destacó que las refinerías operan normalmente este lunes y que "está tomando todas las medidas de protección preventiva necesarias, según el procedimiento estándar", según el diario Folha de Sao Paulo.

Aunque el Gobierno federal de Lula intervino y controla las fuerzas de seguridad del Distrito Federal, es decir, Brasilia, gobernadores de tres estados aliados -Alagoas, Bahia e Pará- se comprometieron a enviar tropas a la capital para reforzar la seguridad de los principales edificios públicos de la ciudad, según el portal de noticias G1.

Vuelta a la normalidad

Lula comenzó la jornada reuniéndose con las cabezas de los otros dos poderes del Estado para mostrar una imagen de unidad total, tras el masivo ataque a la institucionalidad del domingo. Del encuentro salió un comunicado conjunto: "Llamamos a la sociedad a mantener la calma, en defensa de la paz y de la democracia de nuestra patria. El país necesita de normalidad, respeto y trabajo para el progreso y la justicia social de la nación."

Por eso, desde el Gobierno aclararon que la oficina presidencial no fue dañada -es una habitación completamente blindada- y Lula está trabajando allí sin problemas. En el Congreso, en tanto, el trabajo también comenzó de inmediato. La iniciativa principal es la de un grupo de legisladores oficialistas que quieren crear una Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) para revelar quién estuvo detrás de los ataques del domingo, principalmente si hubo organización política y financiadores. Según CNN Brasil, esta posibilidad ya cuenta con 31 firmas. 

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