Los gremios docentes universitarios, agrupados en la CONADU Histórica, confirmaron un paro de 48 horas para los días 26 y 27 de septiembre. En este sentido, la Universidad Nacional de La Rioja (UNLaR) confirmó su adherencia a esta jornada, por lo que se prevé que la actividad sea nula esos días.
En este sentido, desde la UNLaR aseguraron que, además del paro, “habrá una marcha el 2 de octubre en apoyo a la Ley de Financiamiento y en rechazo al veto anunciado por el presidente Milei”. Del mismo modo resaltó la pérdida de poder adquisitivo y los problemas en la cobertura de cargos docentes en la UNLaR debido a la falta de financiamiento.
Los gremios exigen un 25% de recomposición salarial, el pago de las deudas pendientes y la inmediata restitución de los fondos que, aseguran, fueron recortados por el gobierno nacional a las universidades públicas.
El origen del paro
Ante el constante ataque del Gobierno a las universidades nacionales, los sindicatos docentes y no docentes ya trabajan en forma coordinada para realizar las próximas medidas de fuerza, que consistirán en múltiples paros la semana que viene y una nueva Marcha Federal Universitaria a principios de octubre, informaron fuentes gremiales a El Destape.
El 23 de abril último, todos los sectores que conforman las universidades nacionales realizaron una marcha federal que fue masiva, pero que al fin y al cabo solamente sirvió para que el Gobierno nacional ampliara el presupuesto para gastos de funcionamiento de las universidades, entre los que no se incluyeron a los salarios de los trabajadores. "Lágrimas de zurdo", expresó el Presidente ese mismo 23 de abril, en lo que fue su primera reacción ante la movilización.
Ante el atraso en los salarios, el segundo cuatrimestre arrancó con medidas gremiales; los primeros tres días de cursada hubo paro de docentes y no docentes, a la espera de que la Cámara de Diputados tratara el proyecto de ley de financiamiento universitario. En la madrugada del 15 de agosto, 143 legisladores votaron a favor, 77 lo hicieron en contra y uno se abstuvo, mientras que 36 no estuvieron presentes al momento de la votación. Luego pasó al Senado, donde la semana pasada 57 senadores aprobaron el proyecto, 10 se opusieron, uno se abstuvo y hubo cuatro ausencias.
"La última palabra sobre el veto la tiene el presidente Javier Milei, como corresponde", escribió tras la votación el subsecretario de Políticas Universitarias de la Nación, Alejandro Álvarez, en sus redes sociales. Una hora después, Milei le respondió en X: "Veto total". En caso de que el jefe de Estado vete la ley de financiamiento de universidades, como hizo con la fórmula de movilidad jubilatoria, el Congreso puede insistir con la ley original, siempre y cuando consiga los dos tercios en ambas cámaras: se necesitan 172 diputados y 48 senadores. Los números, a priori, podrían estar, siempre y cuando la mayoría de los diputados que se ausentaron en su momento ahora apoyen el proyecto; no obstante, la experiencia reciente de las jubilaciones mostró a diputados supuestamente opositores que cambiaron sus votos originales tras negociar con el Poder Ejecutivo, por lo que ningún resultado está descartado.