Los habitantes del departamento francés de Mayotte, devastado por una tormenta en el océano Índico, imploraron el jueves al presidente Emmanuel Macron que hiciera más por ayudarlos durante su visita al territorio de ultramar, donde se teme que haya decenas de muertos entre los escombros que dejó el ciclón Chido.
Algunos de los asistentes que se congregaron frente al aeropuerto abuchearon a la comitiva presidencial, mientras que otros se mostraron agradecidos por la visita de Macron y le instaron a quedarse más tiempo.
Las autoridades del territorio de ultramar más pobre de Francia sólo han podido confirmar 31 víctimas mortales más de cinco días después del ciclón, pero algunos han dicho que temen que pueda haber miles. Un legislador dijo a Macron que algunas víctimas habían sido enterradas en fosas comunes. Reuters no pudo confirmarlo inmediatamente.
MÁS INFO
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
Muchas zonas siguen siendo inaccesibles. Las fuertes lluvias caídas en la capital, Mamoudzou, y en otras zonas han agravado la difícil situación de miles de personas que vivían en barriadas que fueron arrasadas.
Mientras Macron desembarcaba de un avión cargado de alimentos y ayuda médica, los trabajadores del aeropuerto pedían apoyo.
"Tómense su tiempo. Quédese con nosotros. Denos soluciones", le dijo Assane Haloi, empleado de seguridad del aeropuerto. "Denos ayuda de emergencia, porque en Mayotte no hay nada".
La oficina de Macron dijo que pasaría la noche en las islas y visitaría los barrios el viernes. Hasta ahora no estaba claro cuánto tiempo se quedaría.
Su Gobierno ha sido acusado por políticos de la oposición de desatender Mayotte, y varios residentes de zonas empobrecidas dijeron a Reuters que no habían recibido ninguna ayuda desde el azote de Chido.
"Sus servicios están desbordados", dijo a Macron un hombre en el hospital. "La ayuda no ha llegado a donde vivo".
Macron dijo que su Gobierno enviaría más ayuda pronto, incluidos 400 gendarmes más para garantizar la seguridad, y señaló una oleada de alimentos y agua que llegan por aire y mar.
"Tenemos que unirnos todos. Desde el primer día la gente se movilizó día y noche. No debemos dividirnos", afirmó.
NÚMERO DE MUERTOS POCO CLARO
Las autoridades han advertido que será difícil calcular cuántos han muerto en un territorio que acoge a un gran número de inmigrantes indocumentados procedentes de Comoras, Madagascar y otros países. Las estadísticas oficiales cifran la población de Mayotte en 321.000 habitantes, pero muchos afirman que es mucho mayor.
Algunas víctimas fueron enterradas inmediatamente, de acuerdo con la tradición musulmana, antes de que se pudieran contabilizar sus muertes.
Los trabajadores sanitarios dicen que se están preparando para una oleada de enfermedades, ya que otros cadáveres yacen sin enterrar y la gente lucha por conseguir agua potable limpia.
"Nos enfrentamos a fosas comunes al aire libre, no hay socorristas, nadie ha venido a recoger los cuerpos enterrados", dijo a Macron Estelle Youssoufa, que representa a Mayotte en el Parlamento nacional. No dijo dónde estaban las fosas.
Los habitantes de Mayotte se agolparon en los puntos de distribución de agua y en los pozos para llenar bidones y cubos. Otros lavaban la ropa o se bañaban en los ríos.
Tres de cada cuatro habitantes de Mayotte viven por debajo del umbral nacional de pobreza. Aunque exporta vainilla, café y canela, sigue dependiendo en gran medida del apoyo de la Francia metropolitana y atrae a relativamente pocos turistas.
El número de víctimas mortales en África continental, donde la tormenta se abatió tras pasar por Mayotte, ascendía a 73 en Mozambique y 13 en Malaui, informaron las autoridades de esos países.
Con información de Reuters
Cerrar sesión