El hombre más rico del mundo, dueño de la red social X (ex Twitter) y próximo integrante del gabinete de la Casa Blanca, Elon Musk, se anotó una nueva polémica. Esta vez por su público y manifiesto pronunciamiento sobre las elecciones anticipadas en Alemania: "Es la última chispa de esperanza" dijo sobre el partido Alternativa Para Alemania (AfD, según la sigla en alemán), una fuerza de extrema derecha y filo nazi, aliada de Donald Trump. "No recuerdo un caso comparable de injerencia en la campaña electoral de un país amigo en la historia de las democracias occidentales", sostuvo el favorito a la Cancillería el conservador Fredrich Merz.
La cercanía entre el trumpismo y AfD no es nueva. En 2017, cuando el magnate estadounidense se impuso en las elecciones que lo llevaron a la Casa Blanca por primera vez, AfD fue uno de las primeras agrupaciones políticas en felicitarlo. De hecho, sus lideresa Frauke Petry presentó a su organización como "aliada natural”. En ese entonces, el portal alemán DW publicó un artículo en el que señalaron que ambas expresiones nacionalistas a un lado y el otro del Atlántico mantienen en común un "modelo común transatlántico en el nuevo enfrentamiento entre ideas liberales y autoritarias", señaló. AfD, por poner sólo unos ejemplos, minimiza la responsabilidad nazi sobre el Holocausto y propuso esterilizar a menores migrantes que estén sin un responsable adulto.
Ahora, Musk fue mucho más allá en el marco de las elecciones anticipadas que se realizarán el próximo 23 de febrero, luego de una crisis interna de la coalición de Gobierno que llevó a la disolución del parlamento. Su primera manifestación la hizo el pasado 20 de diciembre en su propia red social, X: "Sólo AfD puede salvar a Alemania", escribió. Este domingo publicó un artículo de opinión de en Welt am Sonntag —una publicación hermana de Politico propiedad del Grupo Axel Springer— publicado en alemán el fin de semana.
"La descripción de AfD como un partido de extrema derecha es claramente falsa", dijo allí Musk, una afirmación que hizo bajo el argumento de que la presidenta del partido, Alice Weidel, es abiertamente homosexual y su pareja es de Sri Lanka. "¿Les parece que es Hitler? ¡Por favor!", exclamó y sostuvo que AfD es "la última chispa de esperanza" para Alemania.
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Las repercusiones no demoraron en llegar. Tanto así que la jefa de opinión del Welt y de su semanario, Eva Marie Kogel, presentó su renuncia en protesta, según dijo en sus redes sociales. Luego llegó la reacción de Merz, presidente de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), que para llamar la atención del caso se preguntó qué pasaría si la situación hubiera sido al revés: si un magnate alemán hubiera publicado un mensaje en el New York Times.
"Imaginemos por un momento la reacción -justificada- de los estadounidenses ante un artículo comparativamente unilateral de un conocido empresario alemán en el New York Times a favor de la elección de un 'renegado' en la campaña electoral presidencial estadounidense", dijo Merz, en referencia al "cordón sanitario" que el resto de principales partidos alemanes intentan imponer a AfD, que tuvo un fuerte crecimiento en los últimos años hasta posicionarse como segunda fuerza política según las encuestas, por detrás de la coalición conservadora que conforma la CDU con la Unión Cristiana Social (CSU).
El designado jefe del Welt, Jan Phillip Burgard, por su parte, al asumir su cargo, lamentó la publicación y el pronunciamiento de Musk: "El empresario estadounidense Elon Musk cree que sólo Alternativa para Alemania podría reformar fundamentalmente el país, y está totalmente equivocado". "AfD es en parte xenófobo y antisemita. Por eso es un peligro para Alemania", remarcó.
Con información de EuropaPress.
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