La Unión Europea (UE) lanzó hoy cuatro nuevos procedimientos judiciales contra el Reino Unido por incumplimiento de las disposiciones aduaneras impuestas tras el Brexit para Irlanda del Norte.
Este es el séptimo proceso que lanza la Comisión Europa, el órgano ejecutivo de la UE, contra Londres por el protocolo de Irlanda del Norte, fuente de tensión que enfrenta a los 27 países integrantes del bloque europeo con su exmiembro el Reino Unido.
"Pese a los reiterados llamados del Parlamento Europeo, los 27 países y la Comisión Europea para implementar el protocolo, el Reino Unido no lo ha hecho", indicó la Comisión en un comunicado.
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La CE remarcó "la negativa del Reino Unido a entablar un debate serio desde febrero pasado" y la tramitación de un proyecto de ley que viola el Protocolo de Irlanda del Norte en el Parlamento británico, informó la agencia de noticias AFP.
Los legisladores británicos adoptaron a final de junio en una primera lectura un controvertido proyecto de ley que cambia de forma unilateral las condiciones aduaneras de la provincia británica, y el proyecto sigue su curso, pero la UE lo considera ilegal.
"Con un espíritu de cooperación constructiva, nos hemos abstenido de lanzar nuevos procedimientos internos cerca de un año para crear el espacio para una colaboración conjunta de soluciones con el Reino Unido", dijo la vocera de la UE, Arianna Podesta.
Agregó que, sin embargo, la falta de voluntad del Reino Unido para comprometerse en un diálogo significativo desde febrero "y la continua tramitación de la ley de Irlanda del Norte en el Parlamento británico van en contra de un espíritu de colaboración".
Desde el inicio de la negociación del Brexit en 2017, el mayor escollo a superar siempre fue cómo proteger el precario equilibrio de fuerzas en Irlanda del Norte, región británica histórica y culturalmente muy unida a la vecina República de Irlanda, país miembro de la UE.
El Reino Unido dejó oficialmente el bloque en febrero de 2020 y completamente en enero de 2021, pero el "protocolo" siguió provocando tensiones, no solo entre Londres y Bruselas, sino también en las instituciones regionales norirlandesas.
El llamado acuerdo de paz del Viernes Santo de 1988, que puso fin a tres décadas de sangriento conflicto entre unionistas protestantes y republicanos católicos norirlandeses, obliga a las dos partes a compartir el poder en el Ejecutivo regional de esta nación británica de 1,9 millones de habitantes.
Pero la histórica victoria del republicano Sinn Fein -el exbrazo político del grupo armado IRA y partidario de la reunificación de Irlanda- en las legislativas del 5 de mayo motivó que el unionista DUP bloqueara el Parlamento autónomo y se niegue a formar gobierno hasta que Londres modifique el protocolo.
Para evitar el retorno de una frontera física con la República de Irlanda, inaceptable para los republicanos y que podría poner en peligro a la frágil paz, el protocolo impone controles aduaneros a los productos que llegan a la región desde el resto del Reino Unido, o sea, desde Gran Bretaña y las otras islas británicas.
Para los unionistas, esto amenaza a su plena pertenencia al país.
El Ejecutivo británico quiere entonces poner en marcha un nuevo sistema por el que las mercancías que lleguen de Gran Bretaña para consumo local en Irlanda del Norte pasen por un "nuevo canal verde" que evite los controles.
Los productos destinados al mercado común de la UE seguirían estando sujetos a todos las comprobaciones de la legislación del bloque.
Con información de Télam