El primer ministro británico, Keir Starmer, dijo el martes a los sindicatos que tendrá que tomar decisiones impopulares sobre el gasto público, horas antes de enfrentarse a una importante votación parlamentaria sobre su plan de recortar los pagos de combustible a algunas personas mayores.
Starmer podría enfrentarse a la mayor rebelión en sus dos meses de mandato después de que algunos legisladores de su Partido Laborista expresaran las mismas preocupaciones que los sindicatos y las formaciones opositoras sobre una decisión de recortar la ayuda a algunas personas mayores con las facturas de energía.
En un discurso ante el Congreso de Sindicatos (TUC), Starmer dijo a los delegados que está dispuesto a tomar medidas como la derogación de las leyes antihuelga y la abolición de los contratos de cero horas para ayudar a los trabajadores, pero afirmó que tendrán que aceptar la restricción del gasto público.
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Starmer afirmó que el anterior gobierno conservador "hizo una política de tierra quemada" al dejarle un agujero negro de 22.000 millones de libras esterlinas (29.000 millones de dólares), lo que le obligó a tomar decisiones difíciles.
"La factura de esta actuación ya la tenemos. Y me temo que si no actuamos, será un cheque sin fondos", dijo Starmer a los líderes sindicales. "Tengo que dejar claro, desde el respeto, que este gobierno no arriesgará su mandato por la estabilidad económica, bajo ninguna circunstancia".
Elegido en julio en una aplastante victoria con la promesa de reconstruir Reino Unido, Starmer ha planteado recientemente la posibilidad de subir los impuestos y recortar el gasto para intentar solucionar una miríada de problemas que achacó a 14 años de desgobierno conservador.
Los laboristas mantienen estrechos vínculos con los sindicatos, que fundaron el partido de centroizquierda hace más de un siglo para representar a los trabajadores.
Sin embargo, las tensiones entre los laboristas y algunos de los sindicatos más importantes se pusieron de manifiesto en su plan de eliminar 1.500 millones de libras en ayudas para el combustible de invierno destinadas a los ancianos. Sharon Graham, secretaria general del sindicato Unite, acusó al gobierno de "hurgar en el bolsillo de los pensionistas".
Con información de Reuters