Después de varios cruces y algunos acercamientos circunstanciales, la dirección del Movimiento al Socialismo (MAS) -a cargo del ex presidente de Bolivia Evo Morales- pasó una línea roja y se deslindó de cualquier responsabilidad sobre las políticas públicas ejecutadas por el mandatario Luis Arce y que no respondan a los "principios ideológicos" del MAS. Las diferencias entre Evo y su delfín político no son nuevas. Desde el círculo de Arce lo atribuyen a un adelantamiento de la candidatura de Evo para las elecciones de 2025 mientras que en el massismo argumentan que responde al "desastre" que el Gobierno está haciendo en materia de política monetaria.
Lo que sucede puertas adentro de los Bancos Centrales de la región parece ser el lugar de disputa. No solo en Bolivia, sino también en Argentina con los señalamientos de la vicepresidenta Cristina Kirchner hacia Miguel Pesce, e incluso en Brasil donde el presidente Luiz Inácio Lula da Silva cambió este lunes al director de Política Económica de esa entidad porque respondía al ex presidente Jair Bolsonaro.
El caso de Bolivia es complejo. Dentro de la región es el Gobierno que tuvo menos inflación en los últimos años, sumado a un crecimiento económico sostenido, pero esos indicadores se vieron opacados en las últimas semanas cuando la cartera de Economía alertó sobre una abrupta caída de las reservas en dólares y los indicadores económicos cayeron en picada. El Gobierno intentó sortear ese momento al dejar solo en manos del Banco Central la venta de divisa extranjera, pero esa respuesta generó enormes filas en la puerta del banco y varios enojos por el tope a la cantidad permitida para comprar.
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En diálogo con El Destape, funcionarios y analistas allegados a Arce describieron que la actual situación en Bolivia responde a que hay desacuerdo político entre la presidencia y el MAS, y que esa situación es aprovechada por la oposición representada en Fernando Camacho. "En Bolivia se está viviendo una etapa de desacuerdo político y hay muchos actores que están interviniendo para tratar de lastimar el modelo económico. La crisis llegó a sectores muy puntuales como la liquidez de divisas y la falta de aprobación de algunas leyes necesarias para pasar este impasse de liquidez", explicó a este portal el analista económico de Bolivia Martín Moreira.
Para este analista, parte de la gravedad de la situación responde a que algunos diputados cercanos a Evo se opusieron a aprobar una serie de leyes para permitir el ingreso de préstamos de organismos internacionales que hubiesen ofrecido un alivio para estos primeros meses del año con poca liquidez que el Gobierno atribuye a que aún no ingresaron las divisas del comercio exterior del 2022. "Ha habido rencillas dentro del MAS y falta de voluntad política de varios actores", opinó Moreira y enfatizó que Bolivia tiene un sistema financiero "que goza de buena salud". "En febrero, el último informe de cuentas de ahorro, depósitos a plazo fijo y cuentas corrientes mostró un crecimiento del 8 % y además la característica de las cuentas de depósitos es que el 80 % son a plazo fijo y eso significa que la gente tiene confianza en el proceso de bolivianización", explicó.
Sin embargo, el MAS no convalida la lectura que hacen Arce y sus allegados. Por el contrario, Evo denunció en los últimos días que su discípulo no está profundizando el proceso de industrialización que él había empezado y que no comparte en absoluto la política monetaria que está llevando adelante el Banco Central.
Además, y en un movimiento sin precedentes, el MAS deslindó cualquier responsabilidad de las políticas públicas diseñadas en el Palacio del Quemado.
El movimiento se veía venir. Gran parte del año pasado estuvo tomado por diferencias entre el MAS y Arce que se desplegaron en la discusión por recursos naturales como el litio o en la ley del Censo. Además, desde el massismo denuncian que hace más de seis meses que no hay reuniones a instancias de los máximos representantes de ambas fuerzas y que las sugerencias de Evo en lo que hace a política económica son desoídas.
En diálogo con El Destape, la ex ministra de Desarrollo Productivo y Economía Plural durante el Gobierno de Evo, Ana Teresa Morales, denunció que cuando Arce asumió hizo "tabla rasa" con el histórico cuerpo técnico del Banco Central para asegurarse no tener un "contrapeso" que respondiera a Evo. "El Banco Central está lleno de gente que no es la adecuada, sobre todo en el área de política monetaria que es la que él nunca pudo intervenir cuando era ministro de Economía de Evo porque justamente le respondían al ex presidente y no a él", explicó Morales.
Las críticas se desataron aún con más fuerza en las últimas semanas cuando el Gobierno impulsó por tercer año consecutivo la Ley del oro y logró su aprobación en el Congreso. A partir de esta legislación el Estado puede comprarle oro a cooperativas, refinarlo y venderlo o acumularlo como divisas para sortear estos últimos meses de escasez. Arce logró aprobar el proyecto sin el acompañamiento de los legisladores que responden a Evo que se opusieron y argumentaron que esta ley no resuelve el problema de fondo. "Los diputados y senadores de Evo están viendo que esto va a ser un boomerang contra el propio Gobierno porque no les están avisando al pueblo que esos dólares no los van a ni oler", explicó Morales.
La ex funcionaria apuntó que el Estado necesita al menos 1.600 millones de dólares para pagar combustible y otros 1.000 millones para pagar deuda externa, mientras que lo que ingrese por la nueva ley solo alcanzaría los 200 millones. "El público cree que con la ley va a llegar oro al pueblo y eso es mentira. Porque esa venta de oro es para pagar la deuda e importar combustible. Sin embargo, los titulares de los diarios afirman que con la venta de oro la gente va a recibir oro en el banco", agregó Morales.
En el oficialismo toman esa lectura con recelo y la atribuyen al escenario electoral que se viene para 2024 donde se celebrarán las primeras en todos los partidos. "Se nota claramente que no quieren apoyarnos por un tema político principalmente, por tratar de desestabilizar al presidente Arce", afirmó a este portal un funcionario del Gobierno y agregó: "Evo ahora es más oposición que la oposición y eso es una pena. Había un arreglo para que las candidaturas se debatan el año que viene pero es evidente que él lo adelantó y está atacando más que la oposición porque Evo va a ser candidato en 2025".