Militares brasileños impidieron el domingo 8 de enero la detención de seguidores del ex presidente Jair Bolsonaro que atacaron las sedes de los tres poderes públicos en Brasilia, según reveló este domingo el diario estadounidense The Washington Post. "Aquí no arrestarás a la gente", le habría dicho el comandante del Ejército, general Júlio César de Arruda, al ministro de Justicia, Flávio Dino, según dos funcionarios presentes citados por el matutino.
Hasta ahora, el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva había destacado públicamente que las Fuerzas Armadas se mantuvieron fieles al Poder Ejecutivo. Sin embargo, de acuerdo con la reconstrucción del periódico, "cuando altos funcionarios de la administración Lula llegaron al cuartel general del Ejército el domingo por la noche con el objetivo de garantizar la detención de los insurgentes en el campamento, se encontraron frente a tanques y tres líneas militares".
Ese acto de protección, "que según funcionarios del gobierno de Lula dio tiempo a cientos de simpatizantes para escapar del arresto, es uno de varios indicios de un patrón preocupante que las autoridades ahora están investigando como evidencia de una supuesta colusión entre militares y policías y los miles de alborotadores que invadió las instituciones".
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El mismo patrón, según el diario, es también "un cambio en el plan de seguridad ante los manifestantes reunidos afuera de los edificios federales el domingo", además de "la inacción y confraternización de la policía cuando comenzaron a ingresar a los edificios, y la presencia de un alto mando de la policía militar que había dicho a sus superiores que estaba de vacaciones".
El artículo se basó en entrevistas con más de 20 altos funcionarios de la administración y el poder judicial, organizadores de protestas, participantes e incluye detalles no informados anteriormente del ataque de cinco horas que sacudió al país sudamericano.
Con información de Télam