(Agrega declaración de ex primer ministro, acto en Niamey y evacuaciones)
La incertidumbre sobre una posible intervención militar en Níger se mantenía hoy, a pocas horas del vencimiento de un ultimátum dado por países vecinos a los militares nigerinos que dieron un golpe de estado y detuvieron al presidente Mohamed Bazoum, luego de que algunas de esas mismas naciones se mostraran más favorables a una solución diplomática.
El 30 de julio, los líderes de 30 países de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao) dieron a los golpistas siete días para restablecer a Bazoum en su cargo, sin descartar la utilización de "la fuerza" en caso de incumplimiento.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
El plazo del ultimátum culmina hoy, al final del día, pero la junta que tomó el poder el 26 de julio en Niamey, la capital nigerina, aún no mostró ninguna disposición a ceder.
El viernes, los jefes de los estados mayores de las fuerzas armadas de los miembros de la Cedeao definieron los planes de una posible intervención militar en Níger, y algunos ejércitos, como el de Senegal, dijeron que estaban listos para participar.
Sin embargo, la perspectiva de un ataque armado por parte de los países de África occidental aún parecía lejos de estar confirmada, sobre todo por las críticas de algunas naciones del continente, como Nigeria y Argelia, que prefieren insistir en soluciones políticas antes que abordar la posibilidad de avanzar con acciones militares.
Por su parte, el destituido primer ministro del país, Ouhoumoudou Mahamadou, advirtió que la desestabilización en el país puede provocar un aumento de la presencia yihadista.
"El riesgo existe, Níger está desestabilizado como Mali y Burkina Faso", países que limitan con Níger. están gobernados por militares desde 2022, tras sendos golpes de estado, y cuyas autoridades de facto respaldan a sus colegas nigerinas.
"Concretamente, existe el riesgo de que los yihadistas encuentren un terreno favorable para desarrollarse y desplazarse hacia el sur", declaró Mahamadou en una entrevista con el diario italiano La Stampa.
Otro riesgo que señaló es la inmigración ilegal, ya que Níger cuenta con un programa para combatirla, pero que podría concluir en caso de que los países europeos impongan sanciones.
Añadió que si los líderes golpistas no se comprometen, "la Cedeao tendrá que decidir qué dirección tomar".
Ayer, el Senado de Nigeria -peso pesado en la Cedeao, con 215 millones de habitantes y 1.500 kilómetros de frontera compartida con Níger, y actualmente a cargo de la presidencia temporal del bloque-, llamó al presidente Bola Tinubu a "fortalecer la opción política y diplomática".
Durante una reunión a puerta cerrada, la mayoría de los senadores nigerianos expresaron su oposición a una operación militar, según la prensa local.
Además, la Constitución del país señala que las fuerzas de seguridad no pueden combatir en el extranjero sin la aprobación previa del Senado, excepto en caso de "riesgo o peligro inminente" para la seguridad nacional.
Argelia, que no es miembro de la Cedeao pero comparte casi 1.000 kilómetros de frontera con Níger, también expresó anoche sus reservas.
El presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, dijo en la televisión estatal que una intervención sería "una amenaza directa" para su país.
"No habrá ninguna solución sin nosotros (Argelia)", añadió, y expresó su temor de que "todo el Sahel se incendie" en caso de una intervención.
Chad, gran potencia militar africana y vecino de Níger, tampoco miembro de la Cedeao, también anunció que no participará en ninguna intervención y que aboga por el diálogo.
La junta militar en Níger, encabezada por el general Abdourahamane Tchiani, prometió una "respuesta inmediata" a "cualquier agresión".
Sus vecinos de Mali y Burkina Faso, gobernados también por golpistas y suspendidos de la Cedeao, respaldaron a los militares de Níger y dijeron que cualquier intervención sería considerada como "una declaración de guerra" contra ellos.
Estos dos países, así como Níger, se enfrentan a una violencia recurrente que moviliza a sus tropas.
"Una guerra más en el Sahel tendrá un solo ganador: los movimientos yihadistas que desde hace años construyen su expansión territorial sobre la quiebra de los Estados", advirtió un grupo de especialistas en la región africana del Sahel, en una columna publicada ayer en el diario francés Libération.
Esta mañana, las calles de Niamey, baluarte de la oposición, estaban tranquilas, pero muchos de sus habitantes esperan que no se produzca una intervención militar, informó la agencia de noticias AFP.
Por la tarde, cerca de 30.000 partidarios de los generales se congregaron en un estadio de la capital para dar su apoyo y escuchar a una delegación de los miembros del Consejo Nacional de Salvaguardia de la Patria (CNSP), ahora en el poder.
La Cedeao y los países occidentales piden el retorno al orden constitucional y la liberación del presidente Bazoum, prisionero de los golpistas.
Francia, de la que Níger fue colonia hasta 1960, subrayó ayer que apoya "con firmeza y determinación" los esfuerzos de la Cedeao para revertir el golpe de Estado y estimó que estaba en juego "el futuro de Níger y la estabilidad de toda la región".
Las relaciones entre Níger y Francia se han deteriorado en los últimos días.
Los golpistas se retiraron el jueves de los acuerdos de cooperación en el campo de la seguridad y defensa con Francia, que despliega en Níger un contingente militar de 1.500 soldados para la lucha antiyihadista.
Tras Francia y España, el ministerio italiano de Defensa anunció el domingo la evacuación de 65 militares así como la de 10 estadounidenses. Hay más vuelos programados, agregó el ministerio.
Con información de Télam