Cuando la llamada telefónica desde su tienda de campaña en una playa de Gaza lo puso en contacto con sus padres, a quienes no veía desde hacía un año debido a la campaña militar de Israel, los ojos de Maher Abu Sakran, de 13 años, se iluminaron de alegría.
Maher, que vive en un campo de desplazados con sus abuelos y primos, echa desesperadamente de menos a su madre, su padre, sus tres hermanas y su hermano pequeño.
"Ya basta de guerra, ya basta de barreras. Quiero volver", dice.
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A unos kilómetros de distancia, en la ciudad de Gaza, su madre, Asmaa Abu Sakran, pasaba el teléfono entre los hermanos de Maher para que cada uno pudiera hablar con él.
La guerra comenzó cuando militantes de Hamás atacaron comunidades fronterizas israelíes, matando a unas 1.200 personas y capturando a 253 rehenes, según los recuentos israelíes. La respuesta militar israelí ha arrasado gran parte de Gaza y ha matado a más de 42.000 personas, según las autoridades sanitarias palestinas.
La familia se separó días después del comienzo de la guerra, cuando Maher decidió abandonar su hogar en la ciudad de Gaza e irse con sus abuelos a su casa, más al sur, donde los bombardeos eran en ese momento algo más leves.
Ni Maher ni sus padres tenían idea de que iban a estar divididos tanto tiempo, dijeron. Poco después de marcharse, los tanques israelíes penetraron en el diminuto y abarrotado territorio y las fuerzas invasoras lo partieron en dos.
Israel afirma que controla los desplazamientos entre el norte y el sur de Gaza para impedir que los combatientes de Hamás se muevan con facilidad. Pero un año después, Maher y su familia siguen divididos por esa línea.
"Cuando un niño es joven y está lejos de su familia, lejos de su madre, lejos de su padre y lejos de sus hermanos -qué podría pasar- siempre está ansioso, asustado y enfermo", dijo su madre Asmaa.
Cuando Maher se marchó, la casa de la familia Abu Sakran quedó dañada por los bombardeos israelíes. A medida que el Ejército penetraba en la ciudad de Gaza, se vieron desplazados en repetidas ocasiones. Ahora han regresado a la casa familiar y viven en el edificio dañado.
Maher y sus abuelos también sufrieron. Su casa en el centro de la Franja de Gaza fue bombardeada y la familia tuvo que marcharse. Siete parientes, entre ellos dos tíos de Maher, murieron.
Maher recuerda la vida antes de la guerra, la rutina diaria del desayuno y la escuela, la hora de volver a casa, el almuerzo y jugar al aire libre o ir de compras o de excursión familiar a la playa en el coche con su abuelo.
"Ya es suficiente matanza, ya es suficiente matanza de gente. Si Dios quiere volveremos a nuestras casas sanos y salvos. Ya está bien de que nos caigan cohetes y ya estamos hartos de vivir en tiendas de campaña", dijo Maher.
(Reportaje de Mahmoud Issa en Deir al-Balah y Hatem Khaled en la ciudad de Gaza, escrito por Angus McDowall; Editado por Daren Butler, Editado en español por Juana Casas)