Se esperaba que altos diplomáticos estadounidenses mantuvieran el viernes en Damasco las primeras reuniones oficiales en persona de Washington con los nuevos gobernantes de facto de Siria liderados por Hayat Tahrir al-Sham, con la esperanza de calibrar cómo planea dirigir el país la antigua filial de al-Qaeda.
Estados Unidos, otras potencias occidentales y muchos sirios se alegraron de que las milicias dirigidas por HTS derrocaran al presidente Bashar al-Asad, pero no está claro si el grupo impondrá un régimen islámico estricto o mostrará flexibilidad.
Los altos cargos estadounidenses de EEUU discutirán con los representantes de HTS una serie de principios, como la inclusividad y el respeto de los derechos de las minorías, que Washington quiere que se incluyan en la transición política de Siria, dijo un portavoz del Departamento de Estado.
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La principal diplomática del Departamento de Estado para Oriente Próximo, Barbara Leaf, el enviado presidencial para Asuntos de los Rehenes, Roger Carstens, y el asesor principal Daniel Rubinstein, encargado de dirigir el compromiso del Departamento con Siria, son los primeros diplomáticos estadounidenses que viajan a Damasco desde la caída del régimen de Asad.
Los países occidentales están abriendo gradualmente canales de comunicación con HTS y su líder Ahmed al-Sharaa, antiguo comandante de una filial de al-Qaeda en Siria, y están empezando a debatir si retiran al grupo la designación de terrorista. El viaje de la delegación estadounidense se produce tras los contactos mantenidos con Francia y Reino Unido en los últimos días.
La delegación también buscará información sobre el periodista estadounidense Austin Tice, secuestrado durante un viaje informativo a Siria en agosto de 2012, y sobre otros ciudadanos estadounidenses desaparecidos bajo el régimen de Asad.
REUNIÓN DE SIRIOS
Varios centenares de sirios se congregaron el jueves en la céntrica plaza de los Omeyas de Damasco para reclamar un Estado democrático y laico que garantice la igualdad de derechos para las mujeres. Fue la primera manifestación de este tipo desde la destitución de Asad.
"No al dominio religioso", "Laico" y "Constitución civil", coreaban, y algunos ondeaban la recién adoptada bandera siria. Muchos mostraban carteles que decían "Siria para todos los sirios" y "Un Estado civil democrático para todos".
Existe un temor generalizado entre los sirios a que el nuevo Gobierno se incline por un régimen religioso de línea dura, margine a las comunidades minoritarias y excluya a las mujeres de la vida pública.
Obaida Arnout, portavoz del Gobierno de transición sirio, dijo esta semana que la "naturaleza biológica y fisiológica" de las mujeres las incapacitaba para determinados puestos gubernamentales.
"Sentimos la amenaza tras escuchar estos comentarios. No queremos desperdiciar lo que hemos ganado con esta revolución. Si no hablamos ahora, nos silenciarán para siempre", afirmó Nour Shakhashiro, de 21 años, sentada dibujando y distribuyendo retratos de mujeres sirias influyentes.
Con información de Reuters