J.D. Vance, el símbolo del campo blanco y tradicional, que asume como Vice del presidente más viejo de Estados Unidos

El joven ex senador republicano será el tercer vicepresidente más joven en la historia de Estados Unidos. Cómo se convirtió de uno de sus más furiosos críticos de Trump a su compañero de fórmula. Su pasado en Silicon Valley y el lugar incómodo en que quedó dentro de las internas del trumpismo. 

19 de enero, 2025 | 23.00

A sus 40 años, J.D. Vance está a punto de convertirse en uno de los vicepresidentes más jóvenes de la historia de Estados Unidos. El hasta hace unos días senador por Ohio llegó a la Cámara Alta en 2022, en buena parte, gracias al apoyo de Donald Trump y también de su hijo mayor, Donald Trump Jr, quien desempeñó un papel clave en la conexión entre el binomio republicano que venció a Kamala Harris en las últimas elecciones. Abogado con pasado militar -formó parte del Cuerpo de Marines-, ex inversor de riesgo y autor de un bestseller: su libro Hillbilly Elegy (Hillbilly, una elegía rural) se convirtió en película gracias a Netflix.

El vice electo cumplió años en agosto de 2024, lo que lo convierte en el tercer vicepresidente más joven de la historia de su país. Solo es superado por Richard Nixon, quien tenía 40 años y 11 días cuando asumió junto a Dwight Eisenhower, y por John Breckinridge, que tenía 36 años al asumir la Vicepresidencia con James Buchanan. Por el contrario, Trump, de 78 años, será el presidente más longevo en asumir el cargo. Superará por 142 días a Joe Biden, quien también asumió a los 78

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Vance alcanzó la fama en 2016 gracias a sus memorias, consideradas esclarecedoras del apoyo del Rust Belt (el viejo cordón industrial conocido como Cinturón del Óxido) a Trump. Esta región industrial del noreste y medio oeste de Estados Unidos, antaño un pilar económico del país por su producción de acero, automóviles y minería, fue donde su abuelo buscó el sueño americano. Pero él solo llegó a conocer su decadencia.

Al momento de la publicación del libro, el próximo vicepresidente de Estados Unidos era uno de los más duros críticos del magnate. Lo llamó “heroína cultural” y hasta llegó a compararlo con Hitler: “Voy y vengo entre pensar que Trump es un idiota cínico como Nixon, que no sería tan malo (e incluso podría resultar útil), o que es el Hitler de Estados Unidos. ¿Qué te parece eso de desalentador?”. La captura del mensaje lo subió a X su ex compañero de habitación en la universidad, el senador por el estado de Georgia Josh McLaurin.  

Sin embargo, con el correr de los años, la postura de Vance cambió radicalmente y se convirtió en uno de los máximos defensores de Trump. A la vez que se transformó en un abanderado de las propuestas económicas, sociales y culturales del movimiento MAGA (Make America Great Again). Durante la campaña reconoció “crear historias” contra inmigrantes, a los que responsabiliza por el “sufrimiento del pueblo estadounidense”; es partidario de reforzar la seguridad fronteriza y retirar el apoyo militar y económico a Ucrania en su guerra contra Rusia; está en contra de las políticas para mitigar el cambio climático  y es un férreo defensor de las “familias tradicionales”. Además, tiene un estrecho vínculo con organizaciones ultraconservadoras como la Heritage Foundation, que propone restringir el derecho al aborto e impulsa el controvertido Proyecto 2025. 

El año pasado, el vice electo tuvo una intensa presencia en los medios y en cada una de sus intervenciones defendió al magnate y se mostró lealtad. No obstante, fue reprendido cuando se atrevió a hablar en nombre de su compañero de fórmula. Tras afirmar que Trump “vetaría una prohibición nacional del aborto si era elegido”, el magnate lo desmintió:  “Para ser justos, no hablé de eso con J.D. Y no me importa si tiene una determinada opinión, pero no creo que estuviera hablando por mí”. Al otro día, Vance reconoció: "Aprendí la lección de hablar en nombre del presidente antes de que él”

Tras el triunfo de noviembre, la única entrevista que Vance concedió fue una semana antes de la asunción y debió aclarar sus dichos al referirse sobre la promesa de Trump de indultar a los manifestantes que asaltaron el Capitolio. "Si usted protestó pacíficamente y el Departamento de Justicia de Merrick Garland lo trató como a un pandillero, debería ser indultado", dijo en diálogo con Fox News Sunday y agregó: "Si alguien cometió algún acto de violencia ese día, obviamente no debería ser indultado, y hay una zona gris en ese aspecto, pero estamos muy comprometidos con la aplicación equitativa de la ley. Y creemos que, a raíz del 6 de enero, muchas personas fueron procesadas injustamente. Tenemos que corregir eso".

El comentario desató las críticas en el ala dura del trumpismo y J.D. se justificó en sus redes: “En primer lugar, hice una donación al fondo de prisioneros políticos del J6 y me criticaron por ello durante mi campaña para el Senado. Llevo años defendiendo a estos tipos (...) el hecho de que el presidente diga que examinará cada caso (y yo diga lo mismo) no es una forma de dar marcha atrás. Les aseguro que nos preocupamos por las personas que están encerradas injustamente. Sí, eso incluye a las personas provocadas y a las que tuvieron un juicio basura”.

El rol de Vance como vicepresidente

Además de presidir el Senado de Estados Unidos, los vicepresidentes suelen tener una agenda propia. Durante el gobierno de Clinton, Gore se centró en el medio ambiente y la tecnología y en la gestión George W. Bush, Dick Cheney ejerció influencia sobre la política exterior.

La última experiencia fue la de Kamala Harris, encargada por Joe Biden de gestionar la crisis migratoria, una tarea que fue blanco constante de críticas por parte de Vance, Trump y el aparato republicano. "Me encantaría influir en nuestra política fronteriza y haría exactamente lo contrario de lo que hizo Kamala Harris", afirmó el presidente electo en una entrevista con NBC en 2024. 

Pero más allá de sus conocidos intereses políticos -inmigración, seguridad fronteriza, declive industrial y comercial frente a China y proyectos relacionados con la crisis de los opioides-, el rol de Vance como vice es una incógnita. Tanto él como Trump se negaron hablar sobre eso durante la campaña y el bajo perfil que mantuvo el próximo vicepresidente en los últimos meses no contribuyó a dar certezas.

Desde las elecciones, Vance dio una sola entrevista y su figura fue eclipsado por otros futuros funcionarios, como Elon Musk. Hasta el reportaje con Fox, su única aparición pública había sido una recorrida por Carolina del Norte tras el paso del huracán Helena.

Elon Musk será funcionario en la nueva administración de Donald Trump.

Esto no significa que esté alejado de Trump, pues visitó frecuentemente Mar-a-Lago, la propiedad y búnker de Trump en Palm Beach, Florida. De hecho, en más de una oportunidad pasó la noche y hasta recibió a sus hijos allí; mientras que su esposa, Usha Chilukuri Vance, se encargó de coordinar la mudanza a la residencia oficial: Number One Observatory Circle, ubicada en el Observatorio Naval de los Estados Unidos, a 15 minutos de la Casa Blanca. 

En este contexto, desde el entorno de Vance surgió un pista sobre sus planes inmediatos. “Quiere ser un martillo para Trump en el Senado”, indicó una fuente cercana al vicepresidente electo a NBC. Esto coincide con sus últimos esfuerzos antes de dejar su banca en el Senado, donde trabajó para asegurar la aprobación de los nominados de Trump

En diálogo con la agencia de noticias AP, Marc Short, quien se desempeñó como el primer director de asuntos legislativos de Trump, afirmó: "JD probablemente tiene muchos aliados actuales en el Senado y por eso tiene sentido utilizarlo en esa capacidad”. Por su parte, Jordan Wiggins, quien dirigió la campaña de Vance para el Senado en 2022, remarcó: “Se centrará en cualquier asunto que el presidente le ordene. Hay mucha confianza entre ellos, así que creo que podrán lograr muchas cosas”.

De lo que no hay dudas es que Trump exigirá absoluta lealtad para no repetir su experiencia con Mike Pence. El vínculo entre el creador de El Aprendiz y su primer vice se rompió el 6 de enero de 2021, cuando Pence rechazó apoyar la teoría del fraude en las elecciones de 2020 y el Congreso debía oficializar la victoria de Biden. Ese día, manifestantes incitados por el expresidente irrumpieron en el Capitolio al grito de "Cuelguen a Mike Pence". Tras años de distanciamiento, el reencuentro se produjo recientemente, durante el velatorio de Jimmy Carter.

J.D. Vance es una visita habitual en Mar-a-Lago.

Los ojos de Trump en el Senado y las internas con Bannon

Las últimas elecciones no solo le dieron el triunfo a Donald Trump y a J.D Vance, sino también la mayoría en el Senado a los republicanos. De todas formas, el próximo vice ya encontró sus primeras dificultades en el cargo y los embates de algunos sectores del trumpismo

Pese a que los republicanos cuentan con una ajustada mayoría de 53 bancas frente a 47 de los demócratas (incluidos dos independientes), aún es pronto para saber si todos los senadores oficialistas están alineados con la agenda del presidente. En caso de empate, será Vance quien deba desempatar, lo que lo coloca en una posición clave desde el inicio de su mandato.

Uno de los primeros conflictos surgió con la designación inicial de Matt Gaetz como fiscal general. Gaetz, ex congresista, está bajo investigación del Comité de Ética de la Cámara de Representantes por su presunta participación en un plan de tráfico sexual de una menor de 17 años. Ante la polémica, fue él mismo quien renunció a la candidatura, y Trump optó por nominar a Pam Bondi, ex fiscal general de Florida, para el cargo.

Otro caso polémico fue el de Pete Hegseth, elegido como secretario de Defensa. El ex analista de Fox News enfrenta acusaciones de agresión sexual desde 2017, aunque estas no derivaron en una denuncia judicial. Pese a la controversia, Hegseth sigue siendo el candidato para el puesto, y Vance lideró reuniones con senadores claves para garantizar su confirmación.

A eso hay que sumarle las primeras fricciones dentro del “nuevo” trumpismo, que se evidenciaron tras la ausencia de Vance y Marco Rubio, nominado a secretario de Estado, en una sesión clave sobre designaciones judiciales promovida por los demócratas en noviembre. Grace Chong, encargada de finanzas del podcast de Steve Bannon, criticó públicamente a ambos en X: "¡Será mejor que se presenten y hagan su único y maldito trabajo!"

La respuesta de Vance no tardó en llegar, también a través de la red social de Musk: “Grace Chong es una imbécil que habla por la boca y que ataca a quienes estamos en la lucha en lugar de ser útil”. "Tiendo a pensar que es más importante conseguir un director del FBI que desmantele el estado profundo que perder una votación 49 a 46 en lugar de 49 a 45. Pero esa es solo mi opinión", se defendió. Horas después, ambos eliminaron sus publicaciones en un intento por apaciguar la controversia.

J.D. Vance ya quedó en el foco de las internas del trumpismo.

El vínculo con los magnates de Silicon Valley

“Me identifico con los millones de estadounidenses blancos de clase trabajadora de ascendencia escocesa-irlandesa que no tienen título universitario. Para ellos, la pobreza es tradición familiar…los estadounidenses los llaman ‘hillbillies’, ‘rednecks’ o ‘white trash’ (basura blanca). Yo los llamo vecinos, amigos y familia”, repitió Vance en más de una ocasión durante la campaña del año pasado.  Sin embargo, estudió en una Ivy League ―tiene un doctorado en derecho de Yale― e hizo una pequeña fortuna como inversionista de riesgo trabajando para y con magnates de Silicon Valley como Peter Thiel o Davids Sacks.  

Estos, junto a Elon Musk, y otro millonarios del sector tecnológico, son conocidos como la “Mafia de PayPal” por haber sido fundadores del sistema de pagos. Y no solo respaldaron políticamente a J.D. Vance, sino que también tendrán roles estratégicos en las políticas del nuevo gobierno.

Thiel donó 15 millones de dólares a la campaña de Vance para convertirse en senador por Ohio en 2022. Sacks hizo lo propio con un millón a un comité de acción política que respaldaba su candidatura. Además, participó de un evento en San Francisco en 2024 que recaudó 12 millones de dólares para la campaña de Trump. "A él lo quiero al lado de Trump", publicó Sacks en X y agregó: "Dios bendiga a JD, Dios bendiga a Trump y Dios bendiga a Estados Unidos".

La devolución de gentilezas llegó rápido. Trump anunció que Sacks será el “zar de la inteligencia artificial (IA) y criptomonedas” de su gobierno. “Se centrará en convertir a Estados Unidos en el líder mundial en ambas áreas, informó en su red Truth Social. Sacks abrazó el “cargo” y asistió a la fiesta navideña del podcast All-In con un sombrero de piel ruso. 

Donald Trump nombró a David Sacks como el "Zar de la IA y las criptomonedas" .

Otra de las caras nuevas del trumpismo proveniente de este sector es Vivek Ramaswamy. El coequiper de Musk en el Departamento de Eficiencia del Gobierno (DOGE) también es un viejo conocido de Vance: fueron compañeros en Yale. “Estábamos en la misma clase. Yo, Usha y JD, todos éramos compañeros de clase. Mi esposa estaba en la facultad de medicina al mismo tiempo, así que todos éramos amigos”, reveló en una entrevista con el periodista ultratrumpista Tucker Carlson. 

Pero el vínculo más duradero y significativo de Vance en este entorno es con Peter Thiel. Este multimillonario libertario alemán no solo presentó a Vance con Trump, sino que también se convirtió en su mentor. Aunque Thiel redujo su participación activa en la política, J.D. sigue valorando su consejo. “Voy a seguir hablando con Peter y persuadiéndolo. Obviamente, está un poco agotado por la política, pero estará realmente agotado si perdemos y Kamala Harris es presidenta”, declaró Vance en una entrevista con Financial Times, luego de que el empresario se negó a apoyar públicamente a Trump.

Estas alianzas, sustentadas en amistades y millones de dólares, fortalecen la posibilidad de una campaña presidencial de Vance en 2028. Es habitual que los vicepresidentes busquen la presidencia, y en este caso, la Enmienda 22 impide que Trump aspire a un tercer mandato.

En cuanto a su visión del cargo, Vance citó a George H. W. Bush como un modelo a seguir. “Bush hizo un muy buen trabajo como vicepresidente. Se podría decir que hay varios que han hecho un trabajo perfecto, pero el presidente realmente marca el tono de la política, y creo que es mucho más importante el presidente que el vicepresidente. Y, fundamentalmente, mi papel en la administración es apoyarlo para que implemente la agenda. En eso es en lo que voy a trabajar”, respondió cuando en ABC le preguntaron cuál fue el mejor vicepresidente en su vida. 

Además de haber demostrado lealtad a Ronald Reagan, Bush padre fue el último vicepresidente en funciones que ganó la Presidencia.