En el huerto de un exclusivo restaurante de una viña al sur de la capital chilena, descendientes del pueblo indígena mapuche siembran tomates, maíz y otras hortalizas desde variedades tradicionales de semillas que no han sido afectadas por los procesos de industrialización alimentaria.
Cientos de semillas son recolectadas para luego ser plantadas o intercambiadas con otros cuidadores y de esa forma mantener vivas especies que ya no se encuentran en circulación comercial.
"De eso se trata nuestro trabajo, rescatar todo este tipo de semillas que se fueron quedando en el olvido y ya nadie las reprodujo", explicó la guardiana Ana Yañez.
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La experta explicó que las especies no se reprodujeron por tener características propias de un lugar o por la industrialización con especies de mayor rendimiento.
"Estamos rescatando semillas y saberes de los antiguos. Cómo cosechaban, cómo sembraban, las lunas, la biodinámica de la luna, cuándo plantar, cuándo cosechar", dijo por su parte Delfín Toro, otro de los guardianes.
Por otra parte, la diversidad de productos alejados de las variedades tradicionales de alimentos también se han convertido en un atractivo para los chefs de restaurantes exclusivos.
"Este año vamos a tener 26 variedades de tomate, que pensemos que existen más de 200 variedades de tomates, por lo cual nosotros tenemos un porcentaje muy mínimo y si lo ves en el consumo o lo que venden en las ferias no son más de cinco", dijo Pablo Cáceres, guardián de semillas y chef del restaurante de la viña VIK.
En tanto, Wilson Hugo, oficial de la FAO, dijo que la tendencia de resguardar semillas tradicionales existe en otras naciones como India, China, África subsahariana, así como en países de la antigua Unión Soviética.
"Hay que apoyarlos y probablemente no alcance con eso y se necesitan más", afirmó.
Pero el trabajo ancestral también sería muy útil en la actualidad para la adaptación de cultivos al cambio climático.
El "cambio en el clima provoca que la variedad que antes se adaptaba bien a un lugar, ahora no se adapte. Por lo tanto, el mejorador va a tener que buscar una nueva variedad para hacer eso. Pero para poder buscar esa nueva variedad necesita la diversidad genética que tiene el guardián de semilla", explicó Ricardo Pertuzé, agrónomo de la Universidad de Chile.
Con información de Reuters