El centro de la ciudad de Tel Aviv fue sede este sábado de una inmensa movilización que reunió a más de 90 mil personas agrupadas bajo la consigna de "defender la democracia". Fue la tercera concentración que se hizo en las últimas tres semanas y buscó mostrar el descontento de una parte de la sociedad israelí que ve al gobierno de Benjamin Netanyahu como una amenaza a la independencia de poderes y a las reglas básicas de la convivencia democrática.
La convocatoria, que se concretó aun a pesar del nivel de tensión que generó el sangriento atentado del día anterior en un asentamiento de Jerusalén Este (la mitad de la ciudad considerada ocupada por la comunidad internacional), trasciende a gran parte del arco político, desde la izquierda hasta la derecha, y son organizaciones sociales y civiles las que lideran la iniciativa.
Poco antes de las seis de la tarde, el cruce entre la avenida Begin y Kaplan, frente a la sede de oficinas de gobierno en Tel Aviv, empezaba a llenarse de banderas con la estrella de David. En un día frío de invierno, la temperatura subió rápido varios grados a medida que varios grupos de personas se fueron concentrando en círculos.
"Democracia, democracia", empezaron a cantar dos niñas de seis y siete años que se reían y abrazaban como en su propio juego, acompañadas por sus padres. Fueron quienes estaban al lado los que replicaron el canto que después terminó movilizando a todos.
Un señor de 52 años contó a El Destape que llegó a Tel Aviv desde Ramot Menasche, una ciudad a más de 60 kilómetros. Viajó con su familia y vecinos y fue la segunda vez que participó de una de estas movilizaciones.
"Estamos protestando por los dramáticos cambios que está sufriendo el sistema democrático israelí", explicó Meir a este medio, en referencia a la reforma judicial que impulsa Netanyahu y con la que busca habilitar la posibilidad de que el Parlamento pueda contra vetar una decisión de la Corte Suprema.
Israel tiene un sistema parlamentario y en las últimas elecciones la coalición del actual primer ministro -que incluye sectores de ultraderecha y religiosos ortodoxos- se hizo con la mayoría legislativa. Por eso la propuesta del oficialismo fue recibida con varias alarmas. En caso de votarse esa reforma, para la cual en principio tiene los números, el Parlamento podría dejar sin efecto una resolución de la Corte.
Además, esta avanzada se dio días después de que el máximo tribunal le ordenara al primer ministro que destituyera a quien había puesto al frente de la cartera de Interior, Arieh Deri, por haber sido declarado culpable en un caso de corrupción. "Si esta reforma se aprueba, le daría al Gobierno un poder indiscriminado y desbalancearía todo el sistema democrático", explicó Meir.
A medida que iba entrando la noche, decenas de familias se fueron acercando al cruce de las dos avenidas. El primer gesto que dio un inicio simbólico al encuentro fueron los dos minutos de silencio que se hicieron para recordar a las siete personas que fueron asesinadas la noche del viernes en la zona este de Jerusalén, la mitad de la ciudad que Israel ocupa desde 1967 y que, a contramano de lo que reconoce la comunidad internacional, anexó muchos años después.
Desde hace unos meses, el país vive una feroz escalada del conflicto con los palestinos. El jueves a la mañana el Ejército de Israel entró a la ciudad de Yenin, en la también ocupada Cisjordania, y, argumentando que tenían información de inteligencia que indicaba que el movimiento Yihad Islámica iba a realizar un atentado, desplegaron sus fuerzas y mataron a nueve palestinos.
Esa misma noche el movimiento Hamas respondió militarmente desde la Franja de Gaza, el otro territorio que el mundo reconoce como ocupado y que está bloqueado desde hace más de una década y media. Gracias a su famoso sistema de defensa, Israel impidió que ingresaran los cohetes.
Pero la situación continuó escalando y el viernes a la tarde un joven palestino de 22 años y con ciudadanía israelí atacó y mató a siete personas en las inmediaciones de una sinagoga. Este sábado, horas antes de la movilización en Tel Aviv, hubo dos atentados más. Uno en la ciudad vieja de Jerusalén, con dos heridos, y otro en el Valle del Jordan, en la ocupada Cisjordania, en la zona norte del Mar Muerto, sin heridos.
En medio de ese contexto, el espíritu en las calles de Tel Aviv reflejaba el rechazo a la escalada de violencia. Muchos de los comentarios destacaban que la movilización unió tanto a quienes votan a la derecha como a la izquierda.
"Nunca vi algo así, esto es un cambio", opinó a El Destape una mujer de 35 años que se movilizó junto a un grupo de amigas y en defensa de los derechos de las mujeres y minorías. "Esta es una marcha que junta a todos y eso es histórico en Israel, no es común", agregó.
Una lectura similar hizo una joven de 23 años que contó a este medio que si bien suele participar de las marchas del orgullo, nunca había estado en una convocatoria tan significativa en términos políticos. "Hoy acá está todo el mundo. Gente que tiene diferentes visiones pero que todos queremos la democracia", agregó.
A lo largo de la calle principal desfilaron banderas que reunían los símbolos del cristianismo, del judaísmo, de los drusos y musulmanes y decían: "Israel por la igualdad". Varios de los que estuvieron presentes coincidieron en que también participaron algunos que pocos meses atrás dieron su apoyo en las urnas a Netanyahu.