Altos cargos israelíes criticaron a la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, la que seguramente será la candidata del Partido Demócrata a la presidencia, después de que dijera que ya era hora de que terminara la guerra en Gaza, dado el sufrimiento que están causando los combates.
Las declaraciones de Harris en una rueda de prensa tras una reunión con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reflejan la creciente presión ejercida sobre Netanyahu desde distintos lados del espectro político para que llegue a un acuerdo con Hamás que ponga fin a los combates en Gaza.
"Ha habido un movimiento esperanzador en las conversaciones para lograr un acuerdo sobre este pacto y como acabo de decirle al primer ministro, Benjamin Netanyahu, es hora de que se llegue a este acuerdo", declaró.
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Netanyahu pidió el miércoles más ayuda militar estadounidense para Israel, afirmando que era la mejor manera de restablecer la paz en Gaza y conseguir la liberación de los rehenes en manos de Hamás.
Un alto cargo israelí no identificado dijo que esperaba que los comentarios de Harris no fueran interpretados por Hamás como una indicación de una brecha entre Estados Unidos e Israel "y así poder retrasar el acuerdo".
El presidente, Joe Biden, y el expresidente Donald Trump, candidato del Partido Republicano a las elecciones de noviembre, también han pedido un rápido fin de los combates, desencadenados por el ataque a Israel de combatientes dirigidos por Hamás el pasado octubre.
Netanyahu tiene previsto reunirse con Trump a última hora del viernes.
Tanto el ministro israelí de Finanzas, Bezalel Smotrich, como el de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, líderes de dos partidos nacionalistas religiosos de línea dura cuyo apoyo es vital para la coalición derechista de Netanyahu, condenaron las declaraciones de Harris.
"Señora candidata, no habrá cese de hostilidades", escribió Ben-Gvir en la red social X.
Harris empleó un tono más enérgico en sus declaraciones que Biden, quien ha presionado cada vez más a Netanyahu para que llegue a un acuerdo con Hamás que ponga fin a los combates y devuelva a casa a los rehenes israelíes.
Defendió el derecho de Israel a defenderse, pero sus declaraciones sugirieron que estaba perdiendo la paciencia con el Gobierno de Netanyahu.
"No podemos permitirnos ser insensibles ante el sufrimiento y no me quedaré callada", afirmó.
Con información de Reuters