Con el paso del tiempo, una de las principales problemáticas que aqueja a distintos países del mundo es la marcada falta de alimentos frente al crecimiento poblacional en los territorios, lo que lleva a que una gran parte de los habitantes del mundo tengan una mala nutrición por la falta de acceso a alimentos de calidad. Sin embargo, esta no es una cuestión exclusiva de países que no se especializan en la producción de alimentos, ya que en Argentina se evidencia del mismo modo a una gran parte de la población con problemas alimentarios. En ese contexto, determinadas políticas públicas se destacan por su intención de combatir esta problemática, tal como ocurre con la provincia de Formosa.
Tal como lo indican las investigadoras Faustina Miranda y María Álvarez, en el documento publicado en la Revista Asuntos, donde se expone la sobreproducción de alimentos que presenta Argentina, que, aún siendo un país exportador neto de cereales y otros productos básicos alimentarios de la economía global, presenta altos niveles de hambre.
Entre los tantos datos que muestra el documento y hacen impensable la idea de la malnutrición en Argentina se encuentra, por ejemplo, que los 20 principales productos que exporta el país son de origen alimentario. Por otra parte, cabe recordar que, según la UCA, 6 de cada 10 menos son pobres y sufren problemas alimentarios.
En este escenario cabe preguntarse cuál podría ser la solución para afrontar la malnutrición, que según la Organización Mundial de la Salud, es la principal causa de problemas de salud a nivel global. Sin embargo, no hace falta irse a otros países o continentes en busca de la respuesta, ya que en el norte argentino podemos encontrar fácilmente el ejemplo de cómo llevar alimentos frescos directamente a las manos de la población. Este es el caso de Formosa, que a través de distintos programas estatales garantizan una distribución equitativa para todos los formoseños en materia alimentaria.
Con un Gobierno Nacional que cada vez ajusta más a los trabajadores, licúa los salarios y recorta en distintas áreas, la pobreza en todo el país sigue siendo uno de los principales motores en los problemas alimentarios que afronta Argentina. Ante esta situación, el Modelo Formoseño (como lo llaman los propios habitantes de la provincia) se posiciona como una de las alternativas más sólidas para ponerle freno a la malnutrición, al mismo tiempo que se incentiva la producción interna para contribuir al desarrollo económico nacional.
Instituto Paippa: el inicio de todo
Durante su segundo año como gobernador de la provincia de Formosa, Gildo Insfrán puso en marcha el Instituto Provincial de Acción Integral para el Pequeño Productor Agropecuario (PAIPPA), cuyo objetivo es impulsar el autosostenimiento, la ocupación y la autogestión productiva del pequeño productor y su familia, mediante un proceso de promoción social y desarrollo sostenido. "Vamos a ir propendiendo a la comunidad organizada para luchar contra los efectos nocivos de la globalización, que es la concentración de la economía", expresó en su discurso en la fecha de su lanzamiento.
Miranda y Álvarez se refieren, en el documento, a esta concentración de la economía, ya que relatan el proceso en el que se dejó de entender a la problemática de la alimentación como una mera situación de oferta y demanda para pasar a verlo como un fenómeno político enfocado en la distribución desigual del ingreso en las sociedades.
La misión del Paippa, en este sentido, se describe como "fortalecer y acompañar el desarrollo integral y sostenido del pequeño productor agropecuario y su familia para que alcance, desde su identidad cultural, el autosostenimiento, ocupe de manera eficaz su tierra con la fuerza transformadora de su trabajo y, asociado con los otros vecinos, consolide, mediante la unidad, organización, solidaridad, capacitación y participación, el proceso social y productivo liberador que nace del modelo formoseño".
Este instituto se complementó con la venta de sus productos en los principales mercados del país y la comercialización a través de las Ferias Francas de la provincia. Dichas Ferias funcionan desde el 2002 y son la relación directa entre el productor y el consumidor, donde el productor puede exponer y vender sus productos, sin ningún tipo de intermediarios.
Soberanía Alimentaria Formoseña
A través de los productores paipperos se logra lo que la investigación publicada en la Revista Asuntos llama “seguridad alimentaria”, la cual es entendida como el acceso a alimentos nutritivos y suficientes para mantener una vida sana y activa. Sin embargo, no es solo a través de este instituto que se logra este objetivo. El programa Soberanía Alimentaria Formoseña, con tan solo tres años de antigüedad, permitió que un total aproximado de 1.580.000 kilos de alimentos llegara a un precio accesible a la mesa de los formoseños.
Así lo indicó el subsecretario de Defensa al Consumidor, Edgar Pérez, en una entrevista con El Destape, al mismo tiempo que explicó: “Los productores son los que en cuatro ediciones durante la semana abastecen de productos frescos de estación al programa Soberanía Alimentaria, lo que hace que después de cada edición ellos tengan un recurso económico”.
Este programa se originó duranta la pandemia con el objetivo de poner puntos fijos de venta de alimentos para la población, donde pudieran cumplir con las normas de cuidados estipuladas para evitar contagios de COVID-19. Una vez finalizada la cuarentena obligatoria, el Gobierno Provincial decidió seguir impulsando el programa debido al éxito que presentó entre los formoseños la comercialización itinerante de los productos alimentarios.
Entre los principales productos de calidad entregados a precios económicos a la población se encuentran cortes cárnicos, frutas, lácteos, harinas, aceite, huevos, pan, verduras, hortalizas y cereales.
El nombre del programa, por otra parte, refleja lo referido por las investigadoras en su informe, donde se habla que el concepto de “soberanía alimentaria” se presenta como superador del concepto “seguridad alimentaria”, debido a que el primero se centra en la aplicación de determinadas políticas para lograrlo, mientras que el segundo solo hablaba del fin sin tener en cuenta el contexto social.
Plan Nutrir
Nótese que el acceso a los alimentos no solo se entiende como la comercialización económica de los mismos, si no que también es entendido como la capacidad de “adquirir regularmente cantidades adecuadas de alimentos, a través de la producción doméstica, compra, trueque, regalos, préstamos o ayuda alimentaria”, según indica el informe. De esta manera, se entiende a los alimentos no como un mero producto comerciable si no como un derecho fundamental para la población, por lo que resulta indispensable no contemplar la opción de entregar alimentos a familias que no puedan acceder por cuestiones económicas.
Es en este punto en el que se destaca el Plan Nutrir, impulsado por el gobernador Insfrán en pleno 2018, el cual está destinado a las familias más vulnerables. "En la actualidad, a partir de las últimas medidas que adoptó el Gobierno Nacional, el número de familias incrementó notablemente: hoy son más de 18 mil familias alcanzadas por este beneficio”, explicó Pérez. Esta entrega de alimentos se basa en módulos alimentarios que se realiza cada 15 días a los sectores más vulnerables de la población formoseña.
Del mismo modo, cabe destacar que estos bolsones de alimentos son completamente gratuitos con productos de familias paipperas. Además, los módulos contienen una selección estratégica de alimentos propuesta por distintos nutricionistas para que las familias puedan acceder de manera correcta a los nutrientes necesarios para una vida sana.
Se le da una especial prioridad a aquellas familias vulnerables que además tengan a un menor de 5 años, ya que, como indica el informe, estos años son cruciales para lograr un crecimiento y un desarrollo óptimos, lo cual depende más de la nutrición y de las prácticas de alimentación que de los factores genéticos.
Comunidades originarias: las olvidadas por la Nación
Bajo esta línea, en Formosa se tiene presente la realidad material de distintos sectores de la sociedad que son constantemente estigmatizados a través de discursos validados por autoridades nacionales, como es el caso de los pueblos originarios. Desde su asunción como presidente, Milei desfinanció el programa de módulos alimentarios y ante ello el gobernador Insfrán tomó la decisión de absorberlo, siendo “Formosa la única provincia en hacerse cargo de este programa tan especial”.
En este sentido, se contemplan a los diferentes sectores de la sociedad para tender puentes entre ellos con los programas alimentarios, tal como plantea el informe de Álvarez y Miranda. Cabe destacar que los módulos alimentarios cumplen la misma norma que los del Plan Nutrir al ser planificados previamente con distintos nutricionistas de la región.
Esta política es llevada a cabo por el Ministerio de la Comunidad, quien se encarga de la gestión, logística y distribución de las 26 mil cajas previstas en el programa alimentario, el cual, en coordinación con la dirigencia local, garantiza que los beneficiarios reciban las cajas directamente en sus manos.
Del mismo modo se contempla a las personas con celiaquía, también perjudicadas por el ajuste de Milei, con módulos alimentarios específicos con productos aptos para su consumo. Ambos de estos programas desfinanciados por el Gobierno Nacional son llevados a cabo con fondos del tesoro provincial.
Cada módulo alimentario que reciben los beneficiarios está compuesto por 13 tipos de productos de primera calidad y necesidad para las familias de las distintas zonas del territorio provincial. Las mismas suman un total de 19 unidades por caja.
Según indicó Pérez, la infraestructura formoseña en cuanto a políticas alimentarias es fácilmente replicable en el resto del país, con cada provincia pudiendo contar con sus propios institutos de incentivo a pequeños productores agropecuarios para que puedan comercializar directamente con los consumidores finales, siendo el Estado el medio que garantice la logística adecuada para que la entrega se dé en óptimas condiciones.
Si se toma de referencia a la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS), 6 de cada 10 adultos presentan exceso de peso, mientras que el 41% de los menores de entre 5 y 17 años tienen sobre peso y obesidad. Tomando en cuenta el informe de Miranda y Álvarez, estos indicadores reflejan el grave estado económico en el que se encuentra el país, ya que desde hace años la obesidad le fue ganando terreno a la desnutrición entre los sectores más vulnerables de la población.
Las políticas de ajuste y recorte que perjudican al bolsillo de los trabajadores no solo representan la imposibilidad de pagar tarifas, boletos de tren o distintos servicios, si no que dificulta el acceso de la población a alimentos de calidad, lo que repercute directamente en su estilo de vida y los hace más propensos a sufrir problemas de salud. Modelos como el de Formosa evidencian la posibilidad de un camino alterno para asegurar el alimento saludable a la población de manera autosustentable, a la vez que genera puestos de trabajo y aumenta la calidad de vida a través de la redistribución equitativa.