Si nos dicen “unicornios”, lo primero que se nos aparece es aquel caballo alado con un solo cuerno torneado o, técnicamente definido, un “ser mitológico con rareza particular, del que no se tiene registro”. Sin embargo, en los últimos años, el concepto de unicornio se ha ampliado y hoy define a aquellas startups tecnológicas que lograron una valoración de mercado de al menos mil millones de dólares, antes de su salida a bolsa o adquisición por parte de otra compañía. Las empresas unicornio existen en todo el mundo y asumen esta denominación por su condición de no ingresar en las bolsas de valores. Es por esto que resulta interesante develar qué es lo que hay detrás de este relato de “startups que crecen repentinamente” a lo largo del mundo y, específicamente qué influencia tienen hoy en América Latina y el Caribe.
Para el caso argentino y con una larga trayectoria a esta altura, uno de los unicornios que dió un salto de escala regional es Mercado Libre, una de las empresas “más atractivas para trabajar” en el país, según el informe Randstad Employer Brand Research, realizado por la consultora de recursos humanos, Randstad. Además, la compañía fundada por Marcos Galperín ingresó este año al Hall of Fame, una distinción que prevé la consultora para las empresas destacadas.
Recientemente Bill Gates (a través de su empresa Breakthrough Energy Ventures), Jeff Bezos, (fundador de Amazon) y Jack Ma (fundador de Alibaba), invirtieron en KoBold Metals, una empresa especializada en el uso de inteligencia artificial para la extracción de elementos de "tierras raras"; permitiendo que ésta se transforme en una empresa valorada en 1000 millones de dólares sin participación en bolsas de valores: han creado un nuevo unicornio. No nacen en garajes de barrios de clase media.
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De acuerdo al “Reporte de empresas unicornio de CBInsights”, existen más de 1.200 compañías que pueden ser categorizadas bajo este esquema (Mayo, 2023). Hasta febrero del 2023, aunque todavía sin despegar exponencialmente, la presencia de este tipo de empresas ha ido aumentando a lo largo de los últimos años en América Latina. Hoy son más de 33 startups activas en nuestra región, siendo Latinoamérica y el Caribe uno de los territorios con menor presencia de empresas unicornios, por encima de Medio Oriente, Oceanía y África.
Si realizamos una breve caracterización de las tres principales startups tecnológicas de nuestro continente encontramos a:
- Kavak: Dedicado a la compra y venta de automóviles, se ha posicionado como el unicornio líder en la región, con una valorización de casi 9 millones de dólares. Contiene inversionistas como Yuri Milner (a través de DTS GLOBAL), Hernán Kazah (co-fundador de Mercado Libre, a través de Kaszek Ventures), entre otros.
- Rappi: la empresa colombiana en comida y servicios bajo demanda, ingresó en la lista de unicornios latinoamericanos en septiembre de 2018. Con presencia en 9 países latinoamericanos, la inyección de capital que le permitió escalar provino principalmente de DTS GLOBAL (estadounidense), SoftBank Group y SoftBank Vision Fund (grupos japoneses).
- Quinto Andar: la inmobiliaria digital fundada en 2012 y con sede en Sao Paulo que cuenta actualmente con presencia en 75 ciudades del país
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Es fundamental que visualicemos el trasfondo de la cuestión. Poniendo la mirada en lo que sucede en el mundo, según el portal Statista, en febrero de 2023: “La empresa china ByteDance era el unicornio más potente, con un valor de aproximadamente 140.000 millones de dólares. La segunda posición era para la estadounidense SpaceX, con 127.000 millones”. Así, si hacemos una comparación en términos numéricos, identificamos que la valorización de ambas es 8 veces mayor que cualquiera de las que están en Latinoamérica. Este dato nos permite también inferir que son aquellos grupos tecnológico-empresariales con asiento en China y Estados Unidos los que ordenan la iniciativa de los unicornios. Cabe aclarar, que además de encabezar las listas de empresas con mayor valorización, en estos territorios se concentra el 80% de estos nuevos emergentes.
Ahora bien, aunque la presencia de este tipo de empresas tecnológicas sea todavía baja en nuestra región, es importante vislumbrar que a medida de que nos acercamos y ponemos la lupa en su origen, el relato del “garaje meritocrático” cae por su propio peso. La conformación de la propiedad de los sectores tecnológicos que hoy disputan la gobernanza global además, coincide con los nombres que observamos en la conducción de empresas como Amazon, Facebook, Alibaba, etc (antiguos unicornios). Tales actores económicos actúan como garantes de las inyecciones de capitales en las primeras startups de nuestro continente (como es el ejemplo de Mercado Libre y su alianza con Amazon).
Resta seguir profundizando minuciosamente cada uno de los ejemplos que surgen en la esfera de las tecnológicas y su direccionalidad política en el panorama latinoamericano. Lo que es seguro es que la injerencia y nacimiento de estos nuevos formatos no responde al discurso superficial y poco convincente del sueño americano dentro de un garaje. Debemos desentrañar cada una de estas cuestiones, ofreciendo una mirada que favorezca el fortalecimiento de la industria regional con desarrollo científico tecnológico soberano, apuntando a la integración de las capacidades instaladas en cada país, empujando la inversión estatal en la materia,y los programas de política pública que respondan a las necesidades de la población.
La tecnología y sus frutos para la humanidad se nos vuelven cada vez más evidentes. El único problema radica en los intereses que hoy definen su rumbo y la apropiación de la riqueza producida en cada vez menor tiempo. Es tiempo de crisis y por lo tanto, de oportunidad para poner fin a los caprichos de un puñado de magnates que buscan imponer un modo de producción más explotador bajo apariencias meritocráticas.