Este martes 12 de noviembre, el gobernador Ricardo Quintela encabezó el acto en conmemoración del 161° aniversario del asesinato del caudillo Ángel Vicente “El Chacho” Peñaloza, realizado en la ciudad de Olta, departamento General Belgrano. Durante su discurso, el mandatario provincial realizó un profundo análisis de la situación del país, con la llegada del Gobierno de Javier Milei y sostuvo: “Es una responsabilidad que tenemos como riojanos, de poder seguir manteniendo viva la llama del federalismo. Tenemos que levantar la voz, usar las armas que tenemos en estos momentos; no es la lanza ni la montonera, son los sólidos fundamentos que tenemos para enarbolar la bandera del federalismo. Y nada más ni nada menos, una patria más justa, una patria libre, una patria soberana, una patria igualitaria que pueda generar oportunidades a lo largo y a lo ancho de nuestra República Argentina, oportunidades similares”.
“Quiero que sepan las riojanas y los riojanos, pero que sepa también el pueblo argentino, que La Rioja está siendo objeto de una sustracción de una parte importante de los recursos que le corresponden por derecho propio. Más de 450 millones acumulados tiene la Nación que le corresponde al conjunto del pueblo argentino, 450 millones de dólares que son producto de esa famosa sustracción de recursos que se nos hizo allá por el año 88. El equivalente de ese porcentaje equivale hoy a 450 mil millones de pesos”, destacó el gobernador.
Por otra parte, distinguió la política financiera de la política económica verdadera, argumentando que la política económica debe centrarse en crear empleo, fomentar el crecimiento y desarrollar la producción de bienes y servicios para el pueblo argentino. "La economía debería facilitar el bienestar, la soberanía alimentaria y educativa, la seguridad y un techo digno para las familias", subrayó. Del mismo modo, criticó la falta de oportunidades, los despidos masivos y el cierre de negocios como síntomas de un fracaso en la generación de condiciones de vida dignas, enfatizando que el presidente Milei debe trabajar para mejorar la calidad de vida de la población.
“Es importante que nuestro presidente recapacite, reflexione, sepa que tiene que gobernar para 50 millones de argentinos, que tan deseoso que hay en él, marque cuál es el camino que debe transitar para garantizarles a su descendencia una calidad y unas condiciones de vida que tal vez esos padres no hayan podido tener”, sostuvo.
Por último, el mandatario destacó: “Aunque mal les pese a muchos, defendemos la educación libre, gratuita y de calidad. Defendemos la salud libre, gratuita y de calidad para el pueblo argentino. Defendemos la seguridad para nuestro pueblo. Defendemos las Fuerzas Armadas, que están para defender a las argentinas y a los argentinos de posibles invasiones y conquistas de opresores foráneos”.
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La historia del "Chacho" Peñaloza
Nació en la localidad de Guaja, provincia de La Rioja, en 1798. Poco se conoce sobre su infancia y juventud. Recién hacia 1820 –según referencias- habría dado sus primeras acciones de guerra, integrando las huestes de Facundo Quiroga. Así, en la batalla de El Tala (octubre de 1826), donde el Tigre de los Llanos derrota a las fuerzas unitarias, Peñaloza se destaca, siendo ascendido de teniente a capitán.
Su carrera como militar lo llevó desde comandante del Departamento de Los Llanos a general de la provincia, desde donde tuvo una marcada influencia sobre los acontecimientos políticos que sacudieron a las provincias de Cuyo y noroeste del país. Hacia finales de la década de 1850, acompañó al presidente de la Confederación Argentina, Justo José de Urquiza, interviniendo la provincia en varias oportunidades.
Ángel Vicente Peñaloza inició la resistencia con un numeroso ejército, pero resultó derrotado en varias oportunidades en 1862. Luego de firmar un armisticio con el gobierno mistrista, se levantó nuevamente en mayo de 1863. Entonces, no fue reconocido como ejército federal en combate, sino como una simple cuestión policial. Urquiza no respondió al llamado de Peñaloza, quien fue, derrota tras derrota, obligado a replegarse. Tras desorientar al ejército nacional, intentó avanzar sobre San Juan, pero fue vencido en la entrada de la capital.
Luego de haberse rendido y entregar las armas, fue asesinado brutalmente. Era el 12 de noviembre de 1863. Su cabeza fue exhibida sobre una pica en la plaza de Olta, en medio de los llanos riojanos. Su legado fue retomado por las montoneras federales, que se levantaron para oponerse a la Guerra del Paraguay. Entre ellos, estaban Juan de Dios Videla, los hermanos Saá, Felipe Varela y Ricardo López Jordan.